Nos contaron de un gran hombre que en Jerusalén entregó su vida por los pobres: "bienaventurados los pobres porque de ellos será el reino de los cielos, bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, bienaventurados los perseguidos por luchar por la justicia, bienaventurados seréis cuando por causa mia, os insulten y digan toda clase de calumnias contra ustedes", el murió traicionado en la Cruz por atreverse a desafiar al poder imperial de su tiempo dejándonos un legado de amor al prójimo y lucha pacífica que después de 2000 años aun es letra viva.
Nos contaron de un niño rico que dedicó su vida a liberar a su pueblo de la opresión imperial: "el sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política", el murió pobre y traicionado sintiendo haber arado en el mar, pero nos legó la irreverencia, el antiimperialismo y amor a la patria que hoy es el verbo que nos mantiene luchando por una segunda independencia.
De Chávez nadie nos contó, vivimos junto a él su entrega absoluta a los pobres de la patria por su liberación basada "en un una sociedad democrática, participativa y protagónica… en un Estado de justicia, …, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley …; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna…". Fuimos el pueblo que lo acompañó, el que hizo posible todo lo alcanzado en revolución y hoy juramos defender su legado.
Es nuestro deber histórico contarle a las futuras generaciones de un Chávez que murió por los pobres pero que la traición esta vez no triunfó, que fuimos capaces de sostener su legado con unidad, lucha, batalla y victoria, que la dureza del acecho del enemigo no logró mellar nuestra férrea lealtad a su legado y que a pesar de las dificultades fuimos capaces de cambiar el curso de la historia. Recojamos los legados de nuestros grandes hombres y convirtámoslo en fuerza colectiva para mantenernos venciendo.
En la coyuntura actual, no hay especio para la duda, el cansancio, la desesperanza y la desesperación, ni mucho menos el egoismo, los personalismos, sectarismos ni traiciones, es el momento de salir a defender nuestra historia a pesar de las arecheras, dificultades y guerra de cuarta generación (invencible solo en apariencia) con disciplina revolucionaria.
Con Alí Primera digamos: "Nosotros hagamos la historia, que otros las escriban en un mundo mejor, buscar la lucha adentro por transformar el mundo significa amor". Amor por el prójimo, amor por la patria por que sea humana la humanidad. A los espectadores y traidores los juzgará la historia.
Demostremos nuestro compromiso estos días manteniéndonos en las calles unidos y dando la batalla ideológica en las redes sociales defendiendo la historia con nuestras victorias de amor y paz.
Este lunes 17 (pueblo y ejercito), martes 18 (milicia bolivariana) y miércoles 19 de abril (todos a Caracas) día histórico que representa el punto de partida de nuestra gesta libertaria tenemos agenda de defensa de la revolución en la calle. Que no se quede nadie, demos una demostración de la fuerza del Chávez vivo en nosotros.