Hoy nos vamos a referir en esta entrega al patrimonio moral de los dirigentes en la actual coyuntura.
Cuando las clases populares como bloque popular logra irrumpir en la sociedad. ¿Como lo hace? ¿Cuál es su riqueza? ¿Dónde radica su poderío? En su cantidad.
Pero ese número no tiene sustancia agregadora, no tiene cemento unificador en sí mismo porque es una suma de individuos. Su cemento es su fuerza moral, su honestidad, su transparencia, su humildad, su pobreza, su incorruptibilidad.
Ese es el símbolo que convierte el discurso en horizonte, que convierte la propuesta lanzada al aire en esperanza.
La fuerza moral del líder, del dirigente, y no puede ser que esta fuerza moral se le destruya en la gestión de gobierno. Eso sería un crimen porque peor que una derrota política sería una derrota moral.
Y es peor porque la derrota moral no las inflige el adversario, porque el adversario es corrupto, ladrón, destruye los países y entrega lo público a unas cuantas personas. Pero la derrota moral nos la infligimos nosotros mismos cuando caemos en las garras de la corrupción y del uso mal habido de los dineros públicos.
No podemos hipotecar el destino de millones de personas por el interés privado. Pudiera pensarse que es parte de una justicia histórica, los pobres tanto tiempo sumidos en la pobreza, estando en gestión de gobierno, pueden sentirse tentados de poder administrar o usar los recursos del Estado de manera personal. Sociológicamente se pudiera hablar de una especie de resarcimiento histórico de los pueblos, pero políticamente es inconveniente porque te desarma, te corroe, te destruye.
Un gobierno progresista y revolucionario tiene que ser a prueba, tiene que llevar adelante a Robespierre.
Si no tenemos la fuerza moral ¿Dónde radicará entonces nuestro poder? No podemos hacer recaer nuestro poder en el dinero que manejamos, en la parentela que promovemos, en los negociados que justificamos. Si hacemos eso, habremos perdido, podremos ser gobernantes unos meses, pero habremos perdido políticamente y llevaremos a nuestra sociedad a una derrota generacional.
La humildad, la sencillez y la incorruptibilidad deben ser la fuente de nuestra fortaleza.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
¡Hasta la Victoria Siempre!