Hay un video que rueda en las redes que nos deja sin esperanzas en el presidente y en el gobierno. No es un montaje, es un extracto de uno de sus actos con los comuneros. Es un acto público dónde Maduro atropella a un comunero antes de que hiciera una crítica, descalificándolo de "tirador de flechas", lo llamó con sarcasmo "Guaicaipuro". ¡Ya no es posible comunicarse con ese señor, aturdido de soberbia!; nos ha dejado a todos embelesados pero de arrechera. Un trato altanero, burlón, de quien se cree que sabe mucho de lo que está hablando, que si lo comparamos con la zalamería con la que trata a los banqueros, estamos frente a un perfecto sirviente de los ricos.
Por otra parte de repente han aparecido como hormigas, por todas partes, mucha gente vestida de "campaña publicitaria" limpiando brocales, jardineras, aceras, en distintos puntos de Caracas. Unos dicen "Somos Venezuela", otros "Juntos todos podemos", con la eme tricolor de Maduro, todos uniformados hasta la cintura, jóvenes y viejos, mujeres y hombres, claramente gente necesitada de muchas cosas. La pregunta que uno se hizo al ver todo ésto fue ¿qué gana el gobierno con otro show?, primero, con mostrar "autoridad política" donde no la hay, delante de un comunero valiente, claramente inteligente y que sólo buscó la manera de hacer su denuncia a pesar de la manipulación de Maduro. Y segundo, con esta "campaña" intempestiva que revive la vieja tradición de nuestros alcaldes adecocopeyanos, eso de limpiar jardines, romper aceras, barrer calles, antes de unas elecciones o después, quizás para quedarse con algún dinero en comisiones de contratistas… No le vemos mucho sentido. Dinero no debe ser, porque tienen a estos pobres diablos trabajando como esclavos, ¿publicidad? ¿Para qué?, en estas "batidas" de proselitistas de Delcy y Maduro se ve la demagogia por todos lados. No ha habido nadie a los que hayamos consultado sobre estas cuadrillas que no diga que "algo se está tramando" o que "da es arrechera"; otra persona describió la escena (con justicia) como un acto humillante, para los trabajadores (que de seguro muchos no tendrán ni siquiera lo suficiente como para trasladarse a sus casas), y para todo aquel que mira ese "voluntariado" tan triste; es una burla. ¿Qué pretenden estos señores? Es como si quisieran restregarnos en la cara que ellos pueden hacer lo que les da la gana, inclusive tonterías como estas – "Para eso somos gobierno" dirán, – ¡Para eso son gobierno!, decimos nosotros también, ¡no para otra cosa!.
Viendo al joven comunero que intentó hacer una crítica sabemos que hay esperanzas para continuar con la revolución de Chávez. Cada uno de estos jóvenes críticos y valientes es una esperanza. Maduro ya es inevitable. Hay que tomarlo como una prueba; había que pasar por esto para conocer el "corazón del Hombre", con diría Eric Fromm (Fue necesario que emergiera de la sociedad burguesa capitalista Adolfo Hitler para conocer verdaderamente el corazón del hombre burgués). Delcys, Maduros, Diosdados y Cilias, (como en el cuento, "de los otros hay que jode en el suelo") siempre han habido y los habrá, luego de que terminen su tiempo en escena. Pero al ver que hay todavía gente valiente que no le teme a las manipulaciones de Maduro podemos decir que más temprano que tarde vamos a recuperar la revolución Chavista de manos de estos "actores de cuarta", sus espíritus se quedarán esperando su próxima función (¿en busca de otro autor?), para repetir la intriga, el chisme, la conspiración en otro drama de la historia, porque en éste ya se les terminó el libreto, se les agotó el personaje.
Lejos de fijarme en Maduro me llamó la atención el comunero, y lejos de ver en el presidente a un líder que sabía lo que estaba haciendo vi a un dirigente acobardado; creo que todos en el gobierno están agotados, sus mentes agotadas, lo único que les queda es el orgullo y la soberbia. Pero, si los chavistas reaccionamos ante la farsa de este sainete podemos hacer presión para que se vayan, para que desalojen el teatro, y retomar el gobierno.
Estos señores tienen que entender que están ahí por los chavistas que los eligieron, confiados en el espíritu de Chávez, están ahí por los comuneros, por las cuadrillas de esclavitos (es lo que parecen) que los tienen "embelleciendo" la ciudad, y por todos los que se han sacrificado por ellos en nombre de Chávez, es decir, repito, que se han sacrificado por ellos en nombre de Chávez ( no en vano Diosdado dedica su programa a Chávez haciendo que sea el comandante quien lleva la parte política del programa – por cierto muy bien manipulada y editada, y un Chávez interpretado, comentado y secuestrado por Diosdado- mientras Diosdado se dedica a los chismes. No en vano la campaña electoral la hizo "Chávez", a pesar de que algunos dirigentes renegados afirmen que Chávez metió la pata y que ellos están corrigiendo los errores del comandante; no en vano ¡sin Chávez, se caen!, y si se caen culparán a Chávez, de seguro).
No todo está perdido, dejemos que ellos se pierdan solos en su malcriadez; si de nosotros dependiera les daría dinero y una isla para que vivieran juntos sus gustos, aquí ya nadie les cree, ni siquiera los que se dan todos los días golpes de pecho por ellos, o sea, los que les creen: ¡Cría cuervos y te sacarán los ojos!
Es tiempo de retomar la lucha, cada quien desde su propia trinchera, de sumar a favor de la revolución socialista. Hagamos cómo si ganaron los adecos y luchemos desde donde quedó Chávez, con su Plan de la Patria incluido (el programa de Chávez, no la Ley, no la falsificación), cada Chavista socialista consciente y con algo qué decir, que lo haga, ahora es la hora.