Felipe Capozzolo, Maduro, el PSUV, la AN, y la 9na estrella de la Bandera

Como suele pasar en estos casos de incontinencia para guardar los secretos, éstos salen a la luz y el gobierno siempre intenta tapar la verdad desnuda con un pañuelo. En la entrevista que le hacen a Capozzolo en Noticiero Digital, el jueves pasado, este señor admite que consecomercio negocia con el gobierno condiciones para "recomponer el mercado interno". Su teoría es simple: siempre se puede y se debe negociar con aquellos que están en el gobierno, porque tiene el poder de permitir o prohibir las actividades comerciales, y pero estas, aunque necesarias, están iluminadas por la codicia, es decir, por la ganancia y todo el modelo de vida que la inspira, no por la política. Lo que quiere decir que se puede transar con el gobierno la apertura comercial sin hacerlo con el PSUV (o con los chavistas), el asunto de la política, por ejemplo, sin que se discuta sobre la propiedad privada frente a la propiedad social y esas cosas "ideológicas" que a ellos no les gusta.

Todos los encuentros han sido con el ejecutivo, "no con el chavismo ni el madurismo", así lo dice este señor sin complejo, como diría Maduro, en unas reuniones asépticas de "ideología". En rigor, se trata de intercambiar actividad comercial por tiempo en el gobierno, darle, de momento, tiempo a aquellos que tienen la discrecionalidad de liberar o no la economía, pero sin ceder posiciones políticas: "Hay que hacer una precisión –dice Capozzolo –. No nos reunimos con el chavismo ni con el madurismo, sino con autoridades representantes del ejecutivo nacional"… "estimo que en el futuro cuando la sociedad (se refiere a su sociedad) esté más recompuesta podrá volver a su demanda de cambio político a la que no se tiene que renunciar". El señor Capozzolo hace ver al gobierno como disminuido frente a las sanciones de Estados Unidos, que es como ellos llaman al bloqueo, y es cierto, son sanciones.

Hay que aclarar que en el lenguaje de los empresarios, "cambio político" se refiere a quitar del medio un gobierno que controle la economía, y para ellos, este gobierno errático, inculto, dubitativo, contradictorio sería lo mismo que cualquier otro que les regule o controle de forma racional y decidida sus actividades comerciales y negocios. Quizás por eso hablan de "maduristas y chavistas", maduristas locos y chavistas comunistas.

Para ellos el papel del gobierno (este o cualquier otro) es el de un facilitador para el libre comercio: "Nos guste o no, la evidencia demuestra que se ha generado un cambio económico sin darse necesariamente un cambio político" https://talcualdigital.com/author/cseijas/. Es lo que ellos llaman "recomponer el mercado interno", volver es al pasado rentista, de parásitos, donde habrá, como siempre en el capitalismo, quienes puedan vivir bien y quienes seguirán viviendo mal, en la ignorancia, pasando hambre y necesidades, según la porción que les toque de esa renta y de acuerdo a su posición social. El interés de Consecomercio no es la gente, como ellos dicen – ¡o no toda la gente! –, es el comercio y sus ganancias.

Hasta ahora, según se deja ver, los tickets para los pasajes, la automatización (digitalización) de las compras, activar las tarjetas de crédito, la dolarización, según las palabras de Felipe Capozzolo parecen más bien ideas de Consecomercio que del gobierno, que no tiene ideas. Por otra parte no manifiestan ningún rechazo a que sean los chinos los que lleven "el ritmo de la economía", lo que echa al piso la idea de que las empresas chinas que se comporten de forma distinta a las gringas, no les importa, para ellos son buenas "todas las medidas que se puedan tomar para dinamizar la economía".

Consecomercio declara tener muchos puntos en común con este gobierno (no con el PSUV, no con la AN, son ellos quienes machacan esta distinción), y ahí uno dice –como Diosdado Cabello en su programa – ¡quién eres Maduro y qué haces, que la canalla te aplaude! Como se ve, el desnalgue hacia el capitalismo ya es oficial, descarado, no se disimula…, o no se puede disimular teniendo a caimanes como interlocutores, acechando, haciéndoles presión, obligándolos a que abran el juego de forma definitiva, que se pasen al otro lado sin tantos disimulos.

Sobre la base de un interés mezquino común, de un mismo espíritu ladrón, conquistador, vandálico, Consecomercio y el gobierno coinciden en "activar el mercado interno", es decir, en volver al pasado; formalizar y administrar el empleo y el desempleo juntos, instaurar la especulación y la propiedad privada como la madre de todas las leyes; restaurar el espíritu colonial, el sometimiento a una clase social diluida y esclavizada en la confusión y la ignorancia por otra clase ostentosa, despiadada, el capitalismo más primitivo que se conoce, el capitalismo subdesarrollado, colonial.

Ahora se le ven con más detalles las costillas a las intenciones del madurismo, gracias a estos errores de confidencialidad, comunicacionales; a la supuesta imprudencia de los representantes del lado de los comerciantes. Es difícil que estos personajes tan ambiciosos y básicos, sin otras ambiciones que no sea ganar dinero, sin nacionalidad, puedan desarrollar un país, o una nación; simplemente se pliegan a los negocios de los más poderosos y ricos, trabajan para ellos y ya, como Cisneros, o como todos los demás, Vollmer, Mendoza, etc., Lo importante es ganar dinero, no importa cómo, así debas partir el país en pedacitos.

Y a propósito de partir el país a pedazos, la novena estrella que propone Maduro es un presagio de lo que puede pasar en el futuro cercano con Venezuela, perder la soberanía sobre el Estado Zulia, gracias a sus propios oficios.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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