Reflexiones sobre el Partido Único y el Socialismo del Siglo XXI

Poder para el Pueblo, participación protagónica, contraloría social, lucha contra la corrupción y la ineficiencia; Consejos Comunales, Asamblea Popular, la discusión sobre el socialismo del siglo XXI o la misma reestructuración del Estado, son problemas o retos ha ser evaluados desde la satisfacción cotidiana de necesidades básicas de la sociedad y la respectiva acción de los diversos extractos socio-culturales. Así, más que valorar el momento conclusivo sobre el socialismo, el partido único o la publicación de ensayos, el esfuerzo debe estar referido a la concreción de una metodología, estilo de trabajo y motivación al debate y al estudio donde predomine la opinión, diálogo, búsqueda y aporte del colectivo social por encima de la secta burocrática, partidista o institucional.

Es desde esta perspectiva que coincidimos con las opiniones expresadas por el presidente Chávez sobre el Partido único, en el acto de reconocimiento del Comando Miranda, pues la suya no fue más que un enfrentamiento a las formas burocráticas y estilos de trabajo hegemónicos y sectarios que venía cercando el debate, enclaustrándolo en las directivas de esos partidos y alejándolo cada vez mas del saber y del sentir protagónico del pueblo venezolano. Además, si bien el presidente no se metió en profundidades, por el carácter mismo del acto, bueno es agregar que no existe manera alguna de hacer productiva la discusión sobre el Partido único si ésta no esta acompañada de una exhaustiva evaluación de lo que han sido las distintas formas de organización y lucha planteados por los revolucionarios en diversos instantes de la historia del pensamiento socialista. Hablamos pues de una inmediata sistematización de las ideas socialistas.

Por otra parte, hay una verdad en el discurso marxista, la afirmación de que el elemento determinante en la historia es la producción y reproducción en la vida real. Visto así, la historia de la humanidad no es una suposición, abstracción o cuento, es el proceso de creación y recreación de la existencia humana. De donde, los problemas sociales no pueden ser generados, si antes no existen las condicio­nes materiales para su posible solución teórico-práxica. De forma tal que el problema del socialismo del siglo XXI, de la vanguardia colectiva o partido único pasa por la generación de esas condiciones materiales y la subjetividad colectiva generada a partir de la constitución de esas condiciones reales.

Entramos de esta forma en otro nivel del problema: el papel de la teoría revolucionaria, la afirmación según la cual sin teoría no hay partido revolucionario. Pero, cómo se genera esa teoría sino es mediante la praxis revolucionaria que no solo es garantía de una nueva teoría sino de un nuevo sujeto revolucionario. Visto así el llamado que hizo el presidente Chávez termina siendo una gran convocatoria para que el país todo, aquellos que apostamos por la profundización del proceso nos convirtamos en una gigantesca movilización de ideas y actuaciones revolucionarias que a la final serán el suelo fértil para que germinen las teorías sobre el socialismo del siglo XXI, así como las propuestas referidas al partido único o a la vanguardia colectiva que me parece mas apropiado. Una vanguardia colectiva totalmente identificada con la visión estratégica de la liberación, de la constitución de una gran nación Nuestramericana, revolucionaria, socialista, con una táctica de recomposición y reagrupamiento de valores y compromisos revolucionarios, de prácticas comprometidas con los intereses de los pueblos, con la democracia protagónica y el régimen asambleario.  Una vanguardia colectiva con libertad de instrumentar los métodos más apropiados para la intervención en la coyuntura. Y tiene que ser así porque el ejercicio practico-concreto de la política revolucionaria goza de variados actores y escenarios, no puede haber uniformidad o un solo discurso ante, por ejemplo, los problemas de una cooperativa de pescadores, el proyecto de un grupo de científicos o las celebraciones tradicionales de una población dada. La vanguardia del proceso no puede ser una instancia monolítica, experta en todos los saberes, capacitada par interpretar y transformar manifestaciones culturales o diversidad de formas de producción e intercambio. Nuestra insistencia ha de ser sobre el carácter diverso y múltiple de la vida, de la realidad político-social.

Por ahora una cosa tenemos claro, el partido único o la vanguardia colectiva, han de diferenciarse de las organizaciones capitalistas porque su praxis política rechaza las maniobras, las combinaciones, las alianzas, el prestigismo, los bloques que tradicionalmente se forman sobre la base de postulados y el estilo de trabajo clientelar  y oportunista; porque rechaza lo acrítico, el dogmatismo o la cobardía que caracteriza al sectario y al burócrata.

La discusión sobre el partido único o el socialismo del siglo XXI, es la convocatoria para ocuparnos del sujeto de la revolución, de su constitución como corriente de pensamiento y acción. Es la revalorización de la Praxis como el ámbito para la recreación de la realidad político-social y generadora del sujeto de la misma. De donde, oportuno me parece, en razón de los temas a discutir, presentar la siguiente propuesta: Convertir la discusión sobre el socialismo del siglo XXI y el partido único, en un profundo debate y construcción colectiva del Programa de la Revolución Bolivariana. Que la militancia a convocar sea por la realización del Programa, más que por la militancia en un partido llamado único. Ser activista del programa revolucionario es ir más allá de la simple profesionalización del ejercicio de la política. Con esta propuesta se pretende hacer comprensible la siguiente dicotomía: ¿Es el Partido el sujeto de la revolución o son las masas alertas, movilizadas y organizadas por la promesa inscrita en el programa revolucionario? Ser sujeto conciente de la elaboración del Programa Revolucionario y adherirse  al mismo evita el clientelismo, el oportunismo y privilegios propios de la sociedad capitalista de consumo. Ese activar por y en el programa coloca en el lugar fundamental el dialogo del pueblo sobre sus problemáticas, así como los procesos constituyentes y la reformulación del Estado. Si a ese conglomerado de hombres, mujeres, niños, ancianos militando con el Programa Revolucionario se le llama Partido Único, Vanguardia Colectiva, Movimiento o Frente, es lo de menos, lo importante es que se rescata el ejercicio de la política de aquellos que la habían cercado; es una nueva cultura política gozando de condiciones básicas para su desarrollo; es el forjamiento de la acción política desde la cotidianidad de las diferencias; gestación de múltiples escenarios desde donde se va más allá de la simple contraloría social y se instauran los procesos constituyentes en Gobernaciones, Alcaldías, Ministerios, Asambleas Legislativas, Institutos Autónomos, Corporaciones del Estado, Empresas del Estado. Es la intervención y nacionalización de las empresas privadas cuando violentan aspectos referidos a la seguridad y estabilidad social. Tiene que ser también la evaluación e intervención en ámbitos como la medicina y la educación privada, es a la final, la concreción del socialismo desde las bases y el protagonismo popular. Es la revolución permanente o revolución en la revolución a partir de un pueblo que se ilustra y se forma en el ejercicio de la gerencia pública, sin tutoría, ni prebendas indignas. Solo así tiene sentido el llamado presidencial referido a dar poder al pueblo y la conseja constitucionalista que indica el carácter protagónico de nuestra democracia.

 

SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO



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Luis Villafaña/PNA-M13


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