La Constitución es Lex Superior, ante todo; tiene carácter fundacional y las normas y principios que contiene deben servir de guía obligada en la interpretación del resto del ordenamiento jurídico. La Constitución es la declaración solemne y fundacional de la comunidad que establece tanto los valores básicos que deben regir sus destinos como las reglas esenciales de la organización política del país, así lo expresaría la desaparecida Comisión Presidencial para la Reforma del Estado, (COPRE), de la IV República. La Carta Magna es Ley Superior, definitiva y definitoria, sin discusión alguna.
Los textos constitucionales reflejan las transformaciones derivadas de los conflictos sociales que se presentan como una dialéctica establecimiento-decadencia-regeneración y que marcan los ciclos históricos-políticos. Este proceso de transformación puede ser definido como Constitucionalismo, (Álvarez, 1998)…. La Constitución de 1999 fue producto de un proceso histórico político y social de transformación que experimentó la Nación, después de 40 años de democracia burguesa venezolana. La Constitución de 1999 es producto de la acción política del Pueblo y de la Soberanía Popular, sin discusión alguna.
El concepto material de constitución se define por su contenido que, no es otro que la organización fundamental del Estado y en su acepción formal, equivale al complejo de normas a las que se atribuye su rango superior al de las normas jurídicas ordinarias. Esta supremacía parte del origen mismo de las normas, en cuanto responden comúnmente al proceso de creación que es excepcional, arduo y solemne, (Fajardo, 1985). Tal como se sentenció coloquialmente la Constitución es la Ley de leyes.
El poder constituyente constituido, instituido, derivado o reformador,… es un órgano estatal determinado por el derecho positivo, para actuar cuando las necesidades ameriten una enmienda o una reforma constitucional. Cuando el poder constituyente se presenta como un apellido, tales como: poder constituyente constituido; instituido, derivado, reformador… ya deja de ser poder constituyente originario para constituirse en un poder legislativo extraordinario; ya que toda labor de un poder constituyente, solamente puede ser válidamente modificada por el mismo poder constituyente y no por otro de menor jerarquía. Todo poder constituyente es una facultad innata de la comunidad político soberana, (Fajardo, 1985).
Cuando la democracia burguesa, la democracia, básicamente, de los partidos Acción Democrática y COPEI, mostró su rostro de más acusado cansancio, agotamiento político, social y humano, incluso gerencial, los representantes de las clases dominantes intentaron apurar el paso en una rematada reforma política que le permitiera al sistema lograr otro aire, merecer otro aliento. Los ojos desorbitados de las elites miraban como se caían a pedazos su imperio de clase y consumismo. La historia de la Nación, todavía dolida, se había dividido en un antes y un después. El 27 de Febrero de 1989 constituyó el contexto histórico-social contundente que abriría Las Grandes Alamedas por donde entro esa parte de la Venezuela doliente. El sistema democrático burgués conoció la explosión social más contundente y categórica de la historia contemporánea del país, en las que los protagonistas serían las clases populares. Desde aquellos barrios, y particularmente desde los de cabilla y cemento, parafraseamos la pieza que interpretaría Alberto Beltrán, Aquel 19 será… pero esta vez como Aquel 27 será el recuerdo que en mí vivirá…soy feliz, tan feliz…transformado ahora en poema de quien escribe:
AQUEL 27
Todos éramos pardos
Todos éramos negros
Todos éramos pueblo
AQUEL 27
Se nos acabó la historia
Las vidrieras no soportaron la nostalgia
AQUEL 27
Compartimos la carga porque hasta para saquear montamos la fiesta
AQUEL 27
Será el recuerdo que en mi vivirá
AQUEL 27
La memoria se desbordó cotidiana
AQUEL 27
La rabia arrebató por asaltó todo lo que estaba escondido
AQUEL 27
Se encendió la pradera
El asfalto sintió la fuerza de los pasos de todos
Compartimos en esa gran fiesta colectiva histórica justiciera
El 28
Comenzó la muerte
Los caídos sueltan sus recuerdos como ecos de un siempre colectivo
El 28
El neoliberalismo sacó las armas
El Ejército perdió todas las batallas
Los 4 de Febrero comenzaron en todos los Barrios
La insurrección continuaba hasta en la conducta de ver televisión. Aquellos llamados Ángeles del Desenfado acometieron una arremetida más. Las balas entrecruzaban la esperanza, las calles, los barrios y alcanzaron muchas vidas. Miraflores asediado. Jamás, en medio siglo, 40 años para ser exactos, se había visto por la televisión alguien que, por primera vez, dijera una precisa verdad y asumiera la responsabilidad histórica de la acción ejecuta y presente. El decoro se desbordaba desde aquellos sitios donde había estado escondido. La dignidad había vuelto a tomar su curso histórico y la aprobación popular masiva acompañaba aquel Por ahora; ahora hasta siempre. El combate armado se detuvo. Quizás evocamos la otrora canción de Carlos Puebla: que pare un momento el son para escuchar una lágrima, una lágrima de pólvora por Che Guevara. Qué siga el son. Pero vinieron los votos y más votos. Algo dejó impreso la democracia burguesa y fue la cultura política democrática. Hasta el Comandante Chávez tuvo que someterse a las elecciones y el triunfo del Pueblo se vio desbordadamente coronado. Si existe alguna promesa electoral cumplida esa sería la realización de la Constituyente. Otra historia comenzaba a escribirse.
