Cómo justificar los furores maduristas contra Rafael Ramírez

Los funcionarios dependientes de la presidencia han tenido que justificar todos los improperios y calumnias de Maduro en contra de Rafael Ramírez. Lo ha acusado de todo lo malo, de ladrón, corrupto, traidor, de vivir como un príncipe en un Palacete Italiano. Todas estas cosas había que ser replicadas y justificadas por sus voceros más directos, de forma policial, legal y políticamente, porque si no, son sustituidos por profesionales. Así fue como todos sus ministros, el fiscal y los cuadros del PSUV se hicieron profesionales de la calumnia y el descrédito, en mentir finamente, hasta llegar a usar los mismos argumentos de la oposición (a Chávez) cuando intentaron armar un juicio en su contra desde la Asamblea Nacional.

Las acusaciones, en el tiempo, han fijado una lógica política, la cual termina tocando a Chávez como responsable del ejercicio político y como administrador de Ramírez como ministro y presidente de PDVSA (vicepresidente de economía, vicepresidente del PSUV para oriente y luego para la región andina). Es imposible acusar a Ramírez sin acusar a Chávez también, de ladrón y corrupto, a menos que se crea que Chávez fue un "perfecto idiota manipulable" y manipulado por Ramírez, ¡es imposible!

El tuiter donde María Gabriela Chávez, que señala a Ramírez de "delincuente" se une al coro de los replicadores de las acusaciones en contra del ex ministro, pero también al coro de aquellos que ahora se aprovechan del caso Ramírez para descalificar a Chávez y a su gobierno, pero parece que María Gabriela no ha pensado en eso. Y no ha pensado en eso porque, aun siendo hija de su padre se comporta desligada de la política… Y sin embargo dentro de la política no se puede separar a Chávez, como presidente, de Ramírez como uno de sus ministros más político y más importante como administrador. Su sentencia a Ramírez es, como dicen, "escupir para arriba"; es lamentable que una hija de Chávez se conduzca con tanta "higiene" frente a la política, poniéndose por encima del bien y del mal, e intente hacerlo con su padre "divinizándolo", quitándole humanidad, historia, inteligencia, disposición para la lucha política. Ramírez, a su lado por más de 11 años, fue una "decisión", una elección de Chávez (y de Rafael Ramírez, por supuesto).

Los insultos de Maduro. Empecemos por el palacete. ¿Qué es un palacete italiano y dónde queda el de Ramírez? Nadie lo sabe, la gente solo lo magina, desde aquel que no sabe qué es un palacete italiano –es decir, el líder de una UBCH, el jefe de calle – hasta aquel que ignora donde está ubicado este palacete, si tiene jardines, si está en una isla frente al mar Tirreno o el Mediterráneo, o si queda en la misma Roma –o sea, si eres ministro, o fiscal–. Eso del palacete solo existe en la imaginación de gente que desea mucho esas coas, como Jorge Rodríguez, un envidioso ofuscado con eso de ser diplomático, o en los sueños del mismo Maduro, bañado ahora de mundo, "experiencia diplomática". En un palacete viven los ricos ociosos en Venecia, en un palacete viven sauditas, americanos con plata, mafiosos, etc., quizás Berlusconi en Roma. Para mi un palacete es casi que inimaginable, los he visto solo en las películas de Cine Citá. Por un lado, nadie sabe lo que son, y por el otro solo lo conocemos por fotografías, en Google y Youtube, y en el cine, los más cultos como Jorge. Pero, vivir en Italia, libremente, así sea en un apartamentico, es un privilegio, que muchos envidian; Italia es un destino perfecto para cualquier migrante, hoy le tocó a Rafael Ramírez, ¡mala suerte para Jorge, Delcy, y para Maduro y Cilia!, que ignoran sus destinos cuando les toque su turno...

…Envidia... Luego está eso de ¡ladrón! Acusar a Ramírez de ladrón en el caso de Maduro es una vieja técnica de disimulo de los ladrones, cuando son pillados infraganti arrebatándole la cartera a alguien que se resiste. La contundencia dramática de la inculpación de Maduro distrae, así como el escándalo distrae, las explosiones, las centellas, los truenos distraen, de la atención de lo real, del robo, del homicidio, del abuso, de la estafa, del "truco". Es una técnica de prestidigitadores, en eso se fundamente la publicidad, es decir, la política "nuevo adeca" del madurismo, la misma de la moderna publicidad del mercado capitalista; la que se aplica en la política demagógica y en el fascismo, la técnica de ocultar una picardía señalando de pícaros a otros, al contrario.

Y la verdad, en el caso de Ramírez, es que no ha sido sometido a un juicio imparcial y justo, tanto político como legal civil o penal, sino que ha sido juzgado y condenado de forma ejecutiva y absoluta, insultado por el presidente, por el fiscal, y por una masa de políticos, intelectuales, opinadores, resentidos, que actúan de forma emocional e irracional, y sin ningún deseo de conocer la verdad; no les interesa que Ramírez sea sometido a un juicio justo, público, abierto, lo quieren crucificar, condenar y desaparecerlo, borrando la historia, la de él y la de Chávez, distorsionando todo, volteando o simplificando el significado de todo, aprovechando el miedo y la ignorancia, usando el chantaje, los medios (¡el tuiter!) la tecnología publicitara que solo da espacios para eslogan, consignas y juicios categóricos, ¡la complicidad de los intelectuales!, manipulando el resentimiento insaciable de un pueblo chavista aplastado y humillado, el cual necesita un culpable claro, personificado, corporeizado; crucificar a alguien que pague por todas sus desgracias.

Ahora la culpa de la crisis del país, la del pueblo pobre y el desastre de las instituciones, de la economía, de la expansión de la corrupción frente a la mirada lerda y complaciente de los jefes, se ha extendido, se ha extendido desde las acusaciones hechas a Ramírez, a través del "comodín" de las sanciones y el bloqueo, hasta tocar a Chávez y el socialismo. Hace rato que Maduro dejó de hablar de socialismo, su empeño está en hacer de Venezuela una "potencia capitalista", COMO SI ESO FUERA POSIBLE, una economía diversificada quebrando y entregando a PDVSA a las transnacionales. En otros términos, la revolución social socialista – pagar la deuda social, hacer justicia social y avanzar hacia una sociedad igualitaria; humanizar el trabajo, educar, sanear y desarrollar la sociedad, rescatar la independencia y la Patria – se ha dejado de lado a favor de convertir el país en un gran centro comercial e industrial capitalistas sin atreverse a tocar su lógica, los privilegios y la explotación de trabajo humano y de la naturaleza. Justo ahora, mientras más ha crecido la economía más se ha abierto la brecha social, los pobres somos más pobres, mientras los ricos "crecen" y son más ricos. EL QUE TENGA OJOS QUE VEA.

La traición. ¿Traidor a qué o a quiénes? Confundir a Chávez con Maduro y sus políticas, a Maduro con el socialismo, al socialismo con una palabrería vacua, contradictoria y sin sentido, sin norte claro, no deja espacio para la lealtad política, la única que cuenta. Los revolucionarios somos fieles a las ideas, a nuestros ideales, a sus prácticas incondicionales y sus consecuencias, a la crítica, a la razón, al debate… NO al capricho de un gobierno, o de un presidente terco, empeñado en querer hacer una revolución burguesa en pleno siglo XXI, autoritario, caprichoso y embustero.

¡RESCATEMOS LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA Y SOCIALISTA! ¡VOLVAMOS AL PLAN DE LA PATRIA Y A CHÁVEZ SOCIALISTA!



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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