Mi palabra

"A menos que haya una revolución universal

en la esfera de la conciencia del hombre,

nada mejorará nuestra existencia humana,

y la catástrofe a la que se encamina este mundo

[...] será ineludible."

Václav Havel

No soy tan pesimista, como este político, escritor y dramaturgo: Václav Havel; el último presidente de Checoslovaquia y el primero de la República Checa. Los vientos que soplan, verdaderos huracanes económicos, sacudiendo a casi todos los países en el mundo ––entre ellos, los más desarrollados–– vienen creando fuertes tempestades con resultados muy difíciles de pronosticar, por lo tanto me atrevo asegurar, que el pensamiento, el cual sirve de epígrafe a este artículo, empieza a darle toda la razón a este visionario pensador, ya fallecido.

Nada de los que estamos viendo, nos puede sorprender–– sobre todo en nuestro país–– porque el impero, usa toda la fuerza destructora del gran capital, para buscar en los países más débiles la manera de paliar sus grandes dificultades. Lo que, si, me sorprende es la manera tan alegre, como muchos articulistas, y escritores ––dentro y fuera­–– disparan en una sola dirección, contra el Presidente Nicolás Maduro, sin ver hacia los lados, y menos echar una mirada al pasado no muy lejano, donde nacen casi todos los males que estamos padeciendo.

Por algo, un amigo, sin ningún grado académico; nunca ha militado en algún partido político; se cuida de pecar de imprudente, pero con una gran visión para analizar los conflictos del mundo ––muchos desearían tener su capacidad–– porque nunca deja de leer; cuando se encuentra en alguna reunión, y alguien toca el tema sobre la grave situación, no deja pasar la oportunidad para expresar sin ningún tapujo: ¡Estamos recogiendo la herencia de AD y COPEY! Pero hay más en las apreciaciones, y opiniones de este compañero. Hace poco en una amena conversación, donde nadie hablaba ¡Nada! ¡Absolutamente nada de política! apareció un provocador, culpando de todos los males "habidos y por haber" a Nicolás Maduro. Rápido se prendió una discusión, el amigo, prácticamente le dio una cátedra, al bullicioso, quien parece hablar por hablar, repitiendo los mismos argumentos de algunos dirigentes de la oposición, quienes dan la impresión de no haber quebrado un plato.

Cada momento, oímos decir, que se ha perdido la capacidad de asombro, pero, a mí en particular me impresiona, cuando leo, algunos articulistas en una verdadera competencia para ver, quien es más "acido" en contra de un gobierno que se encuentra enfrentado una crisis sin precedente––Hasta un arbolito de navidad, lo tomaron, como ejemplo –– producto de algunos hechos innegables: una guerra económica inducida, y por la otra parte la desidia, y la corrupción, que lentamente viene arropando a la sociedad venezolana, a pesar de los esfuerzos del proceso venezolano. Son tantos los errores de la oposición, y algunos gremios, que se dejan arrastrar, llegando al extremo de hacer una manifestación organizada por un grupo de docentes ––sucedió en Acarigua–– para rechazar el aumento salarial, con el siguiente argumento: ¡Rechazamos el aumento, porque cada momento nos empobrece más! ¿Dónde está el análisis por parte de estos educadores? La respuesta, me la dio, un vigilante a las afueras de un cine, donde se iba a presentar un concierto; sin nadie preguntarle nada, pero al oír el comentario de la protesta, dejó su opinión con algo de lógica, y mucha seriedad: ¡Si, el gobierno no aumenta, ¿Cómo quedamos?!

La situación se agrava, con muchos críticos echándole fuego a la candela, porque el oportunismo se les ha despertado, como una fiebre sin control. Algunos me hacen reír con su infantilidad política; uno de ellos, al ver la profundidad de la crisis, empezó a promocionarse con el siguiente slogan: ¡Lo falconianos necesitan alguien que sepa gobernar! ¡Kamel une a Falcón! ¿Cómo les parece?

 Narciso_t_29@hotmail.com