El XV Congreso Nacional de Historia Regional y Local y 2° Congreso Internacional de Historia, celebrado en la ciudad de Barquisimeto, centro occidente de Venezuela, en noviembre pasado nos deparó la mesa redonda que anuncia esta nota; efectuada concretamente en la Sala de Formación del edifico de la Gobernación del estado Lara y que lamentablemente por esa inveterada tradición llamada "Hora Venezolana", en realidad un vicio tremebundo, las exposiciones de los expertos empezaron al menos dos horas después de lo previsto y todo fue muy atropellado, ¿cuándo la burocracia comprenderá la importancia de respetar el tiempo previsto para las actividades y el tiempo de cada cual? ¿Tan grande fue la parranda de la noche anterior?
Como fuere, la Mesa Redonda Historia Insurgente contó con la participación del historiador y periodista Dr. Jorge Nuñez, acompañado con parte de una delegación de la República del Ecuador; los venezolanos Dr. Manuel Carrero, conocido historiador, discípulo y albacea de los papeles y biblioteca del maestro Dr. Federico Brito Figueroa, según es fama en el gremio; Ángel Velázquez, sociólogo y egresado del programa de Doctorado en Estudios Estratégicos del Desarrollo de la UBV; Omar Hurtado Rayugsen, Ex vicerrector de investigación y Postgrado de la UPEL; Luis Felipe Pellicer y Pedro Enrique Calzadilla.
Estos últimos, historiadores egresados de la escuela de historia de la UCV en la que también son profesores ordinarios y con estudios de maestría en universidades de Europa, La Laguna y La Sorbona, según lo que se ha leído en Wikipedia, cuyas piezas de investigación versan sobre historia de la ideas, hábitos y costumbres; de acuerdo a lo acotado en esa misma sesión por Pellicer, en consecuencia alumnos que fueron de historiadores como Germán Carrera Damas, Elías Pino Iturrieta y otros que hoy seguramente forman parte de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela.
Centenaria institución frente a la cual el Centro Nacional de Historia planta cara, pero que necesariamente tienen que colaborar en su labor de trabajo con los archivos, fondos documentales, la memoria, la historia y la cultura. Además de que se complementan en cuestiones de método y técnica, aunque difieran en ciertos aspectos de la teoría, objetivos o fines como veremos a continuación mediante unas notas personales que no necesariamente recogen el sentido último de las disertaciones de tan egregios expositores, sino una versión de los planos ontológicos, epistemológicos, metodológicos, axiológicos y teleológicos que se pudo entender, tal como se nos pidió como parte de un curso de filosofía del que participamos.
Inició las presentaciones el Dr. Manuel Carrero Trujillo, quien entre otras consideraciones de orden teórico-metodológico señaló que en tanto que historiadores, educadores y ciudadanos preocupados lanzan una propuesta que de entrada aborda lo ontológico como una construcción humana y cuya región de la realidad (historia, personajes o procesos) es seleccionada por el investigador de acuerdo a ciertos intereses de clase; de allí que desde el Centro Nacional de Historia proponen: valorar el pasado, la historia insurgente, las comunidades constructoras de procesos populares con una nueva metodología más allá del historicismo de Karl R. Popper, un teórico importante de la teoría científica de raigambre europea, así como de otros.
La historia insurgente en el plano epistemológico plantea un importante nudo en cuanto a su apoyatura hasta llegar a llegar a preguntar si se ha de incluir una epistemología "a lo indio, telúrica", ¿estaría aludiendo a la propuesta de la llamada epistemología del sur o la demosofía de los pueblos andinos? Recordamos al peruano de los siete ensayos de la realidad de aquel país y a quien llamaron El Amauta, el del socialismo indo-americano como creación heroica y también a José Ratto-Ciarto, otro peruano, que también tiene un libro sobre el socialismo incaico, obra que por los años de mediados de 1980 asistimos a su presentación en la Fundación Buría, de la calle 48 con 17 de Barquisimeto, que hoy creo que cambiaron de dirección física e ideológica-política.
¿Qué es la historia insurgente? Se preguntó el Dr. Manuel Carrero-Trujillo y como no es una pregunta retórica él mismo respondió de inmediato más o menos así: (a) historia insurgente colectiva; (b) un modelo de investigación.
