La hostil situación por la que este archimillonario país esta pasando, producto de las erradas políticas que desde años se han venido desaplicando, tiene de cabeza al gobierno, su cúpula partidista y a decir verdad, al remanente pesuvista que se resiste en una lucha que ya empieza encaramarse en el “arado del mar”. Así anda la revolución. Los líderes más connotados en ambos espectros, abandonaron la sensatez que la política requiere para el avance de los pueblos e iniciaron el curso de un tenebroso camino hacia el poder por el poder mismo.
Desactivaron la idea del repliegue táctico, del avance en la dificultad, de ceder un espacio para que el tiempo se encargue de equilibrar las cargas. La irracionalidad es total. Lo quieren todo, casi a sabiendas que muy poco lograrán. Es la crisis de la razón en pos del poder. Cuando se mira la política con tan descomunal miopía, tal defecto pronto será desplazado por la ceguera total. Porque si no se entiende que la mejor opción que tiene la revolución es precisamente esa que la oposición tanto ansia como es el Revocatorio, entonces nada tendrá que buscar la revolución en las actividades electorales de los próximos meses.
Con el Referéndum Presidencial existe una lejana probabilidad de ganarlo y si se pierde, la reconstrucción de las fuerzas revolucionarias seria menos dificultosa, porque sin esa opción tenemos altas probabilidades de perder todas las gobernaciones en diciembre y entonces de todas maneras vendría un Revocatorio Presidencial el año que viene, con derrota garantizada para el gobierno. Y que, aunque quede al vicepresidente encargado de la presidencia, se acrecentaría, a menos que se ponga de hinojo ante fuerzas opositoras, la clara posibilidad de una renuncia presidencial, hasta por una cuestión de vergüenza y visto ese escenario adverso. Como se ve todo estaría perdido, arrinconándose a las fuerzas de la revolución a una larguísima lucha de consideraciones épicas. Eso así de sencillo, no parece vislumbrarlo el gobierno que cada día pierde más popularidad.
El gobierno y el Psuv, creen que las fuerzas opositoras han mermado, sin pensar que los inmensos errores del gobierno y la crisis nacional de toda índole, no dejan en el descontento popular, ni siquiera pasar revista a las actividades opositoras en la Asamblea Nacional. O sea, eso queda desapercibido por el acentuado rechazo popular al gobierno. Crece la molestia por la escasez y carestía de comida, así como el descalabro en los servicios públicos. Fue un grandísimo error del gobierno ofrecer una Canasta Solidaria a casi 8 millones de familias venezolanas. Una elemental operación aritmética indica que eso es imposible cumplir.
No hay estadistas en el gobierno. Tan solo hay un grupete de advenedizos, que improvisando, sin más razón que el poder sin límites, han puesto esta revolución en un vía crucis, donde hasta el cristo quiere abandonar la vía.