Es necesario un discurso nuevo

Creando un discurso nuevo

El ambiente informativo gubernamental está saturado de un discurso de terror; sus argumentos son combatir la violencia política, perseguir a los responsables intelectuales y materiales de los planes criminales contra el Estado venezolano. (Energía eléctrica y salud).

Ante tan alta invocación a la fuerza, la propuesta de diálogo y la preservación de la paz, expresados por Padrino López, Francisco Torrealba y Nicolás Maduro, quedan reducidos a procesos de sometimiento y dominación.

De forma tal que, la persecución y la imposición de la fuerza es la condición indispensable para que La paz y el diálogo, tengan éxito. Este lenguaje de guerra aplicado por los opresores y su Estado, es la negación absoluta de la propuesta de democracia participativa experimentada por Chávez, en su tiempo.

En el terreno militar, la dialéctica de la guerra y la paz conduce a elevar las dimensiones y profundidad de los conflictos. Hasta que resulte un ganador y un perdedor; la historia a partir de ahí, es la historia del ganador.

Ver así, la relación del Estado con los ciudadanos, es considerar a la población, que es el objeto básico de redención de las Constituciones de casi todos los países del mundo, como el enemigo a vencer.

Pero, por otra parte, el carácter condicional de esta relación Estado-ciudadanía convierte al pueblo en esclavo de esta relación y para la población, es una condición sine qua non, ver al Estado como su enemigo. Eso es lo de nunca acabar.

Si esto sigue así, es como si estuviéramos volviendo a las concepciones mecanicistas y dogmáticas de la lucha de clases y la toma del poder. considerando cualquier variable de la relación Estado-ciudadanía en revisionista.

Creo que es bueno hacer una pausa reflexiva, que nos permita atravesar y salir de la influencia de las concepciones de los enemigos. Tampoco es, irse al otro extremo para convertir la relación, en vínculos amistosos.

Es importante ahora, so pesar o calibrar bien la relación Estado – Ciudadano. Para no quedar preso en la guerra que el Estado impone, donde, en este momento, tiene todas las ventajas para ganarla.

Los chavistas revolucionarios, las izquierdas de todos los tonos y los opositores están obligados a diseñar una estrategia practica junto al movimiento campesino, popular de barriada, obreros, empleados y sub empleados, desocupados y estudiantes de educación media y superior; que no caiga en la lógica de la guerra y la paz; sino, en la estrategia de reconstruir el socialismo iniciado por Chávez, desde los espacios de convivencia social. Ya se tiene adelantado un programa: El Plan de la Patria.

Lo que viene es la creación organizada de un movimiento popular que acerque lo diverso, que someta a debate, la naturaleza del chavismo, la identidad y autenticidad de las izquierdas; incluso se tiene que reflexionar críticamente sobre la viabilidad momentánea del socialismo.

Pensar, si es necesario apoyarse en estructuras de transición; bueno como decía mamá Minga: Ideas quiere la guerra. Y esas ideas se abonan creando un discurso nuevo, señoras y señores.



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Memo Fernández


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