Vicepresidenta de AN ecuatoriana se “considera de izquierda”. ¡La pobre Viviana, es de derecha!

"Me considero de izquierda, pero no por eso apoyo al nefasto gobierno de Maduro".

Una expresión por cierto que tiene mucho de lugar común y que en sí refleja o deja entrever muchas dudas o temores. Es como un santo y seña.

Según una agencia noticiosa eso dijo una mujer muy joven, digo esto guiándome por la fotografía que acompaña a la nota, que le identifica como Viviana Bonilla, a quien se le señala como "primera vicepresidenta de la Asamblea Nacional (AN) de Ecuador". Casualmente del país donde acontece una extraña circunstancia que envuelve a Rafael Correa y Lenin Moreno. Por cierto, la auto definida izquierdista, no dice nada con respecto a la decisión anti soberana tomada por el Tribunal de La Haya contra Ecuador, los saltos atrás de Lenin Moreno y menos sobre las grandes manifestaciones, como la de ayer, contra lo que quienes en ellas participan llaman el "paquete neoliberal" de Lenin Correa.

La frase en sí es extraña, pues parece creer que uno es de izquierda o derecha según lo que opine o cómo evalúe a Maduro. Y es más extraño que la haya elaborado y hasta pronunciado un personaje con tan alto nivel en el Estado ecuatoriano. De acuerdo con eso, uno es de derecha o de izquierda según la percepción y, lo que es más curioso, para decirlo en el sutil lenguaje popular venezolano, que tenga de un determinado proceso o de un determinado personaje. Me remito a un ejemplo específico y concreto, el mío. Siempre tuve y tengo diferencias con mucho del proceder en algunos países y liderazgo que prevalece en ellos, tenidos por muchos, como inherentes a la izquierda, pero eso nunca me apartó de lo que llamamos la "contradicción fundamental". Así asumimos el problema frente a las prácticas estalinistas en los tiempos de la URSS y donde ellas broten. Si le aplicamos el parecer de la señora Viviana Bonilla, ante uno esos modelos, como el venezolano, pudiera ser, quien esto escribe, de derecha. Y siendo así, ella y yo pudiéramos ser panas y hasta exhibirnos como partidarias de lo mismo en cualquier evento. Pero no es así de simple. Aunque no parece propio que siendo uno de izquierda apoye al actual presidente de Ecuador.

Pero la señora, pese sus credenciales o mejor sus papeles, como solemos decir los venezolanos, ignora que en Venezuela buena parte de la izquierda, como quien esto escribe, discrepa con mucho fundamentos y sobradas razones del gobierno de Maduro. Discrepancia que se fundamentan en líneas fundamentales del gobierno y hasta la concepción de partido. Y es muy natural esa discrepancia porque Dios, para decirlo en una forma muy fácil de entender y sin pretensiones academicistas, nos hizo a los hombres competentes para ser distintos y discrepar. Por ejemplo, frente al problema nicaragüense me mantengo cauto, discreto, pues la experiencia venezolana nos enseñó de lo que es capaz la fuerza del imperialismo para desatar un caos y contarlo hacia afuera al revés. Es decir, difundir por sus distintos medios versiones contrarias a lo que sucede. Y es triste que alguien quien se autocalifica de izquierda y juega un rol político tan alto, se deje embaucar tan fácilmente. Por eso espero agotar mi rastreo para tener una idea lo más aproximada posible a la verdad y eso que no soy vocero de nadie y menos importante, lo que pudiera permitirme decir lo primero se me ocurra. Pero si puedo adelantar una hipótesis que tiene fundamentos que ya he expuestos, allí está metida la mano y los mecanismos de USA.

Y nuestra discrepancia tiene mucho fundamento, no en las falsas informaciones que difunde CNN y todas las cadenas informativas bajo el control del capital internacional, sino en el hecho que vivimos dentro de este escenario, sentimos los efectos y aparte de tener información "en vivo y en directo", tenemos ciertas capacidades, no muy desarrolladas y nada relacionadas con la brillantez, como las que pudieran adornar a la joven Bonilla, pero que nos son suficientes para saber, en muy buena medida, lo que acontece en Venezuela y las concepciones que manejan quienes gobiernan y las de sus contrarios que le hacen la guerra y los métodos que han usado. Es posible, para decirlo a lo Galeano, a la señora Bonilla, le han contado una historia al revés de una pequeña parte del mundo.

