Entramos en la semana crucial que marca el final de una oposición irresponsable, cobarde y asesina, quienes equivocaron el camino y se embaucaron en un callejón sin salida, que al final los arrastra hacia el ostracismo político. No podía ser de otra forma y ellos no podían esperar si no un final trágico, porque la democracia tiene sus propios instrumentos y sus propias reglas, que abre los espacios para que a través de la participación y el voto se decida la convivencia polito-social de la nación. También tiene sus propios marcos constitucionales que blindan esa convivencia y marcan los límites de la soberanía del territorio. En eso debemos estar claros todos y todas; lo que no se puede ni se debe permitir es que grupos violentos, terroristas y asesinos se escuden en fachadas de partidos y en cascarones como la MUD, para quebrantar la paz y la tranquilidad de la República y querer tomar el poder por asalto, porque a la detestable y miserable derecha le da la gana.
Ahora bien, una cosa es querer y otra es poder, y como lo deseos no preñan, podemos decir que la oposición –en su locura irracional- se imaginó miles de cosas y les prometió a sus seguidores y a sus pequeños ejércitos de terroristas "templarios", que quemando a personas, incendiando edificaciones, universidades, guarderías de niños y niñas, secuestrando a personas y urbanizaciones enteras, ya el gobierno estaba caído. Sobre esas falsas premisas se embarcaron es esa aventura terrorista que ha hecho mucho daño. No conforme con eso, han venido en escalada de violencia, planteándose la posibilidad de un gobierno "paralelo", situación extremamente peligrosa por sus implicaciones de violación a todas las reglas establecidas por la Constitución de la República. Decimos peligrosa porque pudieran estar abriendo los surcos de una guerra civil, donde al final, todos saldremos perdiendo. Entonces, lo único que le ofrece la oposición al pueblo venezolano es sangre, muerte, dolor y caos.
De allí la importancia que todos comprendamos la magnitud de lo que nos estamos jugando esta semana crucial, fundamentalmente este próximo domingo 30 de julio. Como debe y tiene que ser, millones de venezolanas y venezolanos apostamos a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y con la fe de militantes revolucionarios iremos a votar para acabar de una vez por todas con esa oposición violenta, fascista y asesina. Una vez votada mayoritariamente y constituida la ANC, se blindará toda la estructura del Estado y sus instituciones para comenzar a aplicar la justicia y castigar a los traidores y terroristas opositores. Ya veremos a los guevaritas, a los cejotas, a los caprilescos y resto de esa fauna silvestre, huyendo como los propios cobardes. Pero la justicia constituyente y revolucionaria debe actuar y atraparlos antes de que salgan del país y juzgarlos con todo el peso de la ley. Así que vayan preparándose porque la verdadera justicia ya viene cerca y les está pisando los talones.
Desde cualquier ángulo que se mire, la oposición esta derrotada; es por ello que esta semana se volverán peligrosos, pero confiemos claramente en los organismos se seguridad, que van a neutralizar todas esas acciones terroristas. Todo el pueblo chavista preparado para lo que sea, pero sobre todo preparados para ir a votar este próximo domingo, día grandioso de victoria constituyente. Ya al final de la tarde, andaremos victoriosos, gritando: ¡Viva la Revolución! ¡Viva Chávez y Maduro! ¡Viva la Constituyente!