En México vuelve el capitalismo internacional a sentarse en la mesa de negociaciones. Se engaña el que crea que sólo se trata de un asunto nacional, en realidad allí se pone a prueba la capacidad negociadora de los imperialismos, de las transnacionales. En la mesa de México existen dos niveles, el que se ve, y el nivel real, el que no se ve. Lo que realmente se discute es la repartición de Venezuela entre el imperialismo tradicional, gringo, europeo, y el imperialismo emergente, ruso, chino. No es casualidad que los rusos y gringos estén presentes en México.
Las negociaciones reales son las cuotas de cada imperialismo en las riquezas nacionales, el respeto a lo ya conseguido. El gobierno madurista, jorge, su plenipotenciario, representa a una neo burguesía que se forma a la sombra de los rusos, tipo alex saab. Los guaidoses representan a la burguesía tradicional apéndice de los gringos. Los gringos defienden su patio trasero, los acuerdos de repartición del mundo desde la segunda guerra mundial. Los chinos y los rusos, ahora capitalistas, pugnan por una nueva repartición, buscan expandir sus mercados y la captura de materia prima indispensable para su industria.
La situación se complica sí consideramos al capitalismo, no como un problema nacional, sino un asunto de suma de transnacionales, encontraremos que el imperialismo chino, por ejemplo, es la suma de miles de transnacionales, gringas, europeas, entonces hay allí una suma de intereses, un entreverado de contradicciones, un supraimperialismo que espera por estudios más profundos. Lo que sí se puede asegurar es que los nuevos imperios y los viejos necesitan convertir a estos países en colonias.
Para el imperialismo gringo el madurismo no es de fiar, no le garantiza seguridad ni jurídica, ni social. Para aceptar al madurismo le exigen la prueba de la alternabilidad, entregar el gobierno con la esperanza, la posibilidad de recuperarlo dentro de cuatro o cinco años, tener visión estratégica, de apego a un sistema y no a la permanencia en el gobierno, entender que en la democracia burguesa pueden gobernar aun siendo oposición. Está por verse el resultado del forcejeo en la mesa mexicana, como resolverán las contradicciones entre los imperios, la cortedad marginal del madurismo.
El otro aspecto que resalta en el diálogo de México, y como un asunto más doméstico, es la sobre dosis de protagonismo de jorge. Ya sabemos que el madurismo no tolera el brillo, el destacarse. Hay ejemplos, todos los conocemos de carreras que fueron apagadas por el único delito de fulgir, ahora rumian arrinconados. El protagonismo de jorge, su brillo es su condena. Con seguridad pronto veremos las consecuencias, se dilatarán las grietas en la dirección del madurismo.
El madurismo está débil, se sentó en México por mandato de los dueños del circo y llevado por el desespero de una gestión catastrófica. Está en fase agónica, más allá de la retórica es un gobierno agotado, sin soberanía. Son días de peligro para la población y para los dirigentes del madurismo, en los próximos días aflorarán las divergencias internas, las acusaciones, la búsqueda de culpables, de chivos expiatorios necesarios para los pactos de urgencia. Por supuesto se profundizará la represión.