La información dice además, que la señora Bonilla "reflexionó sobre la situación actual de Venezuela y aseguró que la comunidad internacional debe ejercer presión frente al gobierno de Nicolás Maduro, reseña el portal Versión Final." No creo que esa reflexión haya sido muy profunda, pues dijo lo mismo que Almagro y otra gente.

Es decir, su "concepción de izquierda" le lleva a manifestarse partidaria que "el grupo de Lima", manejado como "Perrito Faldero", para decirlo con palabras de Pedo Pablo Kuczynski, haga lo necesario para deshacerse del gobierno de Venezuela. O lo que es lo mismo, su posición de izquierda incluye permitir que fuerzas extranjeras violen la soberanía y particularmente que esas fuerzas sean conducidas o contraladas por la potencia imperial.

No sé exactamente si la señora Bonilla es una izquierdista confundida, como inocente criatura en medio de un bombardeo informativo o simplemente es de derecha, no lo sabe o no se atreve a identificarse como tal, pues no es nada difícil saber que aparte de la ineficiencia y muchos otros defectos del gobierno, detrás de la crisis venezolana está el capital internacional, particularmente el gobierno de Estados Unidos que nos aplica un saboteo más contundente que el que se ha aplicado a Cuba.

Pero quiero terminar sin dejar de comentar un simplismo, en medio de una situación tan complicada, que la señora utiliza para diagnosticar a la Venezuela de ahora, como que "que la situación de Venezuela no se trata de una lucha ideológica, sino humanitaria, alegando que debería ser tomada en cuenta por los países latinoamericanos."

Lejos está de concebir en su exacta dimensión lo que acá ocurre. La palabra "ideológica" pareciera no adecuada para usarla dentro de nuestro contexto. Pues de lo que se trata exactamente es que el gobierno de Estados Unidos más que deshacerse del gobierno de Maduro, lo que tiene planteado es enterrar las aspiraciones populares que desataron los acontecimientos venezolanos desde "El Caracazo" y el posterior ascenso de Chávez a la presidencia de la República en todo nuestro continente. Como también desmembrar la nación venezolana para acceder al control de nuestras riquezas y en definitiva, volver convertirnos a todos los latinoamericanos como su "patio trasero". Ecuador ha sido víctima de eso, aunque la señora Bonilla, pese su izquierdismo no lo haya percibido. No es pues simple asunto ideológico ni tampoco humanitario.

Por encima de Maduro o Daniel Ortega, lo fundamental es luchar por nuestro derecho a hacer política en función de nuestra unidad para protegernos de los grandes bloques que quieren atraparnos. Es esto lo que a uno, en el momento histórico de hoy, le define como derecha o izquierda. Es de derecha quien le haga el juego a las fuerzas imperiales y no necesariamente es de izquierda por estar a favor o en contra de las políticas específicas de Maduro.

Quien quiera hacer una lucha humanitaria a favor de Venezuela debe dejarse de hipocresías y pedir en donde le sea pertinente como la AN de Ecuador, que EEUU deje de seguir aplicando las rígidas restricciones económicas contra Venezuela que en nada dañan a Maduro, más bien parecen fortalecerlo, pero están triturando al pueblo venezolano.

La señora Bonilla, quien al parecer habló para una televisora de Miami, fue escuchada por nosotros como alguien quien no tiene la más mínima idea del asunto en el cual se inmiscuye, o sólo tiene referencias sobre asuntos que sólo son consecuencias y puso demasiado interés en complacer a sus entrevistadores. Si se cree de izquierda debe revisarse muy bien, a lo mejor está equivocada o muy mal informada sobre el asunto venezolano. Las noticias que los medios de alcance mundial difunden sobre Venezuela, en buena medida, son sesgadas y no se corresponden con lo que en verdad acontece. Maduro adolece de muchos defectos, está confundido en medio de este campo de batalla, tiende a sobre estimarse, restar protagonismo popular y hasta pareciera tener un diagnóstico de la coyuntura equivocado, pero corresponde a los venezolanos resolver sus asuntos, sin ceder su soberanía y menos permitir que fuerzas extranjeras interceden indebidamente. Y eso, debería defenderlo la señora Bonilla, si es verdad que es de izquierda o una simple ciudadana amante de su país y de nuestra América, historia, tradiciones y derechos.

Hay miles de venezolanos que son de la izquierda, no apoyan a Maduro, mantienen una actitud discrepante frente a él, pero por razones fundamentales hasta elementales de principio, no se unen al coro de derecha que aboga por una intervención extranjera en Venezuela. Esa sola aspiración, la que se incuba en la señora Bonilla, define a cualquiera como de la derecha.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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