Dos ideas fundamentales del pensamiento de Chávez son, hacer de lo extraordinario algo cotidiano, y la otra es la de alcanzar con la revolución socialista "el punto de no retorno"… al pasado, en su caso y el nuestro, el de no tener que volver a obedecer la "lógica del capital". La primera concierne al modelo de prójimo que se quiere para la sociedad; es una propuesta ética. Esto tiene que ver con el papel que debería jugar la vanguardia política en la revolución socialista, la cual debe ser reflejo o proyección moral de esos valores socialistas para iluminar a la sociedad. Deja de ser solo una propuesta ética cuando la vanguardia de la revolución deja de hablar y comienza actuar y de propuesta ética pasa a ser una conducta moral, cuando lo extraordinario se hace cotidiano. Otra forma de declarar, "¡comenzó la revolución social socialista!". La vanguardia política de la revolución socialista debe expresar, con sus propias vidas, el cambio que se quiere, vistas hacia la nueva sociedad.
La segunda idea es de orden político estratégico, es un indicador de que lo extraordinario se ha hecho cotidiano. De eso hay ejemplos históricos en occidente (los debe haber también en la cultura amerindia y oriental, pero son nada más que ejemplos), uno es el siglo V (a.c.) en la Atenas de Solón, donde coincidieron mentes extraordinarias. Otro es el período que comprende la República Romana. Otro el renacimiento italiano, donde también hubo una concentración de súper inteligencias en todos los campos del hacer humano. Y otro, en la llamada Viena de Wittgenstein, que se la compara en el campo científico médico (y de la literatura) al renacimiento italiano en el campo de las bellas artes, la política y el humanismo clásico, la Florencia de los Médici, por decir algo. Yo diría que para Latinoamérica, así a muchos les choque la comparación, sería el caso de la revolución cubana, la cual ha dejado una marca cultural casi que indeleble, en educación, en el desarrollo de la investigación médico científica, los deportes, y quizás todavía en la conciencia política de ese pueblo, sitiado por el capitalismo de verdad y desde hace mucho tiempo. Se trata de un modelo ético-moral que se hace práctica social, y al hacerse práctico dentro de la sociedad se ha hecho cotidiano y difícil (no imposible) de retornar al pasado.
De hecho, no hay otra manera de explicarse el camino perseverante que ha tenido la evolución humana a favor de la vida, si no es por estos nodos históricos extraordinarios, los cuales, por más que se hayan revertidos o destruidos (por más que hayan retornados), han dejado secuelas, han marcado culturalmente en la memoria colectiva a nuestra especie. Es así como una revolución debe atender estos dos puntos de vistas: el que se realiza y madura dentro de la vanguardia revolucionaria, el líder revolucionario, y el que ésta vanguardia está obligada a realizar dentro de la sociedad, además de organizar, administrar, planificar, de hacer política.
No se trata de que Chávez engendrara de forma original estas ideas, son solo ideas, pero fundamentales en su pensamiento político, acompañadas con aquella otra visión estratégica: derrotar la "lógica del capital", lo que equivale a decir: "ir poco a poco y sin aminorar el ritmo, a la conquista del socialismo", ir derrotando esa lógica en cada forma en la cual se nos presente, con todas sus caras y máscaras.
La idea de una revolución socialista nace de una pasión humana sincera, y así hay que entenderla y usarla, sin torcerla con la acción de pícaros manipuladores, de oportunistas, de adversarios que la recuperan para sus intereses personales, de corruptos morales. No son los fracasos humanos lo que hay que destacar para "justificar" el presente, se trata de otra historia la que hay que rescatar en favor de la revolución socialista, la historia de las victorias humanas, individuales y colectivas que han ido en esa dirección positiva para el colectivo, es esa tradición y esa herencia la que nos dignifica como especie. Sin la idea de hacer de la tierra el paraíso no habría una evolución equilibrada, entre la conciencia y fatalidad de la muerte, y el no dejarnos morir, perecer como especie, como espíritu humanista. El socialismo es una forma de perpetuarnos como especie, es el punto de no retorno a la autodestrucción más ambicioso de la humanidad.
Si el ser humano es una matriz cargada de virtudes y defectos en la misma proporción, la tarea de una vanguardia es conservar en alza las virtudes humanas. Se da un mensaje confuso o negativo cuando un supuesto líder de la revolución es ostentoso, roba o regala descaradamente frente a sus subordinados lo que no es suyo, lo que se supone pertenece a toda la sociedad. Revolución es cuando ese líder muestra que es honrado, que es solidario hasta con el más insignificante de los seres humanos, que se preocupa por entender lo que la gente siente, que trabaja más de lo necesario para resolver problemas, que es receptivo a las críticas por más duras que sean, que puede rectificar sin complejos, que estudia y discute sus ideas con todos, que no promete lo que no puede cumplir, honesto y habla con la verdad, por más dura que ella sea. Ese es el ideal de Chávez, educar a la sociedad, a hombres y mujeres, jóvenes y viejos, despertar conciencia y formar al hombre nuevo y la mujer nueva, al tiempo de alcanzar un punto de no retorno, o un punto que hiciera difícil por mucho tiempo el no-retorno a todo aquello superado
No se puede pretender ser presidente, el máximo líder de un pueblo, exhibiendo con alardes la propia ignorancia; frente a la ignorancia hay que ser honestos, cuando no, por lo menos hay que ser púdico y muy crítico. No se puede confundir a la gente con nuestra propia ignorancia, burlándose del conocimiento frente a todos, despreciando el conocimiento sin respeto, sin conciencia de la responsabilidad que tiene un presidente frente a la ciudad, con la población que le dieron a dirigir.
El conocimiento es la base de nuestra evolución como seres humanos, y si nuestra vanguardia no lo sabe, esa dirigencia no sirve, hay que sustituirla, porque de ella depende la formación de las nuevas generaciones que dan continuidad a la gloria de un verdadero pueblo, de su gente y de sus valores.
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