En blanco y negro

Marxismo (I)

La historia que antecedió a Marx es un cúmulo de datos no analizados y fragmentados que expusieron algunos aspectos del proceso histórico. El marxismo señaló el camino para una investigación universal y completa del proceso del nacimiento, desarrollo y decadencia de las formaciones sociales y económicas, examinando el conjunto de todas las tendencias contradictorias y concentrándolas en las condiciones, exactamente determinables, de vida y de producción de las distintas clases de la sociedad, eliminando el subjetivismo y la arbitrariedad en la elección de las diversas ideas dominantes o en su interpretación y poniendo al descubierto las raíces de todas las ideas y de todas las diversas tendencias manifestadas en el estado de las fuerzas materiales productivas, sin excepción alguna. Son los hombres y las mujeres los que hacen su propia historia, pero ¿qué determina los móviles de estas personas, y más exactamente, de las masas humanas?, ¿a qué se deben los choques de las ideas y aspiraciones contradictorias?, ¿qué representa el conjunto de todos estos choques que se producen en la masa toda de las sociedades humanas?, ¿cuáles son las condiciones objetivas de producción de la vida material que forma la base de toda la actuación históricas de los hombres y las mujeres?, ¿cuál es la ley que preside el desenvolvimiento de estas condiciones? Marx se detuvo en todo esto y trazó el camino del estudio científico de la historia concebida como un proceso único regido por leyes, pese a toda su impotente complejidad y a todo su carácter contradictorio. El marxismo ofrece el hilo conductor que permite descubrir la existencia de leyes en este andamiaje y caos: la teoría de la lucha de clases. "La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días, es la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales; en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante una lucha constante, velada unas veces, y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes. La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clases. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de luchas por otras nuevas. Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clases. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado", escribió Marx. La lucha de clases es el motor de la historia. Desde que la burguesía conquistó el poder político y estableció sobre las ruinas de la sociedad feudal su modo capitalista de producción, sobre ese modo de producción erigió su Estado, sus leyes, sus ideas e instituciones. Esas instituciones consagraron la existencia de su dominación de clase, y es lo que justamente combaten los revolucionarios. La burguesía lleva en sí mismo su contrario, nosotros, el pueblo. El marxismo no es un dogma, sino una guía para la acción.



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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