Las redes, para decirlo de manera coloquial, están "atapuzadas" de odio. En lo que concierne al debate político venezolano que no deja de ser complejo, hay sectores que todo quieren reducirlo a mensajes cargados de infamias, adjetivaciones contra el adversario y hasta mentiras. Hasta la tragedia de Notre Dame ha servido para abrir un debate en esa aberrante tónica. Y hay hasta periodistas ydirigentes políticos, sin importar el sexo, que a falta de mejores recursos intelectuales y hasta emocionales, intentan instalarse en la mente colectiva en base a mensajes ruines y entre más cargados de rencor, miedo y rabia mejor. Veamos este ejemplo tomado de facebook "MUERTE AL SOCIALISMO Y AL COMUNISMO. Debemos erradicar esa porquería de la faz de la tierra. Invito a quemar todo libro que contenga esas ideas y a hablar a los estudiantes de lo perjudicial para un país que es ese tipo de gobiernos y para el individuo ese tipo de ideología."
Abundan mensajes como, especulando el estado de ánimo colectivo, "son merecedores del paredón", lo que pareciera identificar a un bando; pero también aquellas de "no sé donde se van a meter" o "deben ser exterminados o hasta incendiados", exclamaciones que pertenecen al otro. Lo lamentable de todo eso no es la pobreza conceptual de quienes eso promueven y hasta se establecen como líderes, pues eso sólo a ellos daña y concierne, sino que indisponen dentro del colectivo a unos contra otros y en actitud de exterminarse. Si eso es como dije lamentable, es triste que mediante esa vileza, que resta racionalidad, inteligencia al debate, se consiga indisponer seres humanos, nacionales que en esencia combaten por lo mismo. Es decir, hacen de hermanos, solidarios de clase, humanismo y hasta nacionalidad, enemigos irreductibles. Y es más triste todavía que quienes intentan imponer en la mente colectiva esas crueles percepciones suelen representar intereses contrarios a los de las multitudes a quienes se dirigen en un sentido u otro.
Es cierto, no cabe duda, nadie en su sano juicio eso niega, en los últimos 20 años la corrupción ha campeado en el gobierno. Decenas de personajes han sido puestos en evidencia de sus malos procederes en el manejo de los recursos públicos y todavía quedan muchos agazapados. Pero también es verdad que muchos de ellos han apelado a la artimaña tan corrupta como ellos mismos, de fugarse a EEUU o Europa para sumarse a la oposición y declarar en contra del gobierno a cambio del amparo y el perdón. Y lo que es peor, ciertas instancias, al corrupto y cobarde convierten en héroes y hasta actores políticos en disposición de volver a ocupar los cargos que antes usaron para robar. Una infame manera de hacer política y hasta favorecer la corrupción y toda práctica ilícita. De esa manera la idea de salir del gobierno se sobrepone a la honestidad y respeto por los derechos de las gentes. Por eso, frente a lo que el gobierno venezolano hace o deja de hacer, no se le opone un programa que demuestre la disposición de hacer las cosas mejores y en beneficio de los intereses nacionales y colectivos. ¿Cómo entender el combate a la corrupción protegiendo a los corruptos y perdonándoles sus pecados, hasta hacerlos héroes, sólo por cambiarse de bando?
Pero el asunto mismo de la corrupción es mal abordado. No sólo ha habido y hay corruptos en el gobierno sino que estos suelen tener sus socios en el bando opositor. ¿Y cuánto de corrupción no ha habido entre empresarios contrarios al gobierno que han recibido centenares de millones de dólares para satisfacer demandas de la economía nacional y han dispuesto de ellos de distintas maneras dolosas? Existen con nombres y apellidos que se dan el lujo de abanderar y financiar empresas políticas antigubernamentales hasta con consignas contra la corrupción. ¿Y qué decir de los empresarios que acumulan beneficios especulando impunemente hasta el cansancio, amparados en la ineficacia, anuencia del gobierno y la corrupción? ¿Esos corruptos acaso tienen patente de corso como pasar por cualquier alcabala?
He escuchado discursos de gente que sé buena, según los cuales cualquier cosa es mejor de lo que ahora sucede. Expresión que sirve para disfrazar o intentar justificar de manera vergonzosa una invasión de fuerzas extranjeras.
Le he preguntado a un maestro y un joven médico que hace un postgrado, ¿acaso cometen la infantilidad de creer que EEUU va a mover sus fuerzas, gastar de sus recursos materiales y hasta políticos en una invasión para mejorar sus salarios, condiciones de trabajo y hasta dignidad de profesionales y venezolanos y a través de ustedes la vida del venezolano todo? ¿Piensan de verdad que la clase dirigente de ese país está interesada en mejorar la vida nuestra, defender las conquistas establecidas en la Constitución y demás leyes, al margen de la opinión hasta justificada que tengamos del gobierno? ¿Están creyendo que Wall Street va invertir en una invasión que podría producir efectos inesperados, porque no pienso crean ese cuento sería una especie de operación de horas y sin costo alguno para nosotros y ellos, para que recobremos inmediatamente nuestro anterior nivel de vida y bienestar? ¿Se han tomado el trabajo de averiguar las consecuencias de esas intervenciones en países como Afganistán, Irak, Libia y más recientemente en Siria?
Ese cuadro, ajeno a la racionalidad y si resultado coherente con el odio, pues este es el caldo de cultivo pertinente para enloquecernos, ha sido creado justamente para desesperarnos e imponernos la opción que más conviene a las pretensiones e intereses foráneos. Ya no se trata de salir sólo del gobierno, lo que pudiera lograrse con una política racional, juiciosa y apelando al sentir de buena parte de la población. No. Se intenta matar toda esperanza y disposición a defender y hacer que prevalezcan los principios democráticos, justicia social, participación y protagonismo previstos en la Constitución. Contra esta, más que contra Maduro y los suyos, está dirigida toda la planificación de los factores externos e internos que aquellos sirven. Y también contra las aspiraciones de bienestar del venezolano, por eso no sólo intentan, lo que tendría fundamento, indisponernos contra el gobierno, sino van mucho más allá, unos contra otros y hasta en actitud de exterminarnos en una guerra absurda y fratricida.
Esos factores foráneos le temen a una opción democrática, pacífica, donde los venezolanos sin dejar sus opiniones o preferencias a un lado, alcancen un acuerdo fraterno que fortalezca la necesidad de mantener y profundizar las conquistas previstas en la constitución y que demandan se profundicen. Eso es distinto a la aspiración de quienes quieren matar y borrar nuestra legalidad para negarle al pueblo sus conquistas.
¿Acaso tú maestro esperas que EEUU te ayude a seguir enseñando gratuitamente a millones de niños pobres, con toda libertad y al mismo tiempo te garantice tus propias conquistas sociales? ¿Tú amigo médico, esperas que un gobierno nacido de la invasión y la guerra te siga ofreciendo la posibilidad de un post grado gratuito, como lo fue el pregrado y te reconozca, al mismo tiempo el derecho a un salario digno de acuerdo a tus méritos académicos? Esto segundo podría ser. Pero a cambio de eliminar lo primero. ¿Crees eso justo y digno de ser el centro de tus luchas? Pienso que prefieres lograr las dos cosas, porque te sé lleno de humanismo y sensibilidad.
Como dijese la madre de Antonio Maceo, el líder independentista cubano, léase y ubíquese bien, referido por el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, diré: "empínate joven".