"Más temprano que tarde", como solemos decir los orientales, habrá elecciones presidenciales en Venezuela. El más elemental análisis de la coyuntura, permite pensar que pudieran producirse antes de lo previsto en la Carta Magna, todo depende del desarrollo de la crisis y las negociaciones en marcha.
Biden, hasta ahora, aparte de ese gesto de la extensión de la "Venezuela como amenaza inusual y extraordinaria", a lo que estuvo como forzado para no quedar desarmado, pues de no hacerlo, sería como enseñar sus cartas y debilitarse ante el gobierno de Maduro, se ha mantenido en general más o menos discreto y a la expectativa; lo relacionado con Guaidó no es más que un simple saludo a la bandera. Maduro mismo se ha vuelto menos exagerado en su forma expresiva contra "el imperialismo yanqui" y para nada ha emitido opiniones contra el nuevo presidente. Pero, esto es muy importante para lo que sigue, Diosdado ha insistido, si no incrementado, la aspereza de su discurso contra el gobierno de EEUU y eso tiene un objetivo muy puntual.
Todos sabemos que esas conversaciones, que pudieran estar produciéndose ahora, entra el asunto del adelanto de las elecciones, para lo que el gobierno de EEUU no tiene tampoco mucho apuro, hasta tanto en el frente opositor, el asunto de las alianzas y la candidatura no sea dilucidado de la manera conveniente y segura. Aparte que, las elecciones seguras, ya casi a plazo fijo, las de gobernadores y alcaldes, tienen también interés para la oposición, EEUU, su presidente y hasta a lo interno del Psuv, para los efectos de decidir la candidatura presidencial.
Dentro del gobierno, uno pudiera descartar y de hecho descarta la candidatura de Maduro, por razones fáciles de entender para el lector y por lo que a grito dicen las encuestas y hasta eso que llaman "radio bemba". Y es por esto que, fracasado y descartado el anterior sueño de crearle imagen presidencial a la señora Delcy Rodríguez, alrededor de "Somos Venezuela", proyecto justamente abortado por Diosdado, devenido en un ente gubernamental más, ahora se intenta reactivarlo con su hermano Jorge, para lo que se le puso en la presidencia de la AN, él desata una inusitada actividad sobre asuntos de no muy urgente interés, donde lo del salario no figura y se le abren espacios que le permiten competir, con quien, en el Psuv, aspira ser el sustituto de Maduro por "herencia" y derecho, siendo en este momento, de hecho, el líder de ese partido.
Diosdado Cabello ha prendido las alarmas. Las suyas y las de quienes creen verlo dormido, de parranda u olvidado de su herencia y derechos sucesorales. No olvida que fue de los fundadores, con Chávez, del MB-200; con su comandante estuvo en aquel casi poético alzamiento del 4f, que los llevó a la cárcel por unos años, pero el mismo día de la entrega de las armas y haber reconocido no habían alcanzado los objetivos y de cuando se pronunció aquello de "por ahora", se abrió el camino que poco tiempo después, les llevaría a Miraflores con el respaldo de una montaña de votos. Y él estaba allí y estuvo también firme en su condición de leal y subalterno del comandante presidente, cuando el golpe del 2002, qué siendo vicepresidente, quizás por la obligación de los alzados con cuatro generales y Fedecámaras a "respetar" la formalidad constitucional, pudieron haberle tentado para que asumiese la presidencia durante breve tiempo, mientras se convocaba a nuevo proceso electoral y se elegía el nuevo presidente.
También se mantuvo leal y respetuoso del legado del comandante, cuando la noche antes de irse a Cuba, en un viaje casi sin regreso, porque volvió a morirse en breve, llamó a todos a respetar su deseo que el candidato a presidente fuese Nicolás Maduro Moros y hasta fue mucho más allá, no puso impedimento alguno para que, posteriormente, este lanzase su candidatura para el período presidencial que corre. Para Diosdado, la cuota de Maduro ya se acabó y ahora a él le corresponde y, lo que, es más, por distintas razones, es ahora o nunca.
