No habían terminado de darse los resultados oficiales de los comicios legislativos y presidenciales del pasado domingo 20 de mayo en el país, cuando inmediatamente a través de diferentes plataformas y redes sociales digitales se difundió la información de un supuesto gabinete de guerra, con nombres de diferentes compatriotas de trayectoria política de consideración dentro del Gabinete del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros. Y debo nuevamente hacer un alto en el análisis de los resultados de dichos comicios, para opinar sobre este tema, y contribuir de alguna manera en la paz y la calma de nuestro pueblo.
Un buen amigo y camarada, con un puesto importante dentro de un ente ministerial, y que por la estima y respeto me reservo de momento su identidad, me preguntó mi opinión sobre este tema, ya que en los corrillos de la institución donde él labora empezaron las habladurías y rumores sobre los supuestos cambios. Y evidentemente le di mi opinión al respecto.
He manifestado en mis artículos precedentes que la Revolución Bolivariana ha pasado a una nueva etapa, y es evidente que en esa etapa de renovación el ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, en uso de sus atribuciones exclusivas y constitucionales como Jefe de Estado y de Gobierno en Venezuela, haya pedido a todos los miembros de su Gabinete que pongan sus cargos a la orden. Pero le corresponderá a él y solamente a él definir quiénes de los actuales miembros del Gabinete Ejecutivo permanecerán en sus puestos y quienes pasarían a cumplir otras tareas revolucionarias.
Además, hay compatriotas que confunden el poner el cargo a la orden con un proceso de renuncias. No necesariamente lo primero implica lo segundo. Generalmente lo que se hace en estos casos es que los ministros, ministras y hasta el propio Vicepresidente Ejecutivo pongan sus cargos a la orden, para darle la libertad al Presidente de la República para que haga una evaluación serena y razonada de la gestión de sus colaboradores más cercanos. Definitivamente, el que lo haya hecho bien, es indudable que permanecerá en el cargo, el que no lo haya hecho bien, debe irse, y el que lo haya hecho bien, más no obstante la Revolución lo requiere en otras tareas y espacios, pues así debe asumirlos.
Otro elemento a considerar también en las apreciaciones es que afortunadamente la Revolución Bolivariana tiene diferentes espacios y trincheras donde diversos cuadros, sean estos hombres o mujeres, de acuerdo a sus capacidades y aptitudes, puedan prestar sus mejores servicios al país. Por ende, nadie falta y nadie sobra en este proceso de revolucionario.
Asimismo, dentro de sus primeras alocuciones como presidente reelecto, Nicolás Maduro ha señalado que debe haber una renovación en los liderazgos de este proceso revolucionario, porque en algunos casos no hemos hecho las cosas bien. Evidentemente, en este ejercicio de sincera autocrítica por parte del Primer Mandatario Nacional, está definiendo sus líneas de acción y su plan de trabajo a ejecutar durante el sexenio 2019-2025, previo a la definición de los colaboradores y colaboradoras que lo acompañarán en ese complejo y difícil camino.
Y aun suponiendo que habría cambios dentro del Gabinete Ejecutivo, los mismos no se darán de manera inmediata, ni debe desvelar a varios camaradas y compatriotas. Será el Presidente Maduro, quien luego de una evaluación serena y pormenorizada del momento político y social que vive el país, el que anunciará en el momento que considere más oportuno, la ratificación o remoción de alguno o de alguna de los integrantes del Gabinete Ejecutivo. Esa atribución le compete a él, y él sabrá en que momento realizar los ajustes ministeriales correspondientes.
Es evidente que los que difundieron esas listas a través de las diferentes plataformas, lo han hecho con un interés malsano de fomentar la intriga, ambiciones, desconfianza y fracturas a lo interno de las diferentes fuerzas políticas y sociales que hicieron posible el triunfo de la Revolución Bolivariana el pasado domingo 20 de mayo. Es parte del despliegue de sus operaciones psicológicas tendientes a minar la imagen y la confianza depositada no solo en Nicolás Maduro sino en los demás integrantes del Alto Mando Político y Militar de la Revolución.
Pero, es que aun suponiendo de que la fulana lista propagada fuese cierta, se cometería una tremenda injusticia, puesto que muchos y muchas camaradas con suficientes credenciales y con cualidades morales y éticas para desempeñar y acompañar a Nicolás Maduro en la difícil tarea que le corresponde asumir en lo sucesivo, quedaría por fuera. Antes bien, y como el mismo lo ha señalado, más importante que el cambio de un ministro, tiene que ver con las propuestas para la implementación de las soluciones a las actuales necesidades del pueblo, de las cuales también espero poder referirme en próximos artículos.
Lo que sí dejó como corolario de este artículo, es que a su debido momento, cuando Maduro anuncie lo que deba anunciar respecto al Gabinete Ministerial, es que habrá importantes vocerías de los movimientos políticos y sociales que hicieron posible su triunfo el pasado mayo, que van a sorprender a más de uno. Se los aseguro. Una vez que eso ocurra, volveremos a referirnos sobre este tema.