Pensar que la corrupción es exclusiva de los pobres ambiciosos que se hacen ricos de la noche a la mañana, los burócratas del Estado, los sindicalistas, y que esto nada tiene que ver con millonarios de cuna, es un prejuicio pendejo. Los ricos en algún momento fueron ambiciosos y pérfidos, ladrones, hasta asesinos, y así quedaron para siempre, no existe un rico sin que haya robado a la sociedad. La corrupción (que siempre es del espíritu) es connatural al egoísmo mezquino y a la codicia, es el extremo débil del espíritu, desarrollado al máximo en la sociedad capitalista, donde el éxito y la salvación personal privan sobre lo colectivo. Que una burócrata se robe el dinero que pertenece a toda la sociedad, o específicamente el dinero que pertenece a los trabajadores, es triste, que haya alguien tan marginal, tan indiferente y despreciable. Y es igual que un señor portugués mercachifle (podría ser venezolano o colombiano) multiplique su capital a costa del hambre de los más necesitados, es igualmente despreciable.
Ese es el objeto de la revolución socialista, acabar con ese espíritu marginal, extremo, diluyente de la sociedad, no importa si proviene de las "filas de la revolución" o está del lado de la sociedad "decente" de la burguesía. Curiosamente es este punto de "decencia y respetabilidad" burguesas al cual aspiran los pobres ambiciosos, su verdadero delito consistiría más bien en una especie de "legitimación de capital". Pero, los dos son… el mismo espíritu. Hay una inversión de los valores: ¡cuánto tienes, cuanto vales!; como decía Chávez, hay que invertir esa lógica colocando al "ser" sobre el "tener", trascender la lógica del "tener para ser", la lógica del capitalismo, en el socialismo. De eso se trata la revolución socialista, de reeducar a una población contaminada hasta los huesos de insatisfacciones burguesas, o pequeñoburguesas.
Imagino que estás palabras no complacen en nada a los escépticos egoístas, resentidos de casi todos los osados arribistas y ladrones, pero también de los que creemos en la revolución y seguimos adelante. Sin embargo, por ellos, no nos vamos a detener, debemos tener vuelo en nuestras ideas y en nuestras críticas, trascender el conuquito, la granjita con sus gallinitas y la vaquita. No basta el chisme para sentirse bien y mejor. Es duro saber que mucha gente se ha lucrado de la cosa pública, pero de ahí a pensar que nadie trabaja por el país o por la sociedad, que nadie trabaja con ese norte, es injusto y deprimente.
Personalmente creo que Rafael Ramírez es un hombre honesto. El hecho de que muchos de sus hombres y mujeres de confianza hayan actuado como cucarachas, detrás de sus espaldas, a traición, algunos, u otros como brutos y marginales, no lo hace cómplice de toda esa villanía. Si es verdad o no que Rafael Ramírez supo siempre de estos actos, no lo puedo decir, No lo conozco lo suficiente como para saber qué hay en su mente, ni soy su confesor. El asunto es que hay que medirlo desde su obra, por su obra, ni siquiera cuentan los discursos. Hasta donde sabemos, todos los desmanes ocurridos en la empresa fueron hechos de forma velada, o justo cuando Rafael Ramírez salió de la empresa y del ministerio, justo cuando muere Chávez, el líder. Pero, aun así, mientras se mantuvo vivo el líder, no menguó la organización, la producción, el interés nacional, la política con p mayúscula.
Amaranta Rojas no puede pretender que un solo hombre, ocupado de tantas cosas, la complazca (ola complaciera) a ella a título personal, dándole razón de sus decisiones, o que fuera y le otorgara un crédito para su granjita, o cosas así. Habla de Ramírez como si ella conociera algo que nosotros no sabemos y que ella sí, como si tuviera los pelos del burro en la mano, como si ella fuera su prima pobre, o su profesora olvidada de bachillerato.
Lo mismo vale con Toby Valderrama, que hasta sabe que volaba en Jet privado para dar charlas sobre socialismo. Y uno se pregunta ¿Y si así fuera, cuál es el problema en eso? De seguro que un Jet cabe más de uno. Ridículo es tener 30 años de edad, robarse la cosa pública, para comprarse un piso en Ibiza, un chalet en Suiza y vivir en Miami gastando en los casinos. Pero Toby no tiene 30 años, debe tener más del doble. Hasta donde sabemos, Toby Valderrama no es millonario, más bien en conocimientos, en experiencia política; de seguro que está pelando bolas como todos nosotros, comiendo lentejas y arepas. ¡Claro! A menos que Amaranta sepa algo que nosotros no, de algún yate, un gran hato con muchas cabezas de ganado, una cuenta secreta en Panamá o Andorra, o donde sea que guardan los ex empleados de PDVSA el dinero robado. Es injusto tanto resentimiento y chisme; es mejor contenerse, gastar palabras en eso no educa, no hace bien a nadie.
Hace falta el líder, es cierto, pero esto no quiere decir que no exista. Chávez fue una muestra de ello. Y Rafael Ramírez, también. Sin Ramírez, sin PDVSA, la revolución no hubiera soportado las grandes misiones y demás desarrollos sociales adelantados. Sin Ramírez y Chávez, PDVSA hubiese regresado a manos de las trasnacionales, como pasa ahora. No es lo mismo una granjita a una corporación como PDVSA junto a un Ministerio. Si usted no puede con eso, usted no es un verdadero líder.