Es decir, Diosdado cumplió el mandato del comandante. Pero cualquiera sabe bien dos cosas. Primero que nadie puede alegar, no tiene fundamento, que Maduro deba aspirar a aparecer de nuevo como candidato presidencial y, segundo, tampoco puede asumir el control del poder en todas sus escalas, desde el Ejecutivo hasta las alcaldías, pasando por las gobernaciones y mucho menos alcanzar el del partido, ahora y desde tiempo atrás, en manos de Cabello.
No obstante lo anterior, dentro de las fuerzas oficialistas se están produciendo ciertos movimientos que hablan de la lucha interna por el control de los poderes. Esto explica la convocatoria por parte de Cabello del IV Congreso del partido, para dejar sentado su poder, presencia y aspiraciones, oportunidad en la cual, dio a la prensa, las recientes de declaraciones, según las cuales, «Entramos aquí unidos y tenemos que salir más unidos y fortalecidos, que los ambiciosos y divisionistas se queden con las ganas».
https://www.aporrea.org/ideologia/n363293.html
Tal expresión es lo más parecido a un llamado, a quienes integran ese congreso, en la "legalidad", lo formal, lo que no es por esto nada desechable, a aglutinarse alrededor de quien lo preside, como líder indiscutido del partido, las bases y con otro sustancial y determinante poder.
Pero no se quedó en eso, según la nota, hizo un llamado a "Una revisión de las estructuras de los cuadros que están al frente de esas posiciones, quien no quiera estar, porque está molesto, incómodo, apártese y dele lugar al que sí quiera trabajar».
Para el 12 del pasado mes, publiqué en este medio, con motivo de la instalación de la AN, un artículo titulado "Diosdado Vs. Jorge Rodríguez ¿quién sería el sucesor? ¡Abran juego!", que se puede localizar por el siguiente enlace, https://www.aporrea.org/ideologia/a299819.html, en el cual afirmé:
"Diosdado sigue controlando el partido y ahora más, es su
vicepresidente, de hecho, jefe, vocero, líder en la calle y
todas las instancias y, es posible que ahora, como antes
quiso Elías Jaua hacerlo contra él, pudiera apelar a lo que
en los tiempos de Chávez, se venía haciendo, la elección
por la base, para decidir asuntos vitales como una
candidatura sobre la cual no hallen como ponerse de acuerdo
en conciliábulo o eso deforme de cooptar."
Y agregué:
"Y en esa instancia o proceder, pareciera que, Diosdado
llevaría ventaja. No sólo porque ejerce control de buena
parte de la "maquinaria" del partido, sino porque J.
Rodríguez, en ese escenario, no parece apropiado para
competir con él y el descontento adentro cunde."
Y precisamente, ahora cuando Diosdado instala el IV congreso del partido ha señalado que "siempre hemos buscado métodos para seleccionar candidatos que se le consulten a las bases».
Dicho de manera específica, sin duda, habla de un proceso selectivo donde las bases opinen, lo que no es otra cosa que volver a la práctica de escoger, con el voto de la militancia, los candidatos a los cargos directivos del partido y el Estado. Volviendo a lo que años antes enarboló Elías Jaua, en favor de su tendencia, que entonces era la misma de Maduro, Diosdado hace la misma jugada, aplica la misma medicina, dado que las circunstancias las pondera ahora a su favor.
Pero hay más, señala que "Hay quienes quieren jugar a la desmotivación y el divisionismo", para rematar con una frase que pareciera tener un objetivo claro, "El ego es el más peligroso enemigo de un revolucionario».
¿A quién o quiénes se refiere cuando habla de la desmotivación y el divisionismo? ¿A quién, al hacer referencia a lo del ego?
En lo inmediato vienen las elecciones de gobernadores. Quien aspire a ser el candidato o que este sea el suyo, está obligado a garantizarse la mayoría posible de esos funcionarios y por eso, ya viendo como dentro del oficialismo se mueven las piezas, tanto como para alarmar por los intentos de "desmotivación y divisionismo", Diosdado ha decidido lanzar su ofensiva. ¡Abran juego!