Si con todas las medidas adoptadas por el gobierno en favor de los pobres que incluye asalariados y marginados, la clase media formada por asalariados en general, por técnicos y profesionales de libre ejercicio y por los comerciantes de menor giro económico, si la clase media, decimos, no reacciona contra quienes son propietarios de las mercancías y de los principales medios de producción, entonces definitivamente se trata de asalariados y trabajadores que no han madurado para una revolución.
Ni siquiera están los más conspicuos líderes del socialismo del Siglo XXI, quienes no han sido capaces de entender que no hay conciliación posible entre asalariados al servicio de los capitalistas y los ex marginados que hoy se hallan favorecidos ampliamente por el gobierno.
Esos asalariados y esos ex marginados forman la población electoral. El gobierno no cuenta ni si quiera con los funcionarios públicos ya que en una buena cantidad han demostrado ser quintacolumnas, corruptos, desleales e irresponsables con sus obligaciones burocráticas.
Estas son las pruebas de que la gente asalariada y trabajadora en general no está preparada para una revolución:
1.- Los créditos indexados dejarían sin techo a una gran cantidad de familias de la clase media y la revolución las salvó; 2.- la cuota balón dejaría sin vehículos a muchísimos trabajadores y la revolución los salvo; 3.- todos los trabajadores de la clase media al servicio de las empresas privadas, dueñas de las mercancías, han sido beneficiados con todos los ajustes de salarios; 4.- todos los jubilables de las empresas privadas han sido beneficiadas con pensiones de vejez que antes eran privilegios de algunos; 6.- todas las familias sin techo propio actual figuran en la Gran Misión Vivienda;7.- los servicios medicoasistenciales-aunque cargados de deficiencias , por supuesto-están a la orden de todos los trabajadores y enfermos de este país y de los extranjeros no adeptos al presente gobierno; 8.- la educación integral es pública y gratuita para todas las personas.
Bien, todos esos beneficios recibidos por todos los venezolanos-con las fallas mismas que la presente guerra deriva-podrían tener una respuesta de apoyo a este conato de revolución y, sin embargo, los asalariados de la empresa privada y los trabajadores en general, así como los pensionados en su mayoría consideran que esos son derechos suyos porque así lo establece la Constitución-que ellos no apoyaron-, pero no por ello se sienten agradecidos y al lado de los comerciantes fueron quienes más se abstuvieron en las recientes elecciones.