La lucha revolucionaria por el socialismo ha pasado por varias etapas, siendo una de ellas la guerra revolucionaria la cual ha tenido varios notables exponentes que van desde Lenin, Mao Tse Tung y en nuestra américa a Ernesto Guevara "El Che", que desarrolló una serie de planteamientos de hondas influencias en las guerras de liberación en el continente.

Aunque en los actuales momentos se puede considerar que en general la izquierda se ha alejado de la violencia como método de cambio revolucionario, adoptando enfoques más políticos y de mayor integración en los sectores populares para lograr sus objetivos como portadores del mensaje liberador revolucionario y socialista es de lo más conveniente recordar y analizar las estrategias que esos revolucionarios concibieron y aplicaron.

Cuando la Revolución Cubana con Fidel Castro y Ernesto Guevara "el Che" insurgen, sacuden siglos de explotación, encadenamiento, perdida de ideales en nuestra América que parecían inconmovibles y permanentes sin que las experiencias de la Revolución Rusa y China, se vieran como una esperanza.

A partir de la liberación cubana, "El Che" Guevara desarrolló una teoría de guerra insurreccional conocida como el "foco". El Foco Insurreccional o guerrillero fue la idea central de su concepción, como dijimos basada en la experiencia cubana donde un muy pequeño grupo de revolucionarios irrumpe en la escena política de Cuba creando un foco de resistencia en áreas rurales, que atrae a la población y se expande. El Che Guevara enfatizaba la importancia de la guerra de guerrillas, la cual debía desarrollar tácticas de movilidad y sorpresa para enfrentar a ejércitos más grandes y mejor equipados.

Enfatizaba que los guerrilleros debían tener movilidad, difíciles de localizar para las tácticas militares imperialistas de esa época y utilizando el terreno a su favor; igualmente dado sus dimensiones y menor armamento debía evitar enfrentamientos directos con fuerzas superiores. Realizar ataques rápidos y retirarse antes de que el enemigo pueda reaccionar.

Sin embargo propugnaba una autonomía y autogestión para gestionar sus propias operaciones sin depender de apoyo externo. Esto indudablemente es algo difícil cuando las situaciones de pobreza y aislamiento limitan las posibilidades de autonomía.

Sin embargo el Che señalaba que la estrategia debe ser flexible y adaptarse a las condiciones locales, utilizando el terreno y las circunstancias a favor de los guerrilleros lo cual necesariamente incluía la propaganda y educación a fin de que la guerra revolucionaria no se vea solo como militar, sino también política y educativa, buscando transformar la conciencia de la población y movilizarla hacia la causa revolucionaria.

Pues consideraba que la base popular era fundamental en la guerra revolucionaria insurreccional la cual no se debía ver como un recurso estratégico, sino que representaba el corazón del movimiento revolucionario, y que la participación activa del pueblo era esencial para el éxito de la guerrilla. Sin Pueblo no hay Revolución.

Esta participación activa de la población en la lucha armada otorgaba legitimidad al movimiento ya que creía que la revolución debía ser un esfuerzo colectivo, donde el pueblo se sintiera parte del cambio y no solo un espectador.

He tratado de resumir en un pequeño espacio las ideas sobre la Guerra Revolucionaria de un hombre de dimensiones históricas como El Che, otro luchador por la libertad y el progreso que llegó a entregar su vida por sus ideales y por amor al pueblo. Sus ideales, determinación y convicción serán monumentos inconmensurables que inspiran permanentemente a la lucha revolucionaria.

La dedicación del Che Guevara a sus ideales y su compromiso revolucionario muestra la importancia de la determinación y la convicción para inspirar a luchar con pasión por ella. Creo que el mismo diría que las revoluciones cuando son verdadera son sostenidas por principios éticos y morales y guiadas por sentimientos de amor, justicia y humanidad.