Ponen presos a Eulogio y Martinez, todos gritan "así es que se gobierna"; la masa amaestrada se estremece al grito de ¡corruptos!
Antes, con aquel olp lo hizo al grito de "¡malandros!", esos no tenían derechos humanos. Y allá, más lejos, la masa embrutecida creyó en la superioridad de su raza.
Allá arriba se sienten traicionados por Eulogio y Martínez: los infieles al padre están condenados a sentirse traicionados, su deslealtad se les marca en el alma, entran en un circulo fatal que se apodera de ellos: serán traicionados y traicionarán por los siglos de los siglos, no podrán dormir tranquilos, verán la falsía en el espejo y también en la sopa. Temen que se cumpla el refrán "el que a traición sube, a traición baja"
Pero dejemos atrás lo personal y escudriñemos las consecuencias sociales de la conducta irresponsable en el trato de la disidencia. El gobierno usa y abusa de la descalificación a la disidencia interna, que es a la que más teme. La acusó de agentes enemigos, de traidores a la Patria, aún resuenan en la televisión las amenazas de aquel que calificaba la crítica como "traición a la Patria", y aún se recuerda al presidente ubicando "bajo estado general de sospecha" a los que denunciaron temprano la alianza con la burguesía y la falsificación del Plan de la Patria.
Ahora usan otro descrédito: ¡corrupto! es una sentencia de muerte moral, no necesita comprobación, basta el dedo. Da pena, avergüenza lo que hicieron con Eulogio, allí está el vídeo condenatorio de sus verdugos. Lo humillaron, con la rara acusación de corrupto, muy rara porque sólo imputan a los que les convienen, los sobrinos no existen, no hay un militar corrupto, sólo existen los de la "trama" que hace sombra sobre el 2018. Y la imputación la hacen unos que están bien acomodados, allí en la alta esfera no hay pobrecitos, todos tienen su "fortunita" de esas que no se ganan trabajando, el que esté libre de pecado que tire la primera declaración de bienes.
Es suficiente que un tonto útil califique a alguien de corrupto para que sea condenado. La carnicería les dio resultado, apartaron del medio a la disidencia, entre "agentes" y "corruptos" neutralizaron las posibilidades de respuesta a la traición al Comandante Chávez, eso era lo importante, liquidar la disidencia interna. Se pueden sentar en un santo diálogo con los escuálidos, con los guarimberos, con los artífices del sabotaje petrolero, con las trasnacionales, con los enemigos de Chávez, pero a los revolucionarios, a los que denuncian la entrega al capitalismo, con esos ni a misa.
Hay un daño grave, esa conducta de descalificar a diestra y siniestra, de linchar moralmente a los adversarios, crea un masa despolitizada, capaz de aceptar cualquier patraña, sedienta de espectáculo, de lapidación, volvió la grada del circo romano. No les importa quién es la victima, hoy es Eulogio. Mañana un militar puede proclamar que se siente traicionado por esta camarilla, que también es corrupta, y el militar linchará a los que hoy linchan y será aplaudido por la masa, y mañana el militar inventará otro descalificativo, y habrá otro fiscal y otro dedo y las masas embrutecidas lo aceptarán.
Así se fabrican los horrores. Es necesario detener la caída de la sociedad, y no es con diálogos en Santo Domingo entre iguales, o con deslumbramientos ante el capitalismo chino.