Es evidente que la situación política se acerca a un desenlace, no es posible seguir en este vacío, un país no puede navegar tanto tiempo a la deriva a merced del viento de la incompetencia y los caprichos de gobernantes embusteros y de una oposición de gelatina. El gobierno y la oposición inventan unas elecciones y una consulta, ambas son preparación para el futuro, las fuerzas del capitalismo acomodan sus piezas en el tablero, se preparan para una confrontación terminal. Veamos.
El gobierno intenta procrastinar su debacle definitiva, se sube al ring sin moneda, agobiado por el dólar, con miles de secuestrados en sus cárceles ilegales, con la economía en los sótanos de la iniquidad, la popularidad en nada, el poco apoyo que muestra es conseguido con chantajes. Inventa unas elecciones para intentar apaciguar la rabia, darle salida a la desesperanza, y buscar, inútilmente, certificación internacional. Este guión lo conoce el país y el mundo, los resultados no los creerá nadie, el gobierno saldrá "vencedor" y de no hacerlo anulará, comprará, el desacato, todos son recurso para que el barco siga navegando.
Lo de la oposición es más duro, son incautos lo que imaginan que tras de esa convocatoria no hay más nada, que es sólo fuegos artificiales, que eso se le ocurrió a guaidó en una madrugada de insomnio. Al contrario, esa consulta es el inicio de un plan muy bien diseñado, después los resultados serán considerados obligantes. Alguien exigió esa certificación para actuar. Los resultados serán usados como apoyo para acciones futuras.
Los resultados no importan, será una batalla en los medios y en las aglomeraciones a las puertas de los centros de votación, una guerra de apariencias. Lo importante viene después. El gobierno impulsará sus disparates con la aprobación de la asamblea. Los guaidoses esperarán en la sombrita que alguien le haga el mandado. Las elecciones, la consulta, son la preparación para la desaparición de uno de los dos bandos. Cómo será esa salida, no lo sabemos; ¿saldrán los dos?, también es posible. Después de diciembre nada seguirá igual. Lo que sí es seguro es la incapacidad de las dos opciones capitalistas, gobierno y oposición gringa, de recuperar el país, la superación de esta crisis más que un asunto económico se trata de un asunto de pasión, de espiritualidad, de cambio de valores, de ética, y esta emoción popular sólo se puede conseguir volviendo a Chávez, al Socialismo, al Plan de la Patria.
¿Cuál debe ser la posición de los revolucionarios, de los chavistas chavistas? En principio, ya lo han hecho, desconocer a los dos eventos, pero hasta allí es la mitad del río, la parte negativa. ¿Pero cuál es la parte positiva? Es necesario, urgente, un proceso de convergencia de esta opción, necesario que los chavistas, los revolucionarios, los justos se unan, hacia allá deben ir los esfuerzos. La falta de una opción alternativa al capitalismo sumirá a las masas en el escepticismo más profundo, se crearán condiciones para una salida fascista. Ya el fascismo, el fanatismo, el desespero anida en muchos sectores nacionales.
Estamos en Facebook: toby.valderrama.5
¡CHÁVEZ VIVE EN LA LEALTAD A SU LEGADO!