A 671 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en la finalización de la semana 96, y siendo el sábado 15 de enero de 2022, aprovechando esta oportunidad para felicitar a los educadores y educadoras en su día, recordando que las naciones marcharán hacia su grandeza de la misma forma como marche su educación.
Cuando analicé en su momento los resultados del estado Barinas, no señalé el discurso ni las declaraciones del compañero Jorge Arreaza en esa oportunidad. Me llamó poderosamente la atención que la persona que declaraba no era un candidato que había perdido una contienda electoral, sino un incipiente líder político que, aplicando las máximas chavistas de la técnica del reencuadre, tuvo la capacidad de convertir un revés electoral en una victoria política.
Una de las cosas que destacó Arreaza en sus palabras, en las reflexiones que compartió en su comparecencia pública del pasado lunes 10 de enero de 2022, es que la Revolución pasa a otra etapa. Y esto a mi juicio fue lo más importante que señaló Arreaza en su declaración.
Tal y como me lo señaló una extraordinaria lectora de mis opiniones. No toda la culpa de la situación del país es responsabilidad del imperio, de las fuerzas terroristas y de los ataques que sin duda estamos sufriendo. También hay mucho de indolencia, hay mucho de burocratismo, hay mucho de indolencia, mucho de minimalismo, mucho de corrupción y mucho de falta de empatía de ponerse en el lugar del otro o de la otra.
También hay mucha ostentación sin siquiera considerar como la deben estar pasando aquellos que se encuentran más vulnerables producto de todo este estado de cosas a la que hemos llegado.
Indudablemente que esas palabras de Arreaza al indicar que se pasa a otra etapa, no es un discurso propio de él, sino que debe ser una de las líneas gruesas del Gobierno Bolivariano de cara al año 2022 y el resto de los años por venir. De hecho, Arreaza, como digno hijo de Chávez que aplica al pie de juntillas sus enseñanzas, habló de retomar las denominadas "3R" (Revisión, Rectificación y Reimpulso) de la Revolución Bolivariana.
También Jorge Rodríguez en su discurso de ratificación como Presidente de la Asamblea Nacional por el período legislativo 2022-2023, hacía una autocrítica descarnada a sus compañeros de parlamento al decir que faltaba "más calle, más escucha, más asambleas en los barrios, más interpelación popular". Y sin duda, tiene toda la razón en ese planteamiento, que no solo comparto, sino que acompaño totalmente.
Como leí en algunos documentos que me hicieron llegar recientemente, los que estamos dedicados a las tareas de formación y de impacto dentro de la opinión pública, debemos aprovechar los más recientes acontecimientos para abrir una discusión de cara al país de manera creadora, crítica y constructiva, alejada de la chismografía estéril y la autflagelación paralizante y desgastante, además de pasiones desenfrenadas (el Comandante Chávez hablaba del desenfreno revolucionario), que nos ayude a desnudar, a atrapar la esencia, a captarla, sobre cuales han sido las causas que han contribuido a retrasar e impedir las metas que planteó Hugo Chávez en el año 2000 cuando habló del desencadenante histórico, y las cuales eran las siguientes: 1.- La consolidación de la Revolución; 2.- La democracia revolucionaria y la felicidad del pueblo.
Dentro de esa evaluación que debemos hacer, debemos tener claro lo siguiente:
1.- La situación económica y política del año que recién finalizó 2021 y de este 2022, no es igual a la de los años 1999 y 2000, años del Desencadenante Histórico con la Asamblea Nacional Constituyente y de la Relegitimación de los Poderes Públicos y de las leyes habilitantes para desarrollar los preceptos de nuestra Carta Magna.
2.- Deben tener muy en cuenta la relación dialéctica entre lo que ocurre en el país y la injerencia de EEUU, Colombia y la Unión Europea.
3.- La vía para alcanzar los objetivos es a través del diálogo político y las elecciones, pero deben activarse otros mecanismos que también se encuentran previstos en nuestra Constitución como la consulta al pueblo, cabildos abiertos, iniciativas constitucional y legal, y los referendos contenidos en la propia Constitución.
4.- Dejar por sentado desde la perspectiva de Hugo Chávez que la Revolución es pacífica, más ello no significa que sea desarmada, porque apelara a las armas en caso de que la soberanía de la nación y el proyecto del socialismo se encuentre en riesgo crítico.
