En la noche de ayer, después de ver la entrevista del Secretario General del PPT José Albornoz en el programa Contragolpe, vino a mi memoria aquella afirmación del maestro Osho según la cual el lenguaje escrito y oral es una especie de prostituta que se presta a servir de instrumento de banderías antagónicas, ya que en sus planteamientos exaltó el carácter revolucionario de su partido al mismo tiempo que le hacía el juego a la contrarrevolución dándole credibilidad a los señalamientos de la prensa vespertina en lo concerniente a supuestas aberraciones que están ocurriendo en el proceso de formación del PSUV. Y esto no es más que resultado de la ambivalencia que el servilismo reformista asume como consecuencia del arroz con mango que resulta de la combinación de postulados de las ideologías revolucionaria y reaccionaria. Y en este sentido voy a hacer referencia a sólo dos de los cientos de contrastes existentes en los postulados de ambas entidades paradigmáticas.
En primer término, mientras el libre albedrío revolucionario afirma que la sociedad nace y se desarrolla con un alto grado de flexibilidad y plasticidad interna y la forma de sus elementos puede variar dentro de ciertos límites, según la idea mecanicista del esclavismo reaccionario la sociedad se construye ensamblando, de manera precisa y preestablecida, un número bien definido de partes y, en segundo término, de acuerdo a la visión reaccionaria las actividades sociales vienen determinadas por su estructura, mientras de conformidad con la mirada transformadora la estructura orgánica de la sociedad es determinada por los procesos.
Ahora bien, al afirmar José Albornoz que los pepetistas aceptan el liderazgo de Hugo Chávez pero no están de acuerdo con la manera de construir el PSUV, denota la minusvalía que dan a un aspecto de tan vital importancia revolucionaria como es la manera de hacer las cosas y además expresa su coincidencia con la aplicación en el ámbito partidista de una de las afirmaciones reaccionarias antes señaladas, ya que la subversión de la forma de consolidar las fuerzas bolivarianas es lo que puede posibilitar el nacimiento de una estructura partidista diferente. Y desdicen de dicho planteamiento porque ellos están de acuerdo con un proceso de construcción del partido mediante un preciso y preestablecido ensamblaje de un número preciso de partes que puedan variar dentro de los límites impuestos por una estructura de cuadros cuya posición jerárquica la han conquistado a costa de la división del pueblo, tal y como lo muestran sus hojas de vida signadas por sus preeminentes experticias en dicho arte. Amigo Albornoz y amigos pepetistas, las raíces del Partido Socialista Unido de Venezuela nació y anida en el corazón del pueblo llano de nuestra patria, tal y como se demostró en el golpe de estado fascista y el golpe petrolero y es ese pueblo quien ha conquistado el derecho de construir la unidad por la base. Véanse en el espejo de esos dos acontecimientos para que se cercioren que el pueblo no necesitó la tutela de ustedes para salir a la calle y restituir un proceso cuyo protagonismo les pertenece hoy y para siempre. Y lo aquí expresado tiene muchísimo que ver con el resto de partidos políticos hasta ahora aliados de la revolución y que se resisten a emprender incondicionalmente las actividades que culminen en la consolidación de la unidad popular.
impresoskyanos@gmail.com