Gobernar la restauración del capitalismo, esa es la paz de los más vivos. Hacer una revolución social es incómodo para el desarrollo capitalista, Fedecámaras, Mendoza y el grupo Cisneros entrarían en conflicto directo con el gobierno; si ya los controles de precios, el sueldo mínimo, los convenios colectivos, el pago de prestaciones sociales, las obligaciones impositivas a la renta, la estabilidad laboral, son razones para hacerle la guerra al gobierno, ¿cómo será hacer cumplir la ley del trabajo o la constitución, o cómo serán la confiscaciones de empresas paradas o en manos de conspiradores, contrarios a una verdadera revolución social? Para que haya paz en el proceso de restauración del capitalismo se debe frenar cualquier pretensión verdadera de “gobierno popular”, los movimientos de masa, asambleas, foros donde se debata el camino a seguir en una revolución social; el capitalismo así lo exige, se debe restaurar también el viejo método de la demagogia, mentir, maquillar todo de cambio para que nada cambie. Así lo exige la paz de los más vivos, de los que dirigen el gobierno restaurador y de los empresarios que trabajan como sus aliados.
Cuando un maestro sale a la calle a protestar, por no poder decidir entre comer o enviar a sus hijos vestidos al colegio, comprar las medicinas de la madre enferma, o la prótesis de la hija sorda, lo hace desesperado y grita su desesperación. Al ver que sus dirigentes gremiales son encarcelados como delincuentes y acusados de traidores a la patria y conspiradores, sopesa su reacción rebelde y opta por seguir aguantando, resistiendo el estado de injusticias. Algunos venden sus escrúpulos morales e intentan sacar provecho de las necesidades de sus semejantes, su carácter se hace acre, ya no sirve para enfrentar a sus estudiantes con consejos moralizadores; otros se humillan y ya, dejan que la pobreza se los trague pensando en que todo mejorará, a pesar de que sus vecinas, avergonzadas de su pobreza, con más dignidad, se dejan morir de inanición y las hallan como dormidas en sus camas. La pobreza es contraria a la dignidad. El pobre que no lucha solo se apaga como un cirio, pierde su luz y su fuerza, su paz es la paz de los muertos.
El resto, aquellos que niegan que la revolución ya no existe, que se duermen cuando tú les habla de El Aissami y de la traición a Chávez (el hombre) y su revolución; que defienden primero la mentira de su presidente antes de sentir el dolor agudo del desengaño, esos viven la paz de los adormilados, drogados de autoengaño y miedo a la verdad, viven el fentanilo del madurismo, goteando baba, creyendo cualquier cosa que este gobierno les diga; algunos hasta se dedican a reparar sus contradicciones de forma espontánea, así como otros lo hacen para ser tomados en cuenta y formar parte importante de él, así sea un rato, llegando tarde…
La paz, en este estado de injusticias, no es una opción. No se puede pensar en paz mientras una familia trabajadora, de más de dos adultos, vive en el desasosiego de no saber cómo resolver el día de mañana. Cómo se puede pensar en paz cuando una enfermedad te mata y no sabes cómo curarla, cuando te botan de una emergencia médica porque hay otro que requiere tu cama porque le está pagando dólares al médico de guardia y tú no los tiene, cuando hasta para sacar la cédula tienes que pasar por una alcabala donde cada trámite tiene un precio, donde solo hay sanciones para los pobres y desvalidos, cuando la falta de gobierno te obliga a envilecerte o a morir de mengua, donde cada funcionario público resuelve su sueldo con las necesidades de sus semejantes, donde todo el servicio público es un mercado libre y una humillación para los ingenuos que creemos en la norma… ¿Paz para quién? Venezuela no quiere paz, ¡a Venezuela se le impone la paz de los ricos, oportunistas y tontos adormilados, y la paz de los pobres, que es el miedo a ser acusado de traidor a la patria!
Contra los trabajadores y los más pobres el capitalismo es uno solo. Si Maduro es torpe y contradictorio, quizás Mariacorina lo será menos, pero hará el mismo daño; la vida, “el buen vivir”, seguirá siendo un privilegio para los despiadados y ricos de siempre. Solo luchando en contra de la mentira y la injusticia nos reconoceremos como clase social revolucionaria. Revolución es lucha social no palabras vacías, discursos y propaganda para idiotas.
Chávez es acción, socialismo es acción,