Por su parte el Dr. Jorge Núñez (Ecuador) aportó entre una miríada de cosas que el modelo clásico positivista concibe la historia como "contar", historia narrativa grandes hechos, personajes, fechas, nombres, detalles; tiene carencias del siguiente tenor, a saber, que el documento es parcial y la historia se hace con documentos, pero este no ofrece sino una visión mezquina de la dinámica, pues, ¿quién escribe documentos? ¿Quiénes eran letrados en la colonia? De donde se tiene que la historia insurgente debe incluir la historia oral.
Agregó que aparte de discernir a quién le interesa escribir documentos –a la clase dominante-, ¿quién los selecciona y guarda? La prosapia u oligarquía, el sistema de dominación, a la clase interesada en contar y organizar (las instituciones); instó a cuestionar esa forma, en cambio, invitó a valorar la historia oral, experiencias, memorias, recuperar la historia marginal y de porqué es marginal; por ejemplo, la historia social de la República de Bolivia, un conflicto de siglos, denunciar lo oprobioso de ese proceso…
El historiador de grandes hechos en este modelo pasa a seleccionar la historia pequeña, pueblos, gente, hay que surgir contra los modos de "ver" la historia tradicional, su recurso a la hermenéutica o los fines, esto es, la forma de interpretar los hechos y la finalidad de por qué lo hace (fines a los que sirve), eso que nosotros en filosofía llamamos teleología.
Según parte de lo expresado por el distinguido invitado peruano, el historiador debe ir a los conflictos (de clase, los marginados, los procesos populares, las intervenciones internacionales en nuestras naciones: el saqueo, agresiones de los imperios), historia de la deuda externa de nuestros países, eso da qué pensar, porque no es sólo una Historia Insurgente sino también de una Filosofía Insurgente y otras disciplinas que tiendan a impulsar el pensamiento crítico.
El profesor Omar Hurtado Rayugsen, de larga experiencia en la enseñanza de las ciencias sociales, particularmente la geografía y la historia y con grado de Doctor en la ciencia de Clío, empezó su disertación con la interrogante: ¿Qué entendemos por historia insurgente? Y respondió recordando al recientemente fallecido Arístides Medina Rubio, fundador de los congresos de historia regional y local y de la revista Tierra Firme, en la década de 1980, quien en una entrevista periodística acotara también la pregunta: ¿quiénes hacen la historia? Y responde que los abuelos…
Luego desplegó una densa exposición del que apenas logramos atrapar algunas ideas como que nos educamos desde una historia episódica y desde el centro (Caracas, Valencia) y en esta perspectiva nueva de la historia insurgente se invita a hacer historia desde ejes clave, por ejemplo, Guayana, Junta Suprema (1810) con Juan Crisóstomo Roscio; tener en cuenta la espacialidad y sus ejes de integración de los procesos, además de tomar en cuenta la temporalidad, la perspectiva; viene al caso otro ejemplo, Los Humucaros y la guerrilla (década de 1960), un pueblo que se rebela. También se tiene como referencia la manera como se construye la Constitución de 1999, la forma de elaborar presupuestos, ya que uno de los logros de la Revolución Bolivariana es la inclusión.
En esa línea señaló que Carracciolo Parra-Pérez en Historia de la Primera República, habla de José Antonio Mariño, pero lo importante es que aparezca el pueblo, el comandante Hugo Chávez abordó la historia desde la espacialidad y denunció la iniquidad de la relación centro-periferia en lo hemisférico y reforzó el concepto de la multilateralidad, un mundo pluricentro, multi etnico, como es la Bolivia de Evo Morales: un Estado Plurinacional.
Refirió también el Prof. Hurtado Rayugsen que el presidente Chávez supo nutrirse de autores como Augusto Mijares con su obra monumental llamada El Libertador, gran libro de un escritor tenido por gente de derecha; pero advirtiendo que aquí hay derecha propiamente, pero sí gente que hace historia política, en tanto que proyecto, proyecto de país a favor de una clase; por cierto, muchos de esos asuntos de héroes y villanos son recogidos en una novela de Dencil Romero titulada "La Carujada", pues el tiempo histórico se vive a tenor de una conciencia de clase, con procesos dirigidos a favorecer una clase. Todo eso, sostuvo el Dr. Rayugsen problemas de método con fines de abordar la dinámica de grupos humanos en su contexto de tiempo y espacio, una de cuyas opciones es la Historia Disidente y Militante, como titulara uno de sus últimos libros el maestro Federico Brito Figueroa.
