En esta II parte seguimos abordando el tema relacionado con el general Alberto Mûller, lo que ya habíamos hecho en la entrega anterior (I) la cual puede leerse siguiendo el siguiente link: https://www.aporrea.org/ideologia/a297636.html
En una entrevista dada a la periodista Carolina Hidalgo, el 8 de diciembre del 2009, Müller Rojas habla por primera vez de los "alacranes" y manifiesta su satisfacción porque Chávez haya roto con ellos; entonces el general dijo:
"Eso es lo que estábamos esperando. Lo había identificado en varias oportunidades como el nido de alacranes. Hay que ir eliminando ese círculo de hierro de la burocracia que ha encerrado al presidente y le ha cortado la relación directa que tenía con la sociedad. Ese círculo ha generado una burocracia privada a través de prácticas que eran normales en la democracia representativa, pero que son absolutamente fuera de orden en una democracia participativa y esa situación ha generado una pérdida de confianza que afecta la figura presidencial, porque la gente lo percibe como que él tiene cierta responsabilidad y sobre todo afecta al PSUV que aparece como un partido al estilo de las viejas organizaciones de la democracia participativa que defendían intereses grupales. Es una manifestación pública a la sociedad venezolana en términos generales que rompe ese anillo de hierro de la burocracia y el nido de alacranes".
Esto es interesante tomarlo en cuenta para más adelante, cuando toquemos el tema relacionado con Kléber Ramírez y el partido centralizado para impedir que este se corrompa. Pues según el oficialismo partidista del Psuv, esta estereotipada concepción partidista de vieja estirpe, de raigambre estalinista, pero asumida por ellos como algo novedoso, como me dijo alguien en una conversación privada, habiendo sido mi intermediario ante la dirigencia de arriba en nuestro espacio, pues lo que yo planteaba, lo inherente a lo participativo y protagónico, era más propicio a corromperse. Es decir, para que esto no sucediese, era mejor uno alejado de las bases que aquel que mantiene vínculos estrechos, dinámicos y permanentes con ellas. De donde según ellos, lo que pudiera corromper al partido sería las relaciones y vínculos estrechos con las bases. ¿Y eso lo llaman participativo y protagónico!
Y esa concepción, que es la misma que ha venido prevaleciendo desde el nacimiento del partido bolchevique hasta nuestros días, sobre todo entre los partidos y movimientos supuestamente revolucionarios y partidarios del socialismo que han accedido al poder en sus respectivas naciones, de nuevo pareciera asumirse como la pertinente para Venezuela. Y contra ella se mostró Müller Rojas.
Esta relación, la que hemos calificado que "mantiene vínculos estrechos, dinámicos y permanentes con las bases", como expresa el propio Müller Rojas es más acorde con la democracia participativa y protagónica que la vieja representativa, con la cual el partido centralizado, de cúpulas "revolucionarias" per sé parece mandado a hacer.
Para el 30 de octubre del 2010, Müller Rojas según el diario Panorama de Maracaibo, calificó de "pésimo" el momento "que vive el proceso revolucionario". Agregó, "Está pésimo. Todo lo que está pasando no es sano para el proceso revolucionario. Tenemos que hablar de socialismo, no de personas, ni de etiquetas". Luego siguió diciendo: "Estamos cambiando un internacionalismo, que es la característica de las revoluciones, por un nacionalismo pequeño burgués que no representa las expectativas de la sociedad". Luego insiste, tres años después, más o menos en lo mismo que ha dicho en 2007, "Es rara la vez que el presidente me oye".
Pero bien vale la pena regresar al 2009 para leer lo que, en una larga entrevista, el general Müller, comentó a Vladimir Villegas, publicada en Aporrea el 02 de diciembre de ese año.
Al comentar, por instancias del periodista sobre el problema de la burocracia, dijo lo que muchos revolucionarios desde todos los espacios y rincones comentaban sin que fuesen tomados en cuenta:
"Yo creo que se cometió un error cuando se colocó paralelamente a los individuos que estaban en la burocracia pública como líderes del partido".
Refiriéndose al presidente Chávez y su capacidad para tolerar la crítica, respondió:
"Nadie es absolutamente insensible a la crítica. A nadie le gusta que lo critiquen. Tú has visto que, públicamente lo he criticado y se ha molestado".
Cuando el entrevistador le interroga por qué el presidente no toma medidas en vista de las denuncias o inconformidades públicas y extendidas contra determinados funcionarios, diciéndole ¿Si él sabe eso por qué no produce cambios?, Müller estudiadamente responde:
"Me hago esa pregunta, pero hay consideraciones de tipo estratégico y táctico que tienen que ver con mantener ciertos equilibrios que no se pueden dejar de observar, y que obligan a tomar ciertas decisiones con ciertos personajes, que son clave en un momento dado".
El caso del general Müller Rojas, es como atípico en el chavismo. Pues si bien fue militar, general del ejército, comandante del ejército de la selva, no llega a ese movimiento por su origen militar como tampoco haber estado con Chávez dentro de los cuarteles. Es de una generación anterior a la de aquél. Hablando de sí mismo dijo en una oportunidad, estando ya en el Psuv, "no soy socialista desde ahora, sino que tengo 50 años pensando en el marco del materialismo histórico. De ese pensamiento no me salgo, no me voy a colocar de otro lado, soy enemigo del capitalismo, pero tampoco me dejo manejar en la dicotomía de blanco y negro, los problemas hay que descubrirlos".
Cuando el alzamiento del 4F de 1992, ya Müller ha pasado a retiro y milita dentro del movimiento creado por Alfredo Maneiro, liderado entonces por el joven dirigente obrero, de los trabajadores de la Siderúrgica de Guayana, Andrés Velásquez. Cuando Chávez presenta su candidatura a la presidencia de la república, forma parte de quienes rompen el movimiento en el cual militaban y pasan a formar la organización Patria Para Todos (PPT), entre quienes además de él estuvieron Pablo Medina y Aristóbulo Istúriz, organización política que opta por darle su apoyo a Hugo Chávez para aquellas elecciones de diciembre de 1998. Más tarde, por el llamado del entonces presidente electo, de formar una organización única de la Revolución Bolivariana, es de quienes deciden, también con Aristóbulo, formar parte del Psuv. En esta organización no solo fue recibido con afecto, sino que se le concedió la audiencia merecida, tanto que llegó a ser vice su presidente.
Pero Müller Rojas, quizás por sus orígenes, siempre mantuvo una postura distinta a quienes formaban parte del círculo íntimo de Chávez y a éste había acompañado en el alzamiento del 4F o desde los tiempos de su prisión en Yare. No fue pues un militante o dirigente del partido a discreción, o dado a la voluntad de una autoridad suprema. Era más bien díscolo, independiente y con su particular forma de apreciar el momento o los momentos. No fue de esos dispuestos a aceptar línea u órdenes de arriba. Exigía su derecho a opinar sobre cada cosa. Por estas cualidades, llegó a contradecirse con Chávez en varias oportunidades. Quizás su conducta se explique en varias circunstancias como su edad, su rango de viejo general del ejército, a quien como acostumbra la disciplina militar, Chávez debía respeto y provenir de una organización política existente antes de las creadas por éste y su formación.