Elías Jaua dice "romper lanzas" por Chávez, y esto significa, dentro de esta política tan encharcada, un gesto muy positivo, más claro, digamos que valiente; es tomar partido por Chávez y desmarcarse del madurismo oportunista.
La última "oportunidad" de Maduro sería unificar al chavismo. Con un poco de humilde dignidad Maduro y su gabinete podrían echarse a un lado. A menos que se hayan cometidos tantas trasgresiones que no les permitan someterse a críticas, auditorías, hacer el inventario de lo que queda en pie, eventualmente necesarios para corregir los entuertos.
Hay que hablar con la verdad, o hacer todo lo posible, actuar con buena voluntad. El partido de gobierno, la ANC, el gobierno debe hablar y actuar colocando la verdad por delante, y la verdad que sea reflejo de la realidad, no de sus deseos. La solución más digna es convocar a elecciones de todo, libres, reconstruir las instituciones que acepta la Constitución, legitimar los poderes del Estado que aparecen en la Constitución, incluyendo sus formas revolucionarias.
No es tiempo para juzgar la sinceridad de Jaua, lo importante es la urgencia que tenemos los chavistas de unirnos en torno a Chávez y discriminar su obra y su voluntad de trabajo por el bien de todos, distinguirla de la de Maduro y su gobierno entreguista, blandengue, infectado de oportunistas y aprovechadores de lo público. Los chavistas debemos reconocer y "romper lanzas" por Chávez, tal y como lo dice Elías Jaua. Habrá que sumar voluntades en torno a la obra y el pensamiento de Chávez, rescatarlo de la calumnia madurista y de la derecha, la cual se encuentra hoy capturando el malestar popular alrededor de las ideas y de las fórmulas capitalistas más recalcitrantes, retrasadas, ¡coloniales!
Debemos defender la propiedad social, por encima de todo, nuestra verdadera independencia, defender la propiedad social sobre PDVSA, la cual, junto al petróleo, constitucionalmente le pertenece a la sociedad venezolana, y defender a todas las empresas del Estado. La corrupción (o más bien la carencia de líderes) no pueden ser una excusa para privatizar las empresas del Estado. El socialismo, también la defensa de la nación, se hace por la acción de hombres ejemplares, de verdaderos líderes, sus armas principales son la educación y la consciencia, en cambio el capitalismo se hace el solo, no necesita líderes sino depredadores despiadados, los factores humanos son egoistas, pragmáticos, sus armas mecanismos, frías fórmulas matemáticas. Hay que unificar las baterías en contra de las privatizaciones y el modelo capitalista colonial que quieren imponer Maduro – Guaidó. Maduro y Guaidó, en estos asuntos, representan esencialmente lo mismo, los distingue unicamente el apoyo que hace EEUU y parte de Europa a Guaidó.
Debemos defender las misiones de Chávez y desenmascarar los programas para "emprendedores", claramente hechos para la formación de capitalistas, o los programas asistencialistas (bonos, claps, etc.), disfrazados de misiones sociales. Hay que desenmascarar al madurismo y reivindicar a Chávez. Hay que desenmascarar la "guerra económica" como excusa para pactar con el capitalismo, inclusive con el norteamericano.
Debemos restituir las garantías constitucionales. El derecho a juicios justos, el derecho a la defensa, acabar con los juicios sumarios de una vez por todas, con las ejecuciones extrajudiciales, con la difamación, la condena sin juicios. Nosotros estamos de acuerdo en volver a legitimar todo, para poder restituir la autonomía del fiscal, hoy convertido en un guiñol de Maduro (el cual lo ha reconocido sin vergüenza dándole órdenes directas en público), del TSJ y del CNE. Disolver la ANC chimba, convocada por el presidente (y "maquinada" por Hernán Escarrá, enemigo de Chávez y del socialismo). Es tiempo de distinguir a Chávez de Maduro.
