Henri Falcón sueña con la Presidencia de la República. El audaz plan de su partido y quienes lo respaldan es aprovechar la enorme inconformidad nacional frente al detestable gobierno de Nicolás Maduro, para captar lo que todas las encuestas anuncian sería un masivo "voto castigo". Pero no la tiene fácil.
Su principal enemigo es él mismo, por su endeble trayectoria política, ética y administrativa. Pero también lo afecta la carencia de un proyecto político nacional creíble, pues hasta ahora ha ido atando retazos de discursos ajenos y, cada vez, va asumiendo las principales tesis económicas del discurso neoliberal y pro imperialista. Nada nuevo ni confiable.
Por un lado, tiene la férrea resistencia de quienes desde posiciones extremas de la oposición asociada a las guarimbas, el golpe de Estado del 11-A de 2002 y las pautas de la oligarquía latinoamericana y la rancia derecha de Estados Unidos y la Unión Europea: lo tachan de "chavista" por haber sido parte del movimiento insurgente del 4F de 1992 y militante del Movimiento V República (MVR) y del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), además de confrontarse con las principales fuerzas opositoras en el estado Lara, donde fue alcalde de Barquisimeto y gobernador. Su derrota en 2017, tuvo ese componente decisivo, y él mismo lo denunció.
Por el otro, pesa sobre Falcón toda la confusión que agobia a buena parte del electorado, que se identifica con la abstención para el próximo 20M, cuando serán las elecciones de Presidente de la República y miembros de los Consejos Legislativos Estadales (23) y Concejos Municipales (335).
Y por si fuera poco, es aplastante el entorno internacional de la mayoría de gobiernos de América Latina, Norteamérica y Europa firmemente plantados en contra de estas elecciones y decididos a no reconocer sus resultados ni a los elegidos, comenzando por el Presidente de la República, lo que no excluye a Henri Falcón.
Su estrecha relación con José Vicente Rangel, ex canciller, ex ministro de la Defensa y ex Vicepresidente Ejecutivo durante buena parte del corrupto gobierno de Hugo Chávez, también lo cargan de dudas por parte del electorado que conoce las maniobras de quien ha estado en muchas jugadas con factores de "oposición", que bien pueden emblematizar Manuel Rosales y Didalco Bolívar, entre otros.
Las investigaciones de la Contraloría General de la República sobre sus gestiones en la Alcaldía de Iribarren y en la Gobernación de Lara son la guinda de este helado misterioso, en cuya factura están inmersos el Movimiento Al Socialismo (MAS) y la parte de COPEI que controla ese micropartido desvencijado por pugnas internas aliñadas por el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia, decisión tras decisión.
· POR DELITOS DE CORRUPCIÓN, ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR Y LEGITIMACIÓN DE CAPITALESdeben ser investigados por la Fiscalía General de la República y judicializados los funcionarios corruptos y sus compinches que controlan mafiosamente el proceso de otorgamiento y renovación de pasaportes en el SAIME, ente adscrito al ministerio de Interior, Justicia y Paz.
· NO SOLO FUNCIONARIOS DEL SAIME están en esa dinámica mafiosa: se asocian militares activos y retirados, policías del Sebin y agentes de Inteligencia y Contrainteligencia Militar (DGICIM), según denuncia confidencial, cuya gravedad debe llamar la inmediata atención por parte del Alto Gobierno y la FGR.
· COBRAN EN DÓLARES Y EUROS -como denunciamos la semana pasada- montos que sus víctimas (o compinches delincuentes) deben entregar en efectivo o mediante transferencias bancarias a cuentas del exterior.
· IGUAL QUE LOS DELINCUENTES venezolanos –civiles y militares- asociados con las mafias contrabandistas colombianas controladas por las sanguinarias bandas paramilitares en el Norte de Santander, estos bandidos del SAREN prestan sus "servicios" a delincuentes nacionales y extranjeros de todo tipo, desde narcotraficantes y contrabandistas hasta legitimadores de capital, problema serio e inevadible que deben abordar diligentemente el presidente Nicolás Maduro y su ministro de Interior y Justicia y Paz, Néstor Reverol.
· ACLARO PARA EVITAR COMENTARIOS CÍNICOS O BOBOS: cuando denuncio funcionarios civiles y militares delincuentes, mafiosos, corrompidos y encompinchados con narcotraficantes, contrabandistas de las mafias colombianas, no estoy generalizando ni denigrando a las instituciones a las que pertenecen esos bandidos y bandidas; solo me refiero a los funcionarios civiles y militares que se han corrompido y traicionado sus juramentos de servicio público y defensa de la patria, cuya responsabilidad en la actual macro crisis que nos asfixia es muy grande. Además, pienso que todos aquellos funcionarios civiles y militares asociados para el enriquecimiento ilícito con bandas delictivas venezolanas y extranjeras –desde el bachaqueo hasta el narcotráfico y el contrabando- son realmente traidores a la patria, delito muy grave y específico en el caso de militares y policías corrompidos, quienes deben ser combatidos con firmeza y ejemplarmente, en resguardo de la seguridad, la integridad territorial y la independencia nacional.
· EL DESMADRE EN LA FRONTERACON CON COLOMBIA (Amazonas, Apure, Táchira y Zulia) no tiene otra explicación: las mafias colombianas han sabido captar, corromper y padrotear a funcionarios civiles, policías y militares venezolanos que se han corrompido y traicionado a la patria por dinero, prostitutas, licor y drogas.
· LA OLIGARQUÍA MAFIOSA COLOMBIANA -asociada inextricablemente con las mafias despiadadas y sanguinarias que controlan el delito fronterizo- ha trabajado sistemáticamente en este sentido, con apoyo descarado por parte del gobierno, los militares y policías colombianos, quienes también reciben lo suyo, padroteados por los mafiosos.
· EL SAREN INCREMENTÓ ESCANDALOSAMENTE el costo de los trámites de legalización de documentos aplicando una sobre tasa que decuplica el aumento de la Unidad Tributaria.
· ESTE AUMENTO VULGAR Y ESPECULATIVO por parte del Servicio Autónomo de Registro y Notarías, adscrito al ministerio de Interior Justicia y Paz, golpea a la ciudadanía en medio del proceso de hiperinflación y economía delictiva que nos asfixia y condena al hambre, la desnutrición y la enfermedad sin medicamentos ni posibilidades de recibir tratamientos médicos para recuperar la salud.