De la Venezuela originaria y el espíritu de 1999 surgida con el calor de las luchas de siglos, años y décadas se expuso en este Conversa torio sobre Historia actual. Llevado a cabo en el Panteón Nacional, unió la efeméride de Francisco de Miranda al traer a suelo patrio el tricolor nacional hace 218 años con la conmemoración de los 17 años de la Convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente. Entre una pléyade de Constituyentistas que engendraron, siguiendo las voces de esa conciencia colectiva, encabezados por: Nicolás Maduro, Aristóbulo Isturiz, Elías Jaua, Tarek Williams Saad, entre otros.
Pero, el recuerdo de ese instante de refundación de la Patria es cierto que pudo callar aquel anuncio y grito aterrador: “Disparen primero y averigüen después” en el cual el Partido de Ramos Allup y su máximo líder R.B. inauguraron esa etapa negra y dantesca donde la “diricta vía era perdida” con violencia flagrante de los Derechos Humanos; la inauguración de la figura ignominiosa del desaparecido; la tortura sistemática, la represión, violación de la libertad de expresión y pensamiento, corrupción, venta de la soberanía nacional así como destrucción de la agroproducción y negación del acceso a salud, educación, cultura y recreación. Pero, las luchas no cesaron, estudiantes en la calles, no manipulados por guerra mediática ya habían gritado: “¡¡Nixon no ensuciará el Panteón!!”“¡¡Nixon no ensuciará el Panteón!!” aquel 13 de mayo de 1958.
La Nueva Constitución de 1999 tomó de la acción transformadora de Miranda y Bolívar: la escala de valores; la condición humana; los dispositivos jurídico-políticos, la estructura y función del Estado-nación. El salto hacia adelante con las ideas del humanismo, el racionalismo, la utopía social, unidas a nuestra “savia y especificidad” desde el acervo ancestral, la soberanía, el poder popular, a los derechos transgeneracionales, los recursos naturales inalienables y los derechos sociales y culturales. Esta es la pared en la cual se estrella día a día la derecha.