Ángel Velásquez en su intervención sugirió trascender los métodos de lo que denominó la episteme occidental y crear una nueva filosofía social, porque la primera corresponde a la élite liberal, pero a su vez esto se vendría a expresar en la institucionalidad burguesa; propuso cambiar esa visión con una nueva educación y una pedagogía que propenda a desarrollar la autonomía cognitiva y política, con propuestas de comunidad autogestionaria, modelos alternativos; hay que revisar también el concepto y la práctica de lo popular que a veces se maneja desde ciertas instituciones del Estado, que es de tipo asistencialista, así como la noción de la cultura popular y debe respetar lo hecho por el pueblo originalmente, tal como lo concibe Paulo Freire; al respecto, propuso los IPUS, que es contar procesos populares y formas de organización autonomista con su historia y saberes propios.
Luis Felipe Pellicer luego de tomar café protestar amablemente que, si bien el panel de la mesa redonda incluyó u nuevo ponente, sacaron del mismo a la única mujer que iba a hablar; una jovencita del Centro Nacional de Historia, que sí habló de todas maneras al presentar al presentador pero muy brevemente; en fin, Pellicer acotó que después de todas las intervenciones anteriores "Queda poco por decir" sobre Historia Insurgente, y lo resumió más o menos de la siguiente manera: (a) Es una propuesta, no es una escuela ni una corriente; es construir una teoría de la revolución bolivariana; (b) Tenemos una herencia, la historia marxista (eurocéntrica), Marx sí crea una historia insurgente, no es una historia exclusivamente marxista (pero) sí hacemos historia política.
La herencia que al parecer aludió Pellicer tiene que ver con lo que también señalara que ellos han realizado investigaciones en historia de las mentalidades, que es el caso del Lic. Pedro Enrique Calzadilla, ideología y vida cotidiana con Luis Felipe Pellicer (reproducción de la vida cotidiana, alimentación, matrimonio y sexualidad, relaciones intergrupales); la construcción de la mentalidad mantuana en Caracas, cómo se fragua la noción de colonialidad y deconialodad; racista y clasista, por género; cuestiones de honor (prosapia), mentalidad cristiana-centrista, patrialcal, hetesexual, edadista, capacitocéntrica, moralista, clasista, exclusivista.
Contra eso hay que luchar, contra la mentalidad interseccionada, cambiar los contenidos a enseñar, por ejemplo, que los negros e indígenas son los constructores de la historia social en el aspecto de la riqueza económica (creadores de riqueza), debelar la ideología o sus estrategias de ocultamiento en una educación liberadora; además de una construir una nueva periodificación de la historia de Venezuela, conformación de un nuevo lugar de enunciación, por ejemplo: en lugar de Periodo de Resistencia Indígena, Período de Resistencia Indio-Africano, Resistencia y Emancipación, entre otros aspectos que se nos escaparon porque lamentablemente no aprendimos a escribir en taquigrafía.
Por su parte, Pedro Calzadilla contó que un momento en el mandato de Hugo Chávez la pantalla de la televisión cambió: se movía hacia el pueblo, madres, niños, necesidades; esto es, cambiar el punto de vista desde donde se mira la realidad, la cuestión no era confrontar el pueblo, por eso Chávez es el creador de la noción Historia Insurgente: voluntad y espíritu donde el pueblo es el protagonista; historia para el combate y seguir la revolución bolivariana, la cultura y la memoria del pueblo en el poder.
Es la historia de un pueblo y sus luchas, un pueblo que no se arrodilla al imperialismo; es un proyecto político historiográfico, de representaciones colectivas del pasado, un conocimiento en proceso de construcción que exige metodología, epistemología y técnicas, espíritu, nuevos paradigmas: pasar de un mundo académico puro, que también eso es político, imponer una mirada; un proyecto político de la burguesía que en Venezuela construyó una representación del pasado, 1830-1970 y sigue vivo eso; hasta este nuevo espacio de militancia, el Proyecto Simón Bolívar.
Somos un ejército donde este proyecto revolucionario surge, un sentimiento que acompaña este proyecto bolivariano, programa de sustentación, interpretación, toma de posición ontológica y epistemológica, desde que Chávez el 4 de febrero de 1992 dijo: "Este movimiento militar bolivariano", es el acontecimiento que da lugar al conocimiento de una historia que no es aséptica sino militante, surge un gran movimiento nacional bolivariano, una conciencia histórica; siempre amenazada por la maquinaria cultural de la burguesía que no suelta la historia y la cultura. La historia insurgente en cambio, acompaña al pueblo en resistencia y desde 2018 el 20 de noviembre es decretado por el presidente Maduro