Los que hemos vivido directamente la historia de Venezuela en las ultimas 3 décadas: saqueos y matanzas de 1989, Intentos de golpes de Estado, incluyendo ver el bombardeo al palacio de Miraflores en 1992 y sentir la potencia de las ondas expansivas de las explosiones, la destitución por la partida secreta de Carlos Andrés Pérez en 1993 y el surgimiento del chiripero, la crisis bancaria de 1994, la Agenda Venezuela de 1997, la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999 con el nacimiento de la llamada Quinta República que se inclinaba por la "tercera vía", los referendos consultivos y aprobatorios de la Constitución Bolivariana, el golpe de abril de 2002, el paro petrolero de 2002 y 2003, la deformación o cambio de dirección del proceso bolivariano original por el socialismo, el boom petrolero de (2004 al 2008) trayendo bienestar social y aumento de la calidad de vida de los venezolanos en ese periodo, pero también el despilfarro de recursos extraordinarios del petróleo en consumismo, populismo extremo y corrupción; la muerte de Hugo Chávez en el 2013. Observamos con asombro el final de esta etapa, con la presidencia del gobierno más destructivo en toda la historia republicana de Venezuela, el del "obrero" Nicolás Maduro.
Este personaje, actual presidente (de facto según mi punto de vista, al impedir el Referéndum Revocatorio de 2016 y por las continuas violaciones a la Constitución Bolivariana incluyendo la inhabilitación de la Asamblea Nacional) se caracteriza él junto a sus cómplices en haber destruido no solo todo el capital político que dejo Hugo Chávez (reconocido por todos los sectores), sino también la cohesión social; toda la estructura económica, mediante la descarada corrupción; la plataforma política, la demolición de los poderes públicos, con funcionarios apegados y leales descaradamente a su régimen, el núcleo de la sociedad que es la familia venezolana con la hambruna, enfermedad y emigración, devastar la imagen de la FANB con la corrupción y violación de los derechos humanos, y aun peor busca, la destrucción total de la Republica legalizando por medio de una pantomima y show mediático barato, la liquidación de la Constitución Bolivariana de Venezuela que le dio al venezolano la posibilidad de tener una democracia participativa y protagónica impulsada por Chávez como columna vertebral de la Republica y reconocida por todos los sectores de la sociedad venezolana y a nivel mundial. El nivel de destrucción en tan grande que parece hecho no por un incapaz o inepto, sino por un extranjero o doble agente que funciono como una célula dormida por un largo tiempo y que se activó cuando fue necesario contra de nuestro país.
Ver la LOCURA que se busca imponer con la llamada constituyente madurista, bloqueando al poder originario de participar en sus bases comiciales libremente por medio de un referendo consultivo, es la mayor burla y desesperación de un gobierno manejado por una cúpula totalmente PODRIDA y CORROMPIDA, con rechazo mayoritario de la población y solo en mi opinión puede ser comparable con el Golpe de Estado del 2002, donde una conspiración "liderada" por Carmona Estanga que derogó con un decreto sin pie ni cabeza la Constitución, la Asamblea Nacional, el CNE, el TSJ, el poder moral y la democracia venezolana.
El carmonazo y el madurazo son casi idénticos solo se diferencian en la velocidad de su ejecución, el primero fue drástico, apoyado por una cúpula de generales y duro menos de 48 horas, el segundo es idéntico solo que es más lento, pero persigue el mismo objetivo: quitarle al ciudadano venezolano su voz, su libertad social y económica, su progreso y su posibilidad de participar y decidir en el futuro y destino de su vida, de su familia, y de la patria que es nuestro hogar.
Los venezolanos debemos estar unidos hoy más que nunca, sin importar los colores políticos, nuestra bandera debe ser ¡la libertad! Que no es más que nuestro amado ¡tricolor nacional! para salir de este oscuro capitulo y entender que debemos respetarnos todos, dejando de un lado la politiquería mediocre populista y buscar el desarrollo y progreso de Venezuela en el marco de la Constitución, las leyes y el contexto internacional.
El mundo sigue avanzando y cada vez más rápido, vienen cambios muy profundos a nivel mundial en el contexto tecnológico, energético y genético, que van a tener un impacto muy fuerte en el ser humano y en la estructura de la sociedad.
Venezuela merece un mejor futuro, podemos y debemos aportar al desarrollo global en este siglo XXI con nuestro valioso capital humano y recursos naturales y no ser una vergüenza histórica.
