La elección para presidente de la república el 3-D nos dejó una gran lección. Por una parte el actual y reelecto mandatario demostró conocer al dedillo la actitud, corazón y alma de su pueblo y por otra la inepta actuación oposicionista sin liderazgo, sin una figura nueva, ajena a esos carcamales llamados Ramos , Timoteo, Petkoff, Oswaldo Álvarez Paz, Julio Borges, Capriles Radonski y Leopoldo López, estos dos últimos jóvenes, pero identificados con una oligarquía contumaz, odiosa e ignorante. Chávez es un gigante de la comunicación. De haber sido publicista, sin duda alguna que sus diversas creaciones hubiesen sido de gran proyección positiva, porque Chávez sabe que le gusta y que no le gusta al soberano. Un producto anunciado por Chávez, alcanzaría altos lugares de venta y todos los empresarios estarían anhelando que fuera él quien les llevara la cuenta publicitaria.
No es fácil llegar al corazón del pueblo cuando no se ha convivido con él y de eso Chávez sabe bastante. Retrogrademos a aquel año 2002 durante el golpe de Estado. El pueblo al saber que su líder había sido detenido por los golpistas, cipayos de los Estados Unidos, comenzó a preguntar por él. Poco a poco se fue formando una gran masa que amenazó con quemar todo a su paso si los golpistas, entre los cuales estaba Marcel Granier, Julio Borges, Ravell y Cisneros, no le devolvían la interrogante. El 12 de abril una enojada cantidad de personas se dirigió a Radio Caracas Televisión con fines que no eran precisamente aguardar la presencia de un músico, de un actor o un cantante famoso. Entre decenas de aquellos hombres y mujeres, palpitaba la llama, que encendería irremediablemente el local de la televisora golpista, si la figura del Comandante no se tornaba visible. Por las calles marchaba una fuerza de puños izados que reclamaba igualmente. Los listones de hierro de las puertas de Miraflores, no eran ningún contenedor acto, para detener la multitud cuando decidiera echarlos por tierras y penetrar al viejo recinto de gobierno e ir contra aquellos sátrapas que en la aberración de la oligarquía, habían echado al cesto de la basura la Constitución Bolivariana de un solo plumazo, irrespetando la voluntada del pueblo que había elegido en libres comicios y por mayoría a Hugo Chávez Frías. Por una pequeña colina cerca del bloque 13 de Monte Piedad, algunos hombres y mujeres avistaban con prismáticos las instalaciones cercanas al palacio de gobierno e igualmente por El Calvario.
Desde La Vega, Caricuao, Petare, El Valle y otros lugares de Caracas, se observaba una marcha impresionante, en cuyos ojos flameaba el espíritu de aquellos soldados que junto a Bolívar lucharon en pro de cinco naciones para echar al invasor sádico español de nuestra América, pero…una vez más la furia fue aplacada. En los oídos de aquella gente se hizo presente la varonil voz del comandante, que siempre pidió paz y amor, comprensión y espera. El pueblo detuvo su ímpetu guerrerista y esperó con calma, hasta que un helicóptero rasgó la atmósfera de la madruga, trayendo en su interior al humanista y querido líder. Es decir, Chávez es tan gigante, en su accionar comunicacional, que es capaz de detener a cualquier Katrina que intentara penetrar con sus sordos sonidos destructivos la paz inmaculada de Venezuela. El pueblo así lo entiende. No hace nada a nivel belicoso, si él no se lo pide y nunca, al parecer lo hará mientras el respeto sea la condición. La oposición guarimbera que lidera un triste y oscuro personaje llamado Leopoldo López, no es capaz de detectar esta realidad y actúa creyendo que con su accionar le hace daño a un gobierno, incapaz de expresarse a través de la arremetida ultrajosa y ajena a los derechos humanos, como sucedía en la IV-R Muchos de esos seres humanos que se encolerizaron contra los golpistas aquel fatídico día y los tres siguientes, fueron inmensas bombas, sólo a la espera de que Chávez les dijera que hacer, para hacerse detonar. Por eso Chávez es incomparable. Por eso la oposición ignorante y estúpida (la cúpula) se indigna, pero no analiza. No busca, no indaga, no sabe donde está el secreto tan visible, que tiene este hombre al cual algunos le endilgan endiosamientos que en verdad no tiene, pues un gran terreno es. Por eso Chávez se agiganta, se hace inconmensurable, se pierde de la vista antes quienes desearían verlo en otra actitud frente al soberano. Las letras de Neruda invitan a la reflexión…”Es él…despierta cada cien años cuando despierta el pueblo”...
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