Con mala intención se intenta crear la matriz de opinión, según la cual Reinaldo Quijada seria repetir el caso en Nicaragua de Violeta Barrios de Chamorro, quien aliada con la derecha derroto electoralmente a Daniel Ortega, líder de la revolución sandinista, quien después de diez años comprendió que había que rectificar antes los errores. Por esta razón, aclaramos que Quijadas es la opción para que grandes sectores del universo electoral puedan concretar sus anhelos de cambio, y producir un quiebre de este nefasto ciclo que nos lleva directo a la ruina moral, económica y cultural, y que ciertamente no tiene precedente en nuestra vida republicana.
Por culpa de esta ridícula parodia que los aventureros pretenden disfrazar de socialismo del siglo XXI, la gente tiene muy mal concepto de la política y de los políticos. Y lo peor de toda esta perversa patraña, es que crece el escepticismo, que en la praxis solo favorece a los demagogos, porque si la gente no vota y se queda en casa, es el oficialismo el que saca ventaja a la abstención, apoyándose además en la maquinaria del Estado y la compra de conciencia. De modo que sería una reaccionar con rabieta y perder el sentido común, pues lo que está planteado es salir a votar el 20 de mayo, para echar a patadas a estos corruptos que nos tienen pasando hambre, mientras raspan la olla para luego largarse buchones.
Entonces, que quede muy claro que existen diferencias entre Violeta Chamorro, candidata de una alianza oligarquita y reaccionaria en Nicaragua; y Reinaldo Quijada, garantía de que a Venezuela regresen los capitales que se fueron porque el gobierno no respeta las reglas del juego y se pelea hasta con su sombra.
Y porque ya mono no carga su hijo y el régimen comienza a desplomarse, Quijada promete llevarnos a puerto seguro, arrancando de raíz este fracasado modelo castro-comunista, el mismísimo que lleva más de medio siglo condenando a los cubanos a la más horrible pesadilla en el continente americano. Así Raúl Castro trate de disfrazar su tiranía colocando al Miguel Canel, la comunidad internacional sabe que es un cuento mal echado. Por cierto, Juan Vicente Gómez, encargando varias veces a un Presidente con la anuencia del obediente Congreso gomecista. Por ejemplo, cuando encargo a Juan Bautista Pérez de la Presidencia, la gente comentaba en la calle "que en Miraflores esta Juan Bobo, y en Maracay estaba Juan Vivo"
Y como no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, no queda otra que jugarnos a Rosalinda con Reinaldo Quijada, quien promete gobierno de transición y llamado a elecciones generales en igualdad de condiciones y sin compra de conciencia. De lo contrario, nos exponemos a que nos agarre el chingo, o el sin nariz. O me equivoco.