El tipo es doctor y él mismo así lo declara, pero además aporta al periodista una larga lista de títulos para quienes lean la nota periodística valoren lo que dice y no se vayan a creer que, como solía decir mi suegro, de allá de Río Caribe, "soy un simple carga caña".
Pero resulta que, de acuerdo con lo que dice el personaje, cuyos títulos no le son suficientes para tratar con rigidez el tema sobre el cual habla, pues más que en las Ciencias Sociales y las inherentes a sus pliegos doctorales, se fundamenta en sus valores culturales, de esos que a uno se le pegan por el solo restregarse con la vida lo que le dificulta apreciar con pertinencia lo real. "Yo", dice el tipo, como si eso fuese otro título académico más, "soy hijo de inmigrantes de un país que estuvo bajo el control comunista en Europa y por ello sé que el proceso de transición será más largo de lo que espera el común". Y dijo eso a manera de desalentar a quienes esperan con patriótico interés, quizás por tener raíces demasiado hondas aquí y ningunas en otra parte, que las negociaciones de Oslo alcancen sus metas. ¡No tienen otro sitio donde ir y sentirse a gusto! Lo del Dr. es una salida ya, a como dé lugar, sin importar lo que acontezca ni a cambió de qué. Y aunque cueste creerlo, eso se lo dictan sus deseos y no sus pergaminos académicos. Lo aprendió del egoísmo y tanto sacar cuentas. Piensa que una guerra no le afectaría, no sé si porque las bombas sabrán distinguirle entre la multitud, por su herencia, títulos o tener todo cuadrado para irse cuando el conflicto armado reviente y volver a recoger lo que germine en medio de la soledad, dolor y tristeza
Pese los títulos, que no son como dije los más adecuados, pues para arreglar un carro se requiere un mecánico y no un egresado de la Sorbona en Leyes, tampoco puede opinar con equilibrio porque pone por delante sus deseos y este es que se derrumbe el gobierno, se pierda la gobernabilidad, irrumpa uno de facto que deje sin efecto toda la legalidad, empezando por la constitución y quienes lleguen queden, como solemos decir los "balurdos", sin títulos o uno de esos chimbos, "rueda libre", para hacer lo que les venga en gana y el pueblo quede sin defensas.
Es elemental que cuando uno pone por delante sus intereses y deseos, al abordar asuntos tan complicados e inestables, como los inherentes a las relaciones humanas, que pudieran arrojar un resultado u otro, tiende a ofrecer perspectivas en función de aquellos. Cuando se procede de esa manera el conocimiento y hasta los valores e intereses colectivos se declinan para que se imponga lo que uno quiere y valora mejor. En estas circunstancias, los títulos y más que estos, la formación académica se pone a un lado y empiezan muchos doctores a pedirle al diablo que haga las cosas como ellos quieren.
Por esto, hasta personajes llenos de títulos académicos, lo que hace suponer saben de las cosas que hablan y, por creer eso los periodistas, les buscan para que opinen, aunque estos también suelen acudir a quienes dirán lo que ellos o el patrón quiere se diga, dicen disparates y hacen comparaciones absurdas como esa del "comunismo" europeo de los tiempos de la guerra fría con lo que ahora sucede en Venezuela.
Entonces el académico, sabihondo, diagnostica, sin mirar para ningún lado, que en Venezuela hay "comunismo". Y él llama así aquellos estados de cosas que existieron en la URSS y los países de Europa del Este y no lo que Marx formuló como meta ideal de la humanidad. Da por hecho que aquí no hay empresarios como Lorenzo Mendoza o empresas hasta monopólicas como La Polar, no nada de eso. Pues eso sería capitalismo y libertad. Y aquí hay comunismo. Todo lo controla el Estado, hasta los bachaqueros son funcionarios del Estado y estos como el zar de la harina pre-cocida, ponen los precios que Maduro les dicta. Y el académico "por allí se va", exponiendo su teoría anti comunista. Sólo que lo que dice no tiene sustento en la vida real o no existe. O para mejor decirlo, el tipo nos cae a puro embuste. ¿Y lo sabrá?
Para empezar, en Europa del Este, en esos tiempos, hubo gobiernos impuestos por el estalinismo y supuestamente bajo la égida, que no era justamente una piel de cabra, de los partidos que se llamaron comunistas. Pero en esos países nunca hubo socialismo ni de asomo y por supuesto menos comunismo, que resultaría según la formulación ideal e idealista al final de un largo proceso, como la entrada al cielo, tanto que hasta el Estado desaparecería. Pues un doctor y académico está obligado a saber qué significan ambas cosas en el concepto marxista, ya que es ese al que aluden. Como tampoco eso sucede en Venezuela. Pues vivimos bajo una sociedad capitalista donde el Estado perdió el control en casi todos los asuntos y quienes manejan la economía, los factores privados, hacen lo que les viene en gana y aprovechan para explotar al máximo a la gente toda. O para decirlo de la misma forma, nuestra vida transcurre en el infierno. El Estado es tan débil que no puede impedir eso suceda. Y de aquella villanía suya acusan a un "comunismo" inexistente sólo para el cultivar odios.
En el diario Panorama de Maracaibo de hoy domingo 02 de junio del 2019, aparece una nota donde el redactor, citando a alguien vinculado a los altos mandos opositores, dijo que "las declaraciones que han emitido ambos líderes son para complacer a lo que le interesa a su público, por una parte porque a Maduro lo presionan mucho los militares y por eso el tema del diálogo lo resalta para ganar espacio, y a Guaidó con la comunidad internacional, EEUU, Colombia y Brasil, para no negociar, dice no hay acuerdo sin el cese de la usurpación".
Pero también quiso dejar constancia el redactor de esa nota que "una fuente del PARLAMENTO consultada por PANORAMA sostuvo que hay que creerle a lo que dice Noruega, pues la comisión encargada sostiene las mayores aproximaciones a la realidad de lo que pasa en Oslo." Habló de Parlamento o Asamblea Nacional.
¿Y qué es lo que ha dicho Noruega? Pues que las conversaciones marchan tal como las previeron y no podía esperarse, habiendo tan hondas diferencias, que en un primer contacto*, se llegase a acuerdos sustanciales y hasta definitivos. Y es estimulante que si hubo acuerdos, como seguir conversando en la búsqueda de los mejores resultados.
Es evidente que el periodista de Panorama trabajó con la realidad y escuchando las partes y hasta gente bien enterada de lo que sucede, no como el "Doctor", quien simplemente dijo lo que desea y quiere, y esto es no haya acuerdos que comprometan a las partes sino una de ellas se rinda sin condición alguna o vayamos a una guerra. Eso sí, espera el Académico, le avisen para poner varios kilómetros de por medio entre él y los espacios donde caerían las bombas y la metralla.
*En la primera Jornada en Oslo las partes se reunieron por separado con quienes promueven el diálogo. Sólo en la segunda ronda se vieron las cara gobierno y oposición.