Alguien puso en mi correo un artículo de Carlos Blanco titulado "Guerra a Muerte". No dudo en decir que me llamó la atención por el autor y por supuesto, aquel título que, sin duda, fue escogido con cuidado, de por sí llama la atención; por el Libertador y aquello de "Españoles y canarios……." y la nada sutil y generosa sugerencia en lo que respecta a Venezuela.
Para Blanco, de hecho estamos metidos en una guerra. De lo que no cabe duda, no es descubrimiento que pueda abonársele. Sólo que lastimosamente tiene una visión parcial, parcializada y, pudiera ser hasta interesada. Quien esto escribe, debo advertirlo porque suele abundar de aquellos que muy mal juzgan para darle sustento a sus opiniones, no peca del mal que de rompe se percibe en Blanco, de estar prejuiciado a favor de un bando, bien sea el gobierno o la gente de Guaidó. Estoy entre quienes creen, que unos cuantos somos, que tanto el gobierno como sus adversarios radicales están muy distantes de los intereses nacionales y por tanto no son merecedores los venezolanos, que bien entienden e interpretan la coyuntura y no andan intentando pescar en río revuelto, les respalden.
Dicho esto, paso asegurar que es incierto y una muy mala apreciación, el enunciado de Carlos Blanco acerca de la guerra, según el cual "Venezuela es territorio de una guerra que sobrepasa a sus habitantes. Tiene lugar un combate entre una alianza internacional que mezcla gobiernos, movimientos políticos y bandas criminales, del lado de Maduro."
http://www.noticierodigital.com/2019/04/carlos-blanco-guerra-muerte/
Observemos como según él, la guerra "sobrepasa a sus habitantes". Estos, según él, estamos impedidos o incapacitados para resolver nuestros males. Por supuesto, si está dada esa condición, habría que buscar fuera quien se meta en el medio y determine el rumbo y desenlace de la misma. Dicho de manera más precisa, a priori se pronuncia por la intervención foránea. Declara hasta al bando que defiende incompetente. Porque según cómo percibe la situación venezolana de ahora, hay un combate entre "gobiernos, movimientos políticos y bandas criminales, del lado de Maduro". No hay que esforzarse mucho para saber que Blanco, pese su currículo académico, está repitiendo un simplista discurso que corre por las redes, elaborado para engatusar desprevenidos. Lo que parece quedar más claro cuando afirma que hay "otra alianza más amplia, principalmente hemisférica en el lado democrático." Es decir, tan limpia y entendible que, en el bando opuesto están los buenos, en una alianza amplia y democrática, Trump y el capital estadounidense y de la OTAN, Colombia de Duque y Uribe, Argentina de Macri, Piñera de Chile, la larga hilera de corruptos del Perú que empieza con el recién fallecido Alan García, Pedro pablo K y el Brasil de Bolsonaro. Como aquel cuadro latinoamericano, de los tiempos de la Guerra Fría", de cuando cayapearon a Arbenz, el bando "democrático", abanderado por la United Fruit Company. Salvo algunas formalidades, unos y otros, la misma cosa es.
Eso es un discurso viejo y demasiado manido, lo inusual es que uno escuche o lea eso venido de alguien que estuvo en lugar de privilegio en la izquierda y hasta se le había considerado una referencia intelectual importante.
Blanco, para justificar sus posiciones confesadas, pues en ese trabajo lo hace, que está por la guerra, la invasión y por supuesto por la muerte, dice: "Maduro y su banda están dispuestos a matar para quedarse en el poder. Las fuerzas democráticas no están dispuestas a matar para desalojarlos del poder. Esta diferencia establece un desbalance inevitable en la resolución del conflicto que tiene como escenario el territorio nacional".
Según él, veamos que eso asegura, "Maduro está dispuesto a matar".
