¿La victoria es pírrica o estrambótica? ¿De cómo a Francia quisieran descangallar? Un cuento chino

En el "Este del Paraíso", la excelente novela de Jhon Steinbeck, Adam Trask, tiene en Lee, a un sabio chino, algo así como de mayordomo y consultor, con respuestas para todo. Un conductor capaz de controlarle en los más difíciles momentos y siempre dado para darle los mejores consejos. Hasta supo ser cauto, cuando y cuanto fuese necesario, para no perder su influencia y poder de ayudarle. Para Adam trask, haber tenido aquel personaje a su lado le resultó más ventajoso o casi lo mismo que la cuantiosa fortuna que le dejó su padre y de la cual vivió toda su vida sin trabajar.

Lee fue un chino. Pero los chinos y toda la economía china de hoy que avanza de manera avasalladora, tanto que en lo que llamaríamos un relativo corto plazo ya está desplazando a Estados Unidos, no creo tengan con nosotros la misma conducta de Lee. Si es ventajoso que una sociedad, Estado y potencia como lo es la China de hoy, pueda bajarles la arrogancia a los norteamericanos que no tienen para nuestros pueblos otra propuesta distinta a que nos sometamos y sujetemos nuestra economía y política en el bienestar casi exclusivo de ellos. Me alegra y hasta envalentona, ver como míster Trump, después de imponerle sanciones a China, como si fuese la misma de hace cincuenta años, y recibir como respuesta las sanciones del país asiático contra ellos como un golpe demoledor, que como tal mucho dolió, se avenga casi inmediatamente a suspender sus sanciones y enviar un emisario a Beijing a cómo pedir cacao. Me satisface porque abre a nuestros pueblos nuevas perspectivas como la hegemonía norteamericana pareciera empezar a disolverse. Esa alegría que anima a un viejo amigo a quien respeto, admiro y quiero mucho, pero que no comparte lo de "victoria pírrica", como llamó Néstor Francia la del domingo por parte de Maduro y no lo comparte porque según él, estos resultados parecen vinculados a ese fenómeno mundial que hace de China un eje demasiado importante en el mundo de hoy. Para muchos, más allá de nuestro amigo, el triunfo de Maduro, al margen de las cifras, es como si quienes sufragaron a favor de éste, ayudaron a acelerar ese proceso. Suponen además que inexorablemente, desde la perspectiva mundial e interna, el resultado del domingo constituye un rotundo triunfo para los venezolanos y particularmente para aquellos que estamos al borde del abismo.

Cuando leí esas cosas, recordé al "Este del Paraíso", su autor Jhon Steinbeck y Lee. Sobre todo a este último, el chino, que se dedicó por completo a cuidar Adam Trask, hasta el último momento de la vida de éste. Lo recordé porque llamar a no compartir el juicio de Néstor Francia, lo de "victoria pírrica", por lo que significa el avance de los chinos, pero sí la idea de una "estrambótica" de domingo, me pareció estar leyendo otra vez, creo que sería la cuarta, aquella excelente novela.

Pero si releemos a Francia y a mi amigo, a quien no nombro por no personalizar el asunto, dado que le respeto, sé de sus inmedibles valores, como la honestidad, firmeza y capacidad para entender mucho más allá que el común de la gente, entre la cual uno se halla, vamos a encontrar abundantes coincidencias. Los dos, como quien esto escribe, están conscientes de la enorme responsabilidad del gobierno en esta crisis que nos abate. Los o mejor los tres, pues indiscreta y con poca humildad me inmiscuyo, estamos conscientes de cómo se ha venido incubando esta situación y de cómo gente del gobierno ha sido incompetente para abordarla. Y es más, a esta altura, después de los resultados del domingo, quienes gobiernan no dan muestra alguna de lo que van a hacer. Apenas comienzan asomar no sin timidez, algunas propuestas que muchos, entre ellos mi amigo, venimos planteando desde hace tiempo. Pero la timidez misma habla del poco convencimiento. ¡Uno sabe que eso es duro de deshacer!

La Cuba del tiempo de Mao y del estalinismo, pese los defectos de esos gobiernos, en los cuales creo también coincidimos y de lo que no es pertinente hablar ahora, recibió ayuda generosa sin contraparte material. Eran aquellos Estados, no socialistas o comunistas como muchos dicen, pero si manejados por gente con cultura de tal, que asumieron el asunto cubano como propio y a la isla del Caribe ayudaron sin medida. Fueron los tiempos de cuando la isla antillana llegó a ser la tercera potencia mundial del deporte y adonde todos querían ir en busca de salud y hasta a bajo costo. Los planes que firmaron, si acaso llegaron a firmar alguno, no ponían condiciones correspondientes al capitalismo de hoy. Ahora el cuadro mundial es diferente. El capitalismo y la cultura del mismo prevalecen en el mundo entero, salvo que haya unos menos agresivos que otros. Por eso, no podemos esperar que la solución a nuestros males, automáticamente, vendrían si China impone, sin duda alguna, su supremacía sobre Estados Unidos o aquella lejana nación, la Federación Rusa y hasta Irán, consolidan un eje de paz y prosperidad. Eso, sin duda ayudaría, pero no significa que automáticamente va a traducirse en bienestar para nosotros si no hacemos nada. No veo sino poesía en ese llamado a sentirme satisfecho por lo que ocurre en el cuadro mundial, donde somos un país que empobrece, como que baja su producción petrolera, seguimos guindándonos del rentismo, padeciendo la corrupción y la especulación, mientras nuestro gobierno se refocila o distrae en discursos antiimperialistas como de utilería y como los otros, factores opositores y capital interno y externo hacen hasta contra todos nosotros. Tanto que hasta al más humilde comerciante venezolano, ese que hasta votó el domingo por Maduro, se inserta en la cadena especulativa porque eso se lo dicta su conciencia.

El avance chino, el retroceso gringo, el enredo de este en el asunto de las dos Corea que casi está obligando a Trump acceder a entrevistarse con el jefe de la del Norte, tenido por EEUU y el sionismo como algo despreciable, hablan de un mundo nuevo. Uno donde tienda a establecerse un equilibrio por la coexistencia o las potencias arrasan el planeta y la vida humana. Todo esto está muy bien. Pero que el chavismo haya bajado sustancialmente su votación, como en picada, que podría explicarse o justificarse en la guerra económica, pero sin olvidar el populismo prevaleciente desde el gobierno y que pudo haber ganado por la desmovilización de las fuerzas opositoras, a causa del persistente discurso abstencionista y violento, no deja de ser motivo para sentirse muy preocupado y hasta hablar de "victoria pírrica", lo que no es nada tan mortificante, como si debería serlo, que llevamos tiempo, incluyo en esto hasta a los mismos que no les gustó la expresión de Francia, sin que desde el gobierno den muestra alguna de haber tomado la seña que ya no es de uno sino de millones de votantes. Y estos, los votantes, ya la vienen haciendo desde tiempo atrás.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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