La desesperación por que votemos tiene que ver con salvar el sistema de elecciones clásico, clientelar y burgués, y la otra razón es la de poder legitimar al triunfo (triunfalista) de Maduro. Eso no es raro, siempre ha sido así, solo que ahora nadie quiere votar, la vida que llevamos ahora no deja espacio para esa estupidez, que no promete nada distinto ni bueno.
El plan de 180 días para la recuperación del país, de Francisco Rodríguez, puede llegar a extenderse por más de 180 años, en el supuesto que ganara Falcón y volviera el régimen esclavista; ha sido así desde Adam Smith hasta acá. Pero Maduro promete, como un loco atolondrado, lo mismo que ha hecho hasta ahora, bajo una promesa similar a la de Rodríguez: recuperar al país en un año. ¿De dónde sacará Diosdado Cabello que las promesas de Maduro tienen que ver con el socialismo y que el entusiasmo que se le ve al público en sus programas es el de Venezuela? La verdad es que el diputado debe de patear las calles, pero con su público amarrado a la trabilla del pantalón.
Votar por Maduro cuesta. Con una promesa así, de luchar por arreglar lo que él mismo desbarató, ¡cuesta!. Uno se pregunta ¿Y ¡dónde está el socialismo!, en ser pacientes y leales a un equipo de dirigentes que son incapaces de tocar a los capitalistas ni con guantes de seda? Si no votamos por él no es traición, sería lo más natural del mundo, sobre todo cuando el mundo nos exige ocuparnos de otras cosas más urgentes. Contranatural sería votar, y votar además por un mentiroso crónico, sea cual sea la razón por la cual miente, patológica o moral, ¡y todos los candidatos son eso, mentirosos! Estas son unas elecciones vergonzosas.
Según Diosdado si los chavistas no votamos somos traidores malagradecidos, pero ¿Cuándo Diosdado nos consultó si queríamos entregarle nuestras reservas en divisas a los empresarios privados? ¿Cuándo se nos consultó si queríamos regresarle Las Cristinas a Gold Reserves? ¿Cuándo se nos preguntó si queríamos privatizar PDVSA? ¿Cuándo se nos preguntó si queríamos que Maduro fuera el candidato del chavismo? Los únicos consultados en el PSUV los lleva amarrados Diosdado, de las trabillas del pantalón, a todas partes, como él mismo dice. Interesante en estas elecciones es ver que voten mucho menos de los carnetizados que tiene el PSUV por Maduro, y ver luego a Diosdado haciendo malabarismos y chistes para explicar y suavizar la derrota.
¡Diosdado, Maduro no es Chávez! Chávez jamás se hubiera inventado "tanta paja loca" para justificar el trabajo que pasa el pueblo pobre, o sea, todos, para conseguir comida y medicinas. Chávez fue un hombre responsable, no hubiese culpado de este descalabro a otro que no fuera él mismo. La "guerra económica" que le ha servido a Maduro para justificar lo injustificable, Chávez la hubiera asumido como una guerra de verdad, no hubiese pedido clemencia, jamás la hubiera visto como una maluqueza, hubiese respondido con todo lo que tenía a la mano, como militar y como revolucionario. Maduro no es Chávez, Maduro no es socialista, es una farsante.
Chávez cultivó una conexión amorosa con el pueblo, Maduro no; Maduro no sale de una burbuja creada por ustedes mismos. Chávez peleó por la independencia de Venezuela política, económica y social, Maduro está entregando el país a las trasnacionales otra vez, por pedacitos ¿Qué pasa Diosdado, estás ciego, o crees que todo el mundo es pendejo? Chávez no tuvo vergüenza de llamarse socialista y marxista, Maduro casi nunca usa la palabra socialismo o socialista frente a empresarios, obedece con disciplina a los publicistas, no cuenta con asesores políticos sino asesores de imagen. Chávez recibía y enfrentaba la crítica sin miedo, Maduro se espanta ante ella, la descalifica y la persigue (lo mismo hace Diosdado, descalifica a los críticos pero jamás habla de política, de economía, jamás argumenta, solo sabe descalificar a los críticos, a los ex ministros y ex funcionarios, y a los intelectuales) Chávez escuchaba a sus críticos políticamente más cercanos y a los de derecha, Maduro prefiere a los suyos del lado de la derecha, y a los otros en la cárcel. Chávez fundó y estimuló las grandes empresas socialistas, Maduro las abandonó todas, a favor de los "empresarios honestos". Chávez denunció el otorgamiento de dólares baratos a empresarios ladrones y propuso la creación de empresas socialistas, Maduro adquirió el mal hábito de repartir nuestras reservas en divisas, siempre a los mismos ladrones. A Chávez le era casi imposible mentirle a pueblo, para Maduro es rutina la mentira, las dice sin que se le tuerza un músculo de la cara (y lamentablemente para Diosdado esto es lo más fácil de demostrar) Chávez echó la Gold Reserve de Venezuela, por maula y depredadora, Maduro la volvió a traer como si nada. Chávez redactó un Plan de la Patria, Maduro lo falsificó, luego lo desechó y más tarde, sin ni siquiera cumplir una pequeña parte del primero, hizo el suyo propio. Chávez fue grande, a pesar de su estatura, Maduro, a pesar de la suya no le da ni por los pies. El error de Chávez antes de morir fue no haber calculado las consecuencias de elegir a una ser tan mezquino como Maduro para sucederlo, fue… no haberle visto el alma sino los ojos; demasiado cándido y confiado.