El problema de la revolución venezolana y de toda revolución empieza por descifrar al enemigo, cuáles principios y valores están en conflicto, tener firmes convicciones para darse cuenta de cómo se desplaza, como disimula, cómo muta.
Hoy Julio Mosquera puntualiza algo importante en cuanto a principios socialistas "Otra evidencia más que ha cobrado fuerza más recientemente– dice Mosquera –, es la adopción del principio de la educación al servicio de la producción (no de la formación humanista). Este principio debe ser sometido a una crítica severa, radical, porque desde la perspectiva socialista es fundamentalmente incompleto o incluso hasta errado". Aconsejo que se lea el artículo completo. Más adelante Toby Valderrama toma el tema de la educación como ejemplo claro de cómo el enemigo de la revolución socialista ha llegado hasta nuestros huesos, ha penetrado a nuestra dirigencia ("consciente o no", dicen los dos: Mosquera y Toby), manipulando así la educación para fines de la dominación capitalista…, y cita un tuiter de maduro: "Los huertos escolares, la agricultura urbana, la agricultura comunal, la producción de los alimentos con nuestras manos educan mucho más desde el punto de vista ético y moral que mil discursos, que mil libros". Digo yo, ¿Será que nuestros dirigentes se hicieron listos y perspicaces sembrando papas y legumbres.., o todo lo contrario, que por sembrar papas y legumbre ahora son tan estrechos de mente? Desde el punto de vista ético y moral, sembrando no tenemos otra referencia del mundo, en especial de este mundo globalizado, que la de la producción de alimentos para venderlos, tan reducida como una parcela, como un pedacito de tierra, "perspectiva de rana" ¿o es que se olvidan que vivimos en una sociedad capitalista globalizada? Quizás el trabajo agrícola sean valores éticos importantes para una sociedad primitiva, como aquellos consejos del sabio Hesíodo en el "Trabajo y los Días", cuando se producía para vivir, trabajar, comer y guerrear. Pero hoy esos consejos son una trampa; sirven para mantener al trabajador tan ciego como se pueda, pegado a la necesidad y rutina de su trabajo como para que éste no les permita ver una significación social más allá, como para que no alcance a tener consciencia de su propia explotación, de su propia vida. Casi todos sabemos qué significan las palabras de Bolívar cuando dice que la ignorancia es un instrumento ciego de nuestra propia destrucción, o moral y luces son nuestras primeras necesidades, no hay que ser tan manipulador para torcerlas a favor del "trabajo productivo", puesto en bandeja de plata para los intereses neoliberales o liberales (es lo mismo), de mantener al trabajador opacado, con la cabeza gacha, sin espíritu, sin conocimiento verdadero, sin libros, el ideal, según maduro y el ministro Aristóbulo, de adquirir "el conocimiento", como dice Toby, "por generación espontánea".
El comienzo es hacernos esta pregunta: ¿Dónde está el enemigo?, para reafirmar nuestras convicciones. El enemigo es aquel que primero te aconseje que no estudies, que no leas, que trabajes duro y no pienses, que produzcas y te dejes explotar, que desprecies los libros, como los evangélicos que solo leen y citan la biblia creyendo que es la palabra de Dios. El segundo paso es leer y estudiar; dejar a un lado los "manuales del PSUV" interpretados por cagatintas pusilánimes y estudiar de verdad de cara a la realidad, saber pensar (más allá de las matemáticas, directamente la geografía, historia, literatura, filosofía, a Bolívar, a Chávez, a Marx, a Lenin, a Fidel, a los valientes…) Saber dónde está el enemigo es la posibilidad cierta de combatirlo y vencerlo.
¿Cómo podemos saber si nos están engañando, si no vemos más allá de los discursos oficiales, si no podemos atravesar la bruma del show de las cadenas y las palabras vacías? La fe no es suficiente, hay que tener convicciones bien fundamentadas. El mundo moderno es la prolongación de la ignorancia de la fe ciega en la iglesia en la fe ciega en la política, en la ciencia, en la economía y el dinero.
Si aquí estallara un peo, o se movilizara la población en contra de las políticas neoliberales de maduro, los estallidos sociales en Suramérica tendrían mucho más sentido clasista, pero para eso debemos saber que las políticas de maduro responden a recetas veladas, recomendaciones veladas redactadas por el Banco Mundial (las cuales sirven igualmente a los intereses de chinos y rusos) para orientar nuestra educación hacia sus fines prácticos de formar mano de obra para producir más y más barato para los ricos, inclusive las mismas recetas del FMI para poder desplegar "las fuerza productivas del capitalismo", pero esquivando las consecuencias sociales de Ecuador, Chile y Argentina, exaltando como avances sociales y socialistas lo que llama Fidel "éxitos raquíticos" de "corazones raquíticos", engaños, pases de magos, repartiendo la limosna de la comida, bonos y promesas. La idea es adormecer las fuerzas sociales, la lucha social, la revolución, mediante el chantaje y la ignorancia.
Más allá de la necesidad de comer está la dignidad de ser libres de elegir nuestros mejores hombres para que gobiernen en nuestro nombre de acuerdo a sus actos y no sus discursos vacuos. Y para eso hay que prepararnos (¡despertar!), poder distinguir entre el farsante y aquel que trabaja para que las cosas cambien de verdad, entre maduro y Chávez.