Queriendo rendir tributo a la valentía y esfuerzo de gente, que en su afán de conquistar la libertad para Venezuela y territorios vecinos, sacrificó lo que pudo haber sido una vida apacible por una vida tormentosa, ello, al participar y confrontar una guerra con un enemigo muy superior en número, experiencia, armas y equipamiento para la guerra. Aquí una pequeña reseña de aquellos valientes que dejando familia y comodidades siguieron al venezolano inmenso, Simón Bolívar, para colaborar con él y llevar a la realidad su sueño. Veamos.
General Antonio José de Sucre
Nace en Cumana, Venezuela, en el año de 1795 perteneciente a una noble familia que tiene grandes servicios en la guerra de la Independencia. Desde muy joven sirve en los ejércitos patriota. En el año de 1811 y 1812 sirve en las tropas del Precursor Francisco de Miranda y tiempo después, junto a los Generales Piar, Mariño y Bermúdez participa en la invasión del Oriente del país y redimían, siendo 100 hombres solamente, tres provincias en manos de los realistas. Después de la caída de La Segunda República, en 1814, vino a ser uno de los defensores de Cartagena en 1815. Se destaca en acciones, destrozando al enemigo en Maturín y Cumana. Se une a los 500 soldados de Piar que vencen a los españoles en las batallas del Juncal y de San Félix comandados los españoles por el General La Torre, y produciendo en esas tropas una pérdida de 500 hombres muertos y 200 heridos, salvándose el General español La Torre con 17 hombres; en la noche del 11 de abril de 1816. El heroico patriota lucha en los combates que hubo desde Calabozo, Semen hasta Cojedes, realizó el acercamiento entre Mariño y Bermúdez que se habían disgustados, participa en las batallas de Gámeza, Bonza, Vargas y Boyacá. Participa junto a Pedro Gabriel Pérez y Briceño Méndez en el Armisticio de Santa Ana con los delegados del General Morillo, Toro y Linares, el 27 de noviembre de 1820. Es elegido Jefe Supremo de La Campaña del Sur, para ir a batallar en Quito contra el General Aymerich, organiza sus tropas, los une a milicias de Popayán, Cali, Caloto, Palmira y otros pueblos partidarios de la libertad. Consigue con su valor y bravura a toda prueba el triunfo de Pichincha, ofreciendo con su fuerte brazo la redención de Quito. Triunfa en Yaguachi y liberta a Guayaquil; vence a un sobrino de José Tomás Boves, Benito, tomando a la ciudad de Pasto, Nueva Granada, el 24 de diciembre del año de 1822.
Después del triunfo de Junín, Perú, se dedica como Jefe Supremo a mejorar su equipo con una dedicación extraordinaria. Realiza la marcha del ejercito de Cochabamba a Guamanga, alto Perú, operación brillante como todas las que realizo el cumanés heroico. Sus tropas eran inferiores en número a las españolas, pero su capacidad y su espada igualaron las tropas y consumaron en Ayacucho la libertad de la América española. De ese triunfo, Bolívar dijo que se habían roto las cadenas que por 300 años nos ataron a la corona española. Sucre es el padre de Ayacucho y por eso el Perú le dio el título de Mariscal de Ayacucho y el sobrenombre del General Libertador del Perú, según decreto del 12 de febrero de 1825; título del que jamás hizo uso. Sucre sigue la campaña y entra triunfante en La Paz, fue miembro de la Convención y es electo Presidente Vitalicio de Bolivia; cargo que acepta hasta 1828. Tuvo muchos enemigos quienes trataron de asesinarlo en Chuquisaca el 18 de abril del mismo año 28, salvándose por intervención de su Secretario Facundo Infante, y son rescatado por el Coronel López que vino con 100 hombres desde el Potosí. Con un bello mensaje renuncia a la Presidencia y se despide del pueblo.
El 1 de agosto se dirige al Puerto de Cobija y su sucesor, el General Urdimenea, entrega el país a Gamarra, derivados de los tratados de Piquiza; que Sucre se refirió como una traición y una cobardía. Dice el héroe de Ayacucho que puede ser juzgado si ha infringido la Ley que ha forjado un pueblo con leyes propias y que sus votos serán siempre la prosperidad de Bolivia. El General Sucre fue miembro del Congreso de Cúcuta y trabajó en la comisión de paz con la finalidad de limar aspereza con Páez, pero no obtuvo ningún éxito. Fue nombrado Presidente de La Republica del Ecuador y se dirigía a ocupar el cargo, cuando le tendieron una celada en la montaña de Berruecos, Colombia, siendo asesinado; el 4 de junio de 1830. Al saber la infame noticia sobre la muerte del prócer, Simón Bolívar exclamo: "¡Dios excelso, se ha derramado la sangre del Justo Abel!" y se sumió en una tristeza que sus amigos pensaron que moriría por la gran tristeza en que se hundió. El Libertador ya se encontraba en sus últimos días, viajaba por Cartagena cuando recibe la noticia. Bolívar no había tenido hijos y quería a Sucre como si lo fuera y su muerte fue para él como una puñalada. Sucre se destacó no solo por sus hazañas militares sino por sus virtudes cívicas y por su talento administrativo, fue siempre fiel a la libertad y a la causa del pueblo. El General Sucre fue un Demócrata y Republicano de corazón, siempre se encontrará en la mente de los peruanos, bolivianos y más que todo en la de los venezolanos, por haber sido un hombre que dio todo por nosotros; el heroico Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre.
José M. Ameliach N. Agosto de 2018