Maduro no quiere irse sin antes destruir lo que queda de Venezuela

El desastre social y económico en que Nicolás Maduro sumergió a Venezuela en 6 años solamente puede ser analizado como el trabajo de un agente extranjero que destruye una nación desde adentro con todo el odio, la maldad y alevosía que puede tener un enemigo de un país.

Mucho se escribirá sobre esta oscura etapa venezolana, la podrán resumir erróneamente como el chavismo sin dinero, régimen socialista, comunista, pero va más allá. El nivel de caos y destrucción de la Republica es tan estruendoso, grotesco que solamente lo pudo ejecutar un grupo cuyo objetivo principal era este, acabar con la nación más rica del mundo relativamente por su tamaño, población y nivel de riquezas naturales en tiempo record, incluso destruyo la obra de su propio padre ideológico Hugo Chávez, trabajo que comenzó desde el propio marzo del 2013.

Se volvió en un violador reiterado de la Constitución Bolivariana con el máximo de descaro y no satisfecho planeo liquidarla con una Asamblea Nacional Constituyente a su medida, ilegal e inconsulta. Se burló de las reglas de juego necesarias para desenvolverse en el plano internacional con la violación de derechos humanos, políticos y económicos de la población venezolana.

Quebró la principal fuente de ingresos de divisas del país que es la empresa petrolera nacional PDVSA dejándola con una producción en caída libre y endeudada, ataco a la débil industria privada existente, logrando una caída del PIB de mas de 60%, solo comparable con la devastación de una guerra de arrase, logrando por primera vez una emigración de venezolanos en la historia. Peor aún dejo a Venezuela en todos los ámbitos dominada por una gran cantidad de grupos mafiosos leales a él de distintos tamaños y poder económico, extrayendo la riqueza nacional y esclavizando y reprimiendo a la población (con la técnica de un muerto por manifestación popular) de una manera descarada sumergida en un alto nivel de desnutrición y desesperación.

La destrucción y el caos son acelerados en los últimos dos años de una manera hasta desordenada, anárquica, con improvisaciones que incluso talaron sus propias bases radicales que lo sostienen, erosionando el apoyo de las masas de la población más fanatizadas envuelta en una propaganda constante y en un estado de necesidad humillante.

Pero en mi opinión su obra apocalíptica no ha terminado como lo plantee hace más de 3 años atrás en escritos y conversaciones, el grupo que domina a Venezuela con la cara visible de Nicolás Maduro Moros se coronará lamentablemente o lograra su objetivo principal con la destrucción de una guerra civil o invasión multinacional, buscando destruir la infraestructura del país al estilo Siria y peor aun causando cicatrices en la sociedad con miles de muertos que esto contraería.

Está en manos de la conciencia de cada soldado de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que no es más que el pueblo uniformado y con armas en decidir qué camino avanzar, el pranato o la Constitución Bolivariana, la destrucción y muerte o la reconstrucción y gloria de la Patria en democracia y libertad a manos del mundo occidental al cual pertenecemos.

¡No queda más tiempo! ¡Las cartas están echadas!



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José Alberto Meza M.

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