Quien esto escribe, ha escuchado a Maduro y los suyos, estar dispuestos a resistir en caso se intente derrocar al gobierno por alguna acción de fuerza. Calos Blanco, se atreve a asegurar que sólo "para quedarse en el poder". Pero resulta que la Constitución venezolana establece lo relativo al goce del poder y hasta le pone límites. Habría que esperar si Maduro se atreve a violar lo dispuesto en la legalidad lo que hasta ahora no hay manera de pensar en eso seriamente, a menos que sea verdad eso que dice Blanco que "las fuerzas democráticas no están dispuestas a matar para desalojarlos del poder". Pese, debería saber, ellas no están autorizadas para eso. La constitución es clara.
Pero veamos como Carlos Blanco, como fingidamente, dice "Esta diferencia establece un desbalance inevitable en la resolución del conflicto que tiene como escenario el territorio nacional".
La condición creada por Blanco, lo digo así por comodidad, pero que pertenece a un plan ya concebido y en cuya elaboración él no participó para nada, "establece un desbalance inevitable en la solución del conflicto". Nos dice, o le dice a los suyos, "si te tiran plomo no tires serpentinas", o lo que es lo mismo, "como Maduro está dispuesto a hacernos la guerra", lo que es pura imaginación de Blanco, pese ya advertí que eso no es de su autoría, "hagámosela nosotros primero". Es decir, es Blanco, porque el artículo tiene su firma, quien está llamando a la guerra y no Maduro.
Si revisamos sus otros argumentos comprobamos que maneja un plan como de película que ya hemos visto. Para él, es necesario hacer la guerra porque: "Chávez y Maduro licuaron la Nación. Para todo efecto práctico Venezuela como Nación ha dejado de existir."
Pero además, como quienes escriben en las redes llenos de odio, poca sensibilidad y afecto por todo lo que envuelve la nacionalidad, para alentar los feos ánimos de guerra asegura "La posibilidad de desalojo pacífico de la mafia en el poder es mínima." Vuelve a entonar himnos de guerra.
¡Cuánto recuerdo con dolor a los izquierdistas de los años sesenta, sin haber agotado los recursos de la legalidad y, lo que era peor, teniendo suficiente respaldo para impulsar cambios, concibieron aquel como infantil discurso según el cual "la única salida es la lucha armada"! ¿Y qué mejor manera de justificar ese disparate y hasta criminal proceder que inventar que "Venezuela como nación ha dejado de existir?". Pero por lo menos aquellos actuaron con coherencia, se fueron a las guerrillas.
Para Blanco, en un país donde más del 70 % de la población está contra la guerra, la invasión y también una buena cifra y hasta mayoritaria abona por un cambio, es decir que no al gobierno, sin embargo "La posibilidad de desalojo pacífico de la mafia en el poder es mínima." Para él, ese universo del que hablan las encuestas no existe.
Desalojar, según el diccionario, es "hacer salir una persona o cosa de un lugar". Lo que es lo mismo que sacar. Sacar es una acción violenta. Con lo que Blanco se denuncia de nuevo. La Constitución prevé como sustituir al presidente. De donde se revela que quien privilegia y pone por delante la violencia y la guerra es Blanco. Además, eso de cuantificar de mínima la posibilidad de producir un cambio, aparte de ser pesimista y declararse sin apoyo popular, es una demostración que no le da valor ninguno a lo democrático. Justo porque las fuerzas que apoyan eso que él prédica, no son nada democráticas.
Y, por último, los factores que confiesa apoyarían su "guerra a muerte" o que los venezolanos nos entrematemos, serían "la población desesperada, los militares y los EEUU."
La población está sufriendo por las malas políticas del gobierno, hasta su incapacidad para dar repuestas y las agresiones nada simuladas de Trump y los suyos, lo que Blanco omite, pero pareciera no estar desesperada como lo está él, pues las encuestas dicen lo contrario. No quiere guerra ni invasión. Los militares, Blanco bien sabe cómo está eso. Entonces le queda EEUU. Y los gobiernos de este país, hacia nosotros y los países de la periferia, no tienen ninguna conducta democrática, como ahora parece creer Carlos Blanco. Jimmy Carter, acaba de decir que EEUU es "la nación más guerrera de la historia del mundo". Y "la debilidad de EEUU es su política guerrerista, mientras China se fortalece con el pacifismo". No lo dice uno.
Pero todavía uno se pregunta: ¿A esa guerra a muerte iría Carlos Blanco?