A Pedro Castillo, ¿le ablandan o congelan? Según Vargas Llosa destruiría la “libertad”

Las clases dominantes en Perú, donde no hubo el rebullicio y el patuque con las dimensiones del Caribe, hay como un amontonamiento de unos dominadores sobre otros y de sobra dominados, que no aceptan bajo ninguna circunstancia que un hombre humilde como Pedro Castillo, que, aunque sólo sea en su visión de campesino y maestro rural, ponga al entrar al palacio de gobierno, los intereses del pueblo, el colectivo por delante.

Poco importa que su figura aluda a las primigenias culturas que allá siguen siendo mayoría. Lo que interesa ahora es que el maestro rural y campesino él mismo, no venga con esa cantaleta y sobre todo intención de privilegiar al colectivo, porque eso es una amenaza contra la libertad, sobre todo de los negocios del individuo y los pocos que se asocian con el gran capital, para lo que se demanda mucha libertad para hacer y deshacer, hasta libre albedrío, para que el FMI imponga sus reglas, cartilla o letanías.

Es preferible recibir a Keiko Fujimori, de allende de los mares, en nada parecida a los incas, de los hijos de los dioses, aunque fuese como hubiese dicho Betancourt, "con un pañuelo en la nariz", por las ejecutorias inhumanas de su padre y su prontuario personal; pues ella, es ejemplo del individualismo y la absoluta libertad para que los poderosos pongan las reglas y los débiles el lomo. Eso que resumen en la frase, "entre Pedro Castillo y la Fujimori, es preferible el mal menor"; y para quienes eso dicen, este es Keiko, quien representa la libertad para que los ricos del Perú sigan gozándola y el pueblo, el de Castillo, se limite, como lo viene haciendo desde el fondo de la historia, a poner el lomo y las costillas. Es posible, uno en Venezuela tiene la experiencia, que Castillo ponga la buena de fe y hasta empeño para cambiar las cosas, pero también es muy probable no lo dejen o él no halle el camino, lo pierda o le pongan como la "gallinita ciega; pero, el sólo hecho que un tipo como él llegue a presidente, es un peligro que no hay por qué correr. ¡Uno no sabe!

Pedro Castillo, ganó las elecciones, de eso no hay duda. Pero la derecha peruana, su oligarquía, que allá es muy rancia, según siempre lo dijo "Marito" Vargas Llosa, no quiere saber nada del ganador. ¡Ni de vaina! Con Keiko ya se sabe por dónde viene. Hará sus negocios, pero dejará todo como venía; es "una mala, pero conocida", todos saben sus derrotes. "Con los nuestros no se mete", dice "Marito". Con ella la "libertad de "hacer y dejar pasar", está garantizada.

Claro, Marito, con sus premios y reconocimientos del poder cambió, pero pese ahora se beba los vientos por aquella oligarquía y los militares, dejó escrito la opinión que de ellos tuvo, en obras como en "La ciudad y los perros" y "Pantaleón y las visitadoras". "Marito" mismo que, aparte de no haber querido antes nada con esa oligarquía y casta militar, a la que en la segunda de las novelas nombradas llega hasta a ridiculizar, como tampoco con Alberto Fujimori y su descendencia, por quienes hasta llegó a irse del Perú, hacerse de la nacionalidad española y renunciar a sus amores y adoraciones por las mujeres de acá, como "la tía Julia," "La Chica mala" y Doña Lucrecia de "Los cuadernos de Don Rigoberto", por figuras estereotipadas y hasta repasadas de la vida española, como para quitarse lo cholo y colonial, ahora se bebe los vientos por ver al frente del gobierno a Keiko Fujimori, con tal que, al cargo de presidente, no llegue un cholo humilde y para más vainas pobre, como maestro de escuela rural que es, pese que si usted le ve la cara al "Marito" mismo, vea en buena medida a uno de esos, sólo que él tiene fama, dinero y nacionalidad española.

Lo que más rechaza la oligarquía y, por ella gente como Vargas llosa, no es que Pedro Castillo haya tenido vínculos con la izquierda, hasta le inventan que fue de "Sendero Luminoso", aquel de Abimael Guzmán, por cierto a quien Fujimori enfrentó duramente, llegando a cometer actos infames que superaron a los que aquel personaje y su movimiento atribuyeron, sino a esa cara, cuerpo, bajo un sombrero cholo, voz de cholo, quien para más señas, es apenas un simple maestro de escuela y del área rural, un poco lo que fue aquel gran mexicano que se llamó Benito Juárez, quien llegó a ponerse por primera vez un par de zapatos a los 16 años, pero llegó a la grandeza sin dejar de ser del bando de los humildes.

