Yo entiendo que para muchas personas las elecciones realizadas en Venezuela el pasado 21 de noviembre no tienen ningún valor. También entiendo que para esas personas la solución en Venezuela pasa por la salida del presidente Nicolás Maduro y el cambio del actual sistema político. Sé que muchas de esas personas ya están dando los pasos para activar el referéndum revocatorio.
Ahora bien: ¿Cuál es la situación al día de hoy? La situación al día de hoy es que, como resultado de esas elecciones, hay un nuevo mapa político en Venezuela. Los actos de juramentación de los nuevos gobernadores, alcaldes, legisladores regionales y concejales se han venido dando sin mayores contratiempos, y se espera que el traspaso de poder en las diferentes instancias se haga de igual manera, como muestra de un mutuo reconocimiento, y como un avance de la cultura democrática en Venezuela.
¿Qué queda en lo adelante? Que cada uno de los que tienen ahora responsabilidades de gobernar o legislar a nivel estadal o municipal, haga su trabajo, y que lo haga de la mejor manera posible, con conocimiento, con transparencia, con honestidad y rindiendo cuentas al pueblo y a la ciudadanía en general.
¿Es posible que se dé lo que estoy planteando? A lo mejor muchas personas dirán que es algo imposible, dadas las condiciones actuales por las que atraviesa Venezuela. Bueno, modestamente yo pienso que si es algo imposible, hay que tratar de hacerlo posible, porque lo otro sería continuar por la senda de la diatriba, del avasallamiento, del abuso de poder y del no reconocimiento del otro. Creo que los venezolanos nos merecemos un tiempo de serenidad, de razonamiento y de sentido común. Que unos y otros hagan su trabajo y rediseñen sus proyectos políticos, para confrontarlos limpiamente en unas elecciones nacionales y generales. ¿Será mucho pedir?