La Constitución del año 61 no previó la figura e instancia de la Constituyente. Las consultas se hicieron necesarias e impostergables. Y Venezuela entera no sólo la aprobó sino que se lanzó por la realización de la Constituyente. Hemos dispuesto ofrecer una muestra de las distintas opiniones que para 1998 la vida política del país expresaba sobre la propuesta presentaba por el comandante Hugo Rafael Chávez Frías y rechazada por los políticos de la derecha rancia y reaccionaria, de todos los niveles. Entendemos que la propuesta Constituyente expresaría, en su momento, de una u otra manera, la lucha de clases, concretamente entre un liderazgo emergente, que irrumpía y era expresión de las clases populares, versus la otra, representada por los políticos y poderes económicos más reaccionarios y oligarcas de su momento histórico-social. Una específica lucha de clases. Ofrecemos, entonces, una muestra de las opiniones que para entonces se hicieron presentes en los medios de comunicación de carácter nacional.
En el fragor de la moción se pulsaba abiertamente la polémica y la misma desata las más variadas opiniones a favor y en contra, despierta las más encontradas polémicas, encendidas y disímiles posiciones y puntos de vista, (Últimas Noticias. Suplemento Cultural, E.V. 1998). La oferta más pública y repetida es la Constituyente, (El Nacional. E/9. Fecha: 06-09.98. La Iconoclasia Cívica. Alberto Quirós Corradi.). Una Constituyente puede llevarnos al desastre, (Boris Bunimov Parra. El Globo Política. P-5. Fecha: 27-08-98).
¿La crisis nos conduce a la Constituyente? (María Yolanda García. El Universal. C-1. Pág. 17. Fecha: 12-07-98). La Constituyente liquidará la Partidocracia. (Omar Mezza Ramírez. El Globo Política. P-4. Fecha: 31-08-98). La Asamblea Constituyente es un recurso absolutamente democrático que nadie puede tildar de subversivo, (Conversaciones con Alfredo Peña. El Nacional. D-2. Fecha: 17-07-98).La Constituyente no acabará con la pobreza, (Lourdes Wills Rivero. El Globo Política. P-5. Fecha: 08-09-98).
La Constituyente Boba, (Carlos Raúl Hernández. El Universal. S/f). De la Constituyente Soberana a la Democracia Plebiscitaria, (Aníbal Romero. El Universal. S/f). Con la Constituyente Botamos en Febrero al Congreso, (Simón Alberto Consalvi. El Globo. Política. P-5. Fecha: 02-09-98).La Constituyente es más que una Reforma Constitucional, (Gonzalo Rodríguez Corro. El Globo. Política. P-5. Fecha: 25-08-98).
Resulta fácil observar, amiga, amigo lector, que la polémica desatada entonces respondía no sólo a intereses políticos, sino también, y fundamentalmente, a intereses de clase. El riesgo de los partidos políticos del status estaba al filo de la navaja y el repudio era general. La democracia burguesa agotada buscaba un nuevo y fresco aliento o perecía y así lo expresaban los actores políticos de entonces. La Constituyente es la única vía para impedir una dictadura, declaró, Leopoldo Puchi, a El Nacional, (Sección política D-1. Fecha 08/ septiembre/ 1998). Pero Juan José Peralta, en La Religión, (Año 108. N° 40. 266), expresa, precisa: Constituyente para una Dictadura. Otros actores declaran: La Constituyente, ¿Revancha o renovación? (Luis Enrique Oberto. El Universal. Opinión. 2’2. Fecha: 11-07-98). La Constituyente: participación o exclusión. (Gabrielle Guerón Josko. El Nacional. Opinión A/5. Fecha: 12-09-98).
Tal diatriba siguió su camino entre quienes apoyaban la moción chavista y quienes, entre el miedo y sus intereses de las clases explotadoras, se enfrentaban a nuevos y renovados escenarios sociales y políticos, particularmente contra aquellos nuevos actores, quienes insurgían ineludiblemente. El implacable devenir de la historia tomó la palabra. Bien lo afirmaría uno de sus actores, Manuel Quijada, para El Nacional, publicado en el Cuerpo D, el 30 de agosto del 98: Aunque no la entienda, la gente intuye que la Constituyente es buena. La intuición de las clases populares andaba firme y alegre. Un convencimiento absoluto. La duda andaba de vacaciones. En la medida en que la expectación se despierta la gente participa.
Pero existen dos declaraciones verdaderamente desatinadas para políticos que representaban los dos partidos de AD y COPEI, los cuales siendo gobierno en su momento en este país significaban la responsabilidad histórica de la crisis de Venezuela., expresada en la pobreza y la exclusión social. Quizás su desatino político histórico comienza por tales apreciaciones. La Constituyente es una oferta tramposa que el país no merece, declara Alfaro Ucero para El Nacional de fecha: 23 de agosto de 1998. Y seguido, Eduardo Fernández suelta la siguiente afirmación: La Constituyente de Hugo Chávez pretende emular a la de Pérez Jiménez, también declaración ofrecida a El Nacional. Cuerpo D/4, el 9 de septiembre de 1998. Ya el comandante, Hugo Chávez, había presagiado las terribles intenciones: Quieren desvirtuar a la Constituyente para destrozarla, (El Nacional D/4. Fecha: 29-08-98).
La discusión debe continuar. Quizás se vuelva sobre el trabajo de aquel presbítero francés Manuel José Sieyés, a quien se le acuña la propuesta de la Constituyente, a propósito de la Revolución Francesa. Su obra ¿Qué es el Tercer Estado? La soberanía popular compromete su participación y protagonismo. El Poder constituyente no tiene límites cuando se constituye un pueblo en Estado, (Fajardo, 1985).