La opinión política.
Es importante y urgente que nuestra población adquiera una conciencia política mínima. Como menos, que la gente tenga una idea del país que quiere, que los habitantes logren pensar siquiera en eso. El desinterés de la población por la política es algo grave. Todo el mundo piensa en sus propios asuntos como una fatalidad de la vida, sin contar con el apoyo del otro sino con el apoyo sobre el otro; no hay sentido de pertenencia ni siquiera a una nación; no hay pueblo, no hay nación, no hay patria, por lo tanto no hay historia ni porvenir. Los habitantes emigran a países extraños, otros a sus países de origen, en su mayoría ilusionados por espejismos, ganar la lotería del éxito personal en el dinero y cosas materiales, los otros buscan seguridad. Los que aquí quedan piensan de la misma manera, pobres y ricos. Atontados por las redes sociales solo competimos por tener dinero y éxito, sin conectarnos con el conjunto de la sociedad de forma solidaria. ¡Es urgente que rescatemos el pensar y sentir como sociedad, que volvamos a sentir que pertenecemos a una comunidad y que como comunidad tenemos una historia pasada y una causa común!
Si queremos que los trabajadores se piensen como clase social, junto a sus hermanos más necesitados, primero debemos recobrar el sentido de pertenencia a una cultura, a un pueblo o nación, ¡recobrar la razón!, porque tenemos una historia de luchas que contar; eso no se puede perder ahora en esta enorme "indiferencia" de intereses de clases…, solamente por el hecho de que Maduro y el madurismo representan ahora una amenaza común para el chavismo defraudado y dentro de la derecha propietaria; solo porque haya un coincidencia "accidental" en un solo interés: que se acabe este gobierno.
En Venezuela la lucha de clases se ha diluido en una competencia individual en una estampida de rebaño (unos contra otros, hermanos, vecinos, paisanos), todos dispersos, cada quién por su lado, unos tras un espejismo – aquí y en otras tierras –, y otros porque creen que ellos solos pueden sobrevivir mejor a las adversidades, a las carencias materiales, físicas y espirituales. Como clase social, ningún trabajador, ningún pobre se podrá salvar de la pobreza y la esclavitud de forma individual, o luchamos todos por y para todos, o nadie se salvará de su fracaso. Aunque parezca imposible, el futuro de nuestra especie depende de resolver esta disyuntiva, claro que a favor de la solidaridad humana.
Sin educación pública y de calidad, sin conocimiento humanista y científico, sin justicia, si no damos a cada quien según sus necesidades y exigimos de cada quien según sus capacidades, nunca habrá una auténtica unidad, unidad de intereses de clase convertidos en los intereses de un solo pueblo. Los intereses de los particulares no pueden estar por encima del interés colectivo, en nombre de "la libertad" de unos pocos. Con el solo hecho de luchar en dirección a esa conquista política y social, seríamos un pueblo unido queriendo volver a tener patria, patria- pueblo, real, vívida, sin la necesidad de babosear la palabra en los mismos discursos demagógicos, "patrioteros" de los traidores. Si queremos Patria debemos luchar por ella todos los días. Viendo hacia el pasado, la verdad es que lo difícil no fue, tanto, conquistar y fundar la patria alguna vez – mostrar el coraje de un pueblo bravo unido por una causa común –, lo difícil ha sido sostenerla en el tiempo.
En el pasado Bolívar se trazó el objetivo de la independencia del imperio español, pero en el camino se tropezó con la esclavitud como un obstáculo económico inhumano y primitivo , con la tiranía de la de la pobreza y la ignorancia, con la desigualdad; ampliando su objetivo político hacia un objetivo social inminente, liberar el país de la pobreza y de la ignorancia, "moral y luces", igualdad e igualdad; más allá de fundar una nación política para toda américa, una nación de hombres y mujeres libres de la ignorancia e iguales ante la ley.
Ahora nos toca a nosotros retomar la lucha de la independencia, económica y social, de nuestros pueblos, ante el imperio capitalista, tenga éste el rostro que tenga. La unidad depende de que cobremos conciencia de nuestros intereses de pueblo en los intereses de clase explotada, de ser una mayoría excluida y explotada física y espiritualmente. Tener un objetivo común de lucha, para que el capitalismo no nos arrastre en su torbellino de ambición y locura, de guerras, manipulaciones y sacrificios pueriles, no lleve al sin sentido de suicidio colectivo.
Embobados con la inmediatez dentro de la histeria de las redes sociales y las manipulaciones de los medios de desinformación, perdemos perspectiva, no vemos el bosque en su extensión, no entendemos que cada quién por su cuenta no va a ninguna parte, que no sea a donde nos llevan de las narices los engaños del capitalismo, el único y verdadero "imperio" que mueve los hilos. La libertad tiene que ser total y positiva, tiene que ser acción de liberación, tanto de la manipulación de los imperios como de lo yace detrás suyo, el capitalismo. Detrás de los imperios está la sociedad de clases y las injusticias que conlleva, y el destino fatal que nos augura: la destrucción de la vida por ambición y fatuidad (¡degradación espiritual!… la destrucción del planeta por imbéciles como Musk, Bezos, o Bill Gates, que acumulan dinero para salvarse como un club de escogidos, en Marte, o en la Luna, en refugios antinucleares; como si fuesen inmortales, o como si alguien los pudiera recordar después del apocalipsis). Para los seres humanos, sin humanidad no hay nada, no hay esperanzas, no hay cielo ni infierno, con nuestra muerte se acabó todo.
El capitalismo debe morir antes de que nos mate a todos, es un mecanismo de muerte espiritual –y eventualmente física –, el cual banaliza la existencia humana, vista tan solo como una herramienta más para poder acumular riquezas, que solo existe para satisfacer los caprichos y sueños pendejos de un grupo de propietarios, de "escogidos" por algún dios, de privilegiados (que igual se matan entre ellos). Salvar la vida es unirnos en contra de la muerte, pero de nuestra propia muerte como especie, la única que trasciende al tiempo mediante la herencia, el legado espiritual, la cultura, la gran obra civilizatoria sembrada por la humanidad, la memoria.
PD. Paquetes turísticos y sociales. Ya empiezan a notarse los efectos catastróficos del liberalismo chapucero madurista. Si no lo pueden controlarlo ahora, la socialités marginal del país irá poniendo la cagada en cada porción que se les dé de "libertad". Lo mismo que en el tepuy Kusari lo harán en donde puedan recostar sus culos perfumados. En Caracas, Valencia, Maracaibo, etc. estarán ahora haciendo cola cualquier cantidad de ricos y nuevoricos para gozar de estas extravagancias permitidas por los descontroles del gobierno. Controlen sus descontroles ahora, mañana es tarde.
CHÁVEZ: INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA