A quince años del Golpe de estado contra el Comandante Eterno Hugo Chávez, y a 15 años de su llegada en el Helicóptero que lo había rescatado de las garras de los militares confabulados, no salgo del asombro al constatar que la derecha opositora (sus dirigentes) y una buena parte del Venezolano confundido aún persisten en llegar al poder “a como dé lugar”, pero menos por la vía de los votos como es legítimo en toda democracia.
Son 15 años de vilezas, traspiés tras traspiés, miles de planes, millones de dólares invertidos, vidas que se han ido, dirigentes opositores que se han “secado” en el olvido, derrotas tras derrotas, paros tras paros, guarimbas tras guarimbas, terror tras terror, muertos y heridos, saltos de talanquera, pero se mantiene incólume esa manía de creerse todo lo que se dice o le dicen, o lo que sale por CNN, o lo que dice el Imperio, o lo que dicen los dirigentes nacionales,
Que la Batalla final será en Miraflores, que Chávez renunció, que Chávez ordenó disparar al la marcha, que pidió salir a Cuba, que maduro es un Dictador, que esto es una dictadura, que ordenó utilizar gas químico tóxico, que ahora si va a caer, que es una marcha sin retorno, que el plan de Maduro es quebrar a todas las empresas, que esto es un comunismo, que quien manda es Fidel y Raúl, que hay escasez y no desabastecimiento, que la falta de alimentos es culpa de Maduro, que se muere la gente de hambre, que la gente no tiene nada que comer,….y pare usted de contar.
No logro entender cómo es que aún hoy existe gente venezolana que apoye a ese grupo de mercenarios guarimberos ( los capturados ya han confesado cuánto y quiénes les pagaron por llenar de terror las calles de Caracas, Mérida, Ejido, Barquisimeto, San Cristóbal) que queman todo a su paso, que trancan las vías y le niegan el derecho a salir o a entrar a la urbanización o barrio donde ha vivido desde hace ya años, que destruyen bienes públicos que benefician a todos, que golpean a quienes se atreven siquiera a pedirles permiso para pasar, que le caen a patadas y puñetazos inclusive a jóvenes que andan manifestando con ellos, que destruyen las defensas de la avenidas y calles, que tumban los postes del alumbrado eléctrico de las avenidas, que rompen los vidrios y vidrieras de tiendas y comercios y de cualquier vehículo que encuentren en su camino, que apedrean a autobuses del servicio público, que incendian busetas, que escupen e insultan a jóvenes oficiales de policía y de la Guardia Nacional Bolivariana femeninas, que quemas oficinas públicas y asaltan tiendas,….en fin, que aplican el terrorismo contra el pueblo Venezolano.
¿Cómo confiar en esos líderes opositores quienes salieron vía a Miami, Madrid, Punta Cana, Bogotá, República Dominicana, y desde la comodidad del hotel vía twitter llaman a mantenerse en las calles hasta salir del RRRRRRRRRégimen? ¿Cómo seguir apoyando a quienes abandonan las marchas fingiendo desmayos, mareos, dolores de cabeza y ganas de vomitar, dejando a los “carnes de cañon” haciendo el trabajo sucio?
No debe existir duda sobre cómo es una manifestación pacífica y cómo es una manifestación terrorista. El diccionario es clave. En USA el castigo para quien sea culpado como terrorista es Cadena Perpetua y en algunos estados es la Pena de Muerte. ¡Recuerden lo que le ha pasado a López Rivera! Hay penas que varían desde 30, 20, 10 años, contra quienes destruyan bienes públicos, asistan a manifestaciones no autorizadas, dañen o destruyan vehículos públicos o privados, y 6 meses de cárcel a extranjeros que asistan a marchas no autorizadas. En nuestro país el terrorismo no debe quedar impune. Se debe castigar con todo el peso de la Ley (30 años) a quien se le compruebe actos de terrorismo, y a quien se le compruebe planificación intelectual y/o financiamiento al terrorismo.
¡No a la impunidad! No son guarimberos. Son terroristas. No son estudiantes. Son terroristas.
