No supo jamás el gobierno y sus cegatos asesores que la imposición de una ANC sin consultar al soberano le iba a costar tan caro. Ya no se trata de que si lo expresa la Constitución Bolivariana o no, se trata ya de una cuestión de ética revolucionaria. Y la ética revolucionaria pasa por la consulta a un pueblo cualquiera sea su decisión. Entonces los costos empiezan a proyectarse en las copiosas facturas que a trastienda se asoman.
Es crítica la reputación internacional del gobierno. No sólo en los países de largas historias capitalistas sino que, países de amplias posturas democráticas y de avanzada popular han dejado claras sus visiones opuestas a las últimas acometidas del gobierno del presidente Maduro. Las posturas de algunos dirigentes pesuvistas como queriendo recular en torno a la ANC, marcan la terrible desorientación de ese proyecto y la proyección poco victoriosa del mismo.
Y todas estas erratas inciden sin duda sobre la situación económica del país, ya insostenible. Se olvidaron hace meses del funcionamiento de aquellos motores que no han dado marcha aún. Y el pueblo a quien se debe la revolución, paga con hambre y con miseria. No hay inversiones en el país, disminuyen severamente las reservas internacionales y la seguridad alimentaria y hospitalaria rueda por los suelos con su lastre de enfermedad y muerte.
El gobierno desde hace casi un año no ha podido superar el elemental proceso del cono cambiario nacional, y el bachaquerismo del dinero efectivo pulula por todas partes con la alcahuetería del gobierno y el sector corrupto de la banca. Mientras tanto el proceso constituyente sigue su paso jadeante y moribundo. Y si llega al domingo, una oposición al proceso se quedará en sus casas, asestándole un golpe mortal al mismo.
Todo esto demuestra la descomunal ineptitud política del gobierno y sus conmilitones de chequera en mano. Aquí y de eso debe estarse completamente convencido, el gobierno y el psuv viene desde que partió Chávez, coadyuvando con original torpeza, el crecimiento de una oposición que ya hoy por hoy sin ninguna duda constituye una clara mayoría que daría al traste electoralmente con la revolución.