No es pues ni siquiera por su supuesta simpatía por la izquierda, que Vargas Llosa también la tuvo, sino por lo de cholo triste, pobre y maestro de profesión, lo que lo hace de hecho, solidario y respetuosos del colectivo.

Para "Marito", tal como lo hace decir a Don Rigoberto, en sus "Cuadernos", que no es sino la opinión que él tiene sobre la colectividad y el pueblo ", "Un colectivo no puede organizarse para alcanza ninguna forma de perfección sin destruir la libertad de muchos, sin arrollar las hermosas diferencias individuales en nombre de los espantosos denominadores comunes.". "Los cuadernos de Don Rigoberto". Pág. 249. Editorial Suma de Letras. Año 2000.

Para Don Rigoberto y sobre todo para Mario Vargas Llosa, que por lo menos lo confiesa, "el individuo solitario puede – en función de sus apetitos, manías, fetichismos, fobias o gustos- erigirse un mundo propio que se acerque (o llegue a encarnarlo, como les ocurre a los santos y los campeones olímpicos) a ese ideal supremo donde lo vivido y lo deseado coinciden." Ídem.

Para Marito, la opinión del colectivo no vale, no merece ser tomada en cuenta porque daña, más si al frente de aquél cabalga un jinete humilde, como aquellos indios del Cuzco, y peor aún si es como aquellos comuneros de la sierra, de los que bien nos habló Germán Arciniegas.

Por cierto, vale llamar la atención, como ese ideal individualista de "Marito", dicho a través de Don Rigoberto, es el mismo que mucho "revolucionario" ha hecho el motivo de sus prácticas; esas contrarias a permitir la participación popular y creerse intérprete del colectivo, porque este "no puede organizarse" sino para "destruir la libertad de muchos".

Para quienes piensan como Vargas Llosa, el colectivo es un peligro que ahoga la libertad de todos, porque no dejaría hacer a los más fuertes lo que quieren. Pero hay quienes se creen como hijos de los dioses y como tales con la competencia de interpretar al colectivo, de pensar lo que este piensa y por eso no necesitan sus reclamos. Son tipos que tienen como al colectivo adentro, instalado y si aquél intentase ejercer sus derechos provocaría un cortocircuito, por lo que es mejor que le deje sólo a él que haga. Es, en fin, el mismo individuo por el que clama Vargas Llosa, aunque se crean contarios y hasta enemigos,

Esa es la razón por la cual el resultado electoral peruano está como en el aire; la oligarquía está buscando la forma de sacarle hasta del mismo, el aire, a Pedro Castillo y, que todo el mundo, quede también flotando en la atmósfera, pero allá, hasta donde llegan los cohetes espaciales. Como que nadie se dé cuenta, nada vea, todo se disuelva, y, en consecuencia, no proteste; la "democracia" peruana, esa de un presidente cada semana, quede impoluta, no se vean por ningún lado las garras del tigre del norte y repitan las elecciones, pues un indio, pobre, maestro de escuela rural, no rico, malón y maloso como el "Cholo" Toledo, "lustroso" egresado de Harvard, pero con muy poca dignidad, no puede ser el presidente. Hay que escoger uno del agrado de Marito, Biden, los militares, la oligarquía peruana, Luis Almagro y a eso se le siga llamando democracia. Aunque el escogido, se conforme con dos meses en el gobierno, pero con las uñas sueltas.

Pero lo curioso de todo esto, que demuestra lo rico que es la vida, es que, si Biden convalida lo que intentan hacer en Perú con Pedro Castillo, estaría haciéndolo con el procedimiento que Trump y los suyos quisieron aplicarle, eso del fraude. Sólo que es pensable, tendría cierta sensatez, imaginar a los Demócratas trampeando a los Republicanos y estos a aquellos, pero no la habría en un Pedro Castillo, hasta sin partido, viniendo del fondo del alma del pueblo pobre de Perú, hacerle lo mismo a la oligarquía peruana y sus amigos de la Casa Blanca.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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