5.- Igual debemos tener claro que la sociedad venezolana se caracteriza en su economía por un importante nivel de dominación y penetración de un modelo económico capitalista y rentístico por la explotación petrolera y la presencia de una cultura con fuertes componentes promovidos por la sociedad del capital, como el individualismo y el consumismo que son exacerbadas por el asedio y bloqueo que nos tienen, y una adecuada formación de cuadros y de la sociedad toda, que no termina de comprender, en su justa dimensión, la crisis histórica y gramcsiana que afrontamos, entre lo nuevo que no termina de nacer y lo viejo que no termina de morir.
6.- La reflexión a la que se invita debe partir y debe hacerse desde una visión epistemológica que aborde la realidad de modo holísitco, destacando la necesaria congruencia entre la teoría y la práctica, y la necesidad de estudiar los documentos fundadores que fijan la ruta de la transición hacia el socialismo.
7.- Debemos reimpulsar y promover la visión del Comandante Chávez sobre el desarrollo de la Revolución en la que priva el modelo económico socialista, la democracia radical y revolucionaria y la construcción de la Patria Grande en el marco de las relaciones internacionales.
Ahí la militancia revolucionaria, y fundamentalmente la del PSUV debe asumirse como intelectual orgánico en el sentido que le da Antonio Gramcsi. Pero previo a ello, esa militancia hay que formarla y promover en los cuadros la autoformación. Para luego abocarse en el diseño y ejecución de un plan con las organizaciones de base del poder popular en un proceso de retroalimentación democrática, tal y como está contenido en los artículos 5, 70 y 326 de nuestra Carta Magna, a fin de generar las condiciones más propicias para la insurgencia del poder popular, con base a los lineamientos conceptuales de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, este último quien ha venido insistiendo en dar más poder al pueblo, con un trabajo de orden nacional que permita potenciar la fuerza popular y abrir camino a las demandas populares.
En este momento de crisis es necesario salir del laberinto, ampliar la discusión,
abrir cauces, para analizar la realidad y forjar el camino para "construir la nueva
mayoría", con los portadores de la esperanza, con los de a pie, solidarios en una
crisis inducida que le exprime los bolsillos y los somete a colas y especulación
con el fin perverso de quebrar su adhesión al proceso revolucionario.
El propio Nicolás Maduro ha señalado e indicado que dentro de la agenda legislativa de este año 2022, hay que impulsar el Parlamento Comunal y las ciudades comunales, todo ello va dirigido en el objetivo de afianzar la comuna, como expresión del autogobierno o toparquía para la solución de los problemas de la gente, bajo el lema "comuna o nada" que se concreta en esos instrumentos jurídicos acompañados de su correspondiente plan de trabajo.
De ahí la importancia cuando Chávez en el año 2007 planteó los motores constituyentes, y los cuales pienso, de alguna manera los fundieron para tratar de retrogradar el avance del proceso revolucionario. De ahí la importancia cuando planteó la nueva geometría del poder, y que Maduro toma con la construcción de las primeras 200 ciudades comunales con su correspondiente autogobierno impactando su forma de organización política, económica, social, cultural y abriría un horizonte de lucha promisorio para el poder popular, con la oportunidad histórica de crear las condiciones para la transformación del Estado.
Ciertamente debo cerrar estas líneas porque al igual que la mayoría de las venezolanas y los venezolanos, me apresto para escuchar el mensaje anual que dirigirá el Presidente Nicolás Maduro desde la Asamblea Nacional. Pero esto evidentemente y así planteado grosso modo, generará muchas oposiciones de clase, porque los intereses son muchos cuando este tema se plantea. De hecho, pasó en su debida oportunidad con el Comandante al no aprobarse la reforma constitucional y algunas de estas leyes habían sido engavetadas. De ahí que el Presidente Maduro, así como en su momento la hizo el Comandante Chávez, no debe descartar, luego de que recuperamos la mayoría en el parlamento nacional, la posibilidad de solicitar una ley habilitante para acelerar la necesaria transformación que acá señalo a grandes rasgos, y ante la posibilidad de oposición de clase que puede darse dentro del parlamento para retardar, o en su defecto, engavetar este tipo de iniciativas, necesarias para la felicidad de nuestro pueblo.
¡Bolívar y Chávez Viven! ¡Y sus luchas y la patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!