El país está dormido, drogado de individualismo, cada uno vela por sus propios intereses mezquinos. Así, la suma de soledades no hace una nación. En esta parsimonia prospera la canalla. Veamos.
Son maduro y guaidó, desde siempre, piezas de la restauración capitalista, son como los actores de las telenovelas donde el villano es tan importante como el galán; los dos se necesitan, uno no puede existir sin el otro, ambos se confabulan para la distracción del televidente. Por eso, no se pisan la manguera, los dos quieren desmontar la propiedad social, vender a pdvsa la esquelética, de eso no discuten; ellos pelean por otras cosas triviales, pero el centro del capitalismo, la propiedad de los empresarios, su libertad para la especulación, la usura, el sometimiento económico de las grandes mayorías, la expoliación de las riquezas nacionales, eso "es caca", no se toca.
Los dos son enemigos del Socialismo, son enemigos de Chávez, de su pensamiento. Uno, maduro hace el trabajo sucio, salir de Chávez, condenarlo al olvido, sacarlo del corazón de los humildes; lo hace muy bien, ha disminuido la pasión por el Comandante, quién lo puede dudar, el recuerdo se pierde en las pequeñeces del día a día, nadie recoge la imagen mancillada, ya al Cuartel sólo van las ánimas.
Es maduro el encargado de privar de la política al pueblo humilde, ahora sólo se habla de pendejadas, los voceros del gobierno todo lo despachan con un chiste, un retruécano, una acusación sin base, lo que se les va ocurriendo. Lo grande, lo importante, es silenciado: venderán a pdvsa, nadie chista, que viva el capitalismo de ganar-ganar; sólo Marcos Luna responde, los presos son olvido, los exiliados nadie los recuerda, los perseguidos son huérfanos.
El otro, guaidó, es el encargado de consolidar la transición al capitalismo, su bandera es lo que ellos llaman unas elecciones libres, que en realidad es una operación de narcotizar la sociedad, un gran circo que distraiga de la miseria espiritual y material que padece el país; volver a las tinieblas de la cuarta. Lo hace bien, más de medio mundo está en el acuerdo de llevarnos de nuevo a la cuarta, hasta los rusos, ningún gobierno en todo el planeta tiene un planteamiento revolucionario.
El pacto maduro-guaidó es tan evidente como el pacto de punto fijo. Viene desde lo internacional, los rusos y los gringos están de acuerdo con las elecciones castrantes, los europeos los secundan. En lo interno, el pacto se expresa con la continuidad del circo que desembocará en unas elecciones, maduro tiene problema con su entorno que no comprende la gran política de los pillos.
En el país no hay quién se oponga, todos entran por el aro electoral, el espíritu de la cuarta tomó cuenta del vacío político, pronto el país entrará en el gran carnaval electoral, vendrán las apuestas, los singles, volverán las caminatas, los retruécanos… Y sin darnos cuenta estaremos en el pasado que creímos superado. Ya maduro nos trajo la miseria, los recogebasura, los hospitales arrasados, el futuro perdido; ahora en el neo pacto de punto fijo con guaidó nos traerán el opio electoral.