Tres procesos electorales en 133 días y sus resultados, nos permite reflexionar sobre el como desmontar a un "Capitalismo de Estado" con políticas públicas socializantes, hacia un Estado comunal y socialista a la venezolana.
El tener en la misma dirección política-ideológica a una Asamblea Nacional Constituyente, a una presidencia de la república, a 19 gobernaciones y ahora a 305 alcaldías, es lo suficientemente estratégico, para contribuir en dibujar una nueva geometría del poder, para una nueva sociedad.
Las reflexiones van más allá del para qué ganar elecciones y concentrarnos en el que hacer con el poder y como redimensionarlo al servicio de las mayorías y fortalecer más allá de la retórica, al poder popular como expresión política del "pueblo organizado".
Hay parametros de acción para una nueva sociedad, con una base tangible que se potencia con el bienestar social, que debe pasar por el reconocimiento, la auto-realización, las oportunidades de crecer tanto, espiritual intelectual y materialmente...
las formas de gobernanzas deben cambiar, tanto , como los valores o anti-valores capitalista, para acercarnos a nuevas expectativas y esperanzas en fortalecer el buen vivir en solidaridad y cooperación, mirando al ser social como epicentro de la sociedad, canalizando el binomio problemas-soluciónes.
La Venezuela potencia hay que apuntalarla con un nuevo modelo económico, sustentado en el desarrollo endógeno, la seguridad alimentaria y apalancar de manera permanente las condiciones para estimular la productividad al servicio del ser humano.
