Estamos en la conclusión de un año, el 2024. Un momento para hacer una retrospectiva de lo que hemos vivido y también de las hojas de la historia.
Podemos notar que todo ha sido tan breve, sobre todo para quienes están en el fénix de la vida y dentro de poco también para los que vienen detrás. Es una fecha para reflexionar. Darnos cuenta si la senda que ha asumido la humanidad es la correcta, aunque en el planeta Tierra el género humano transita por una gama de caminos, lo importante es que la vía asumida sea el de la paz, la fraternidad y la solidaridad.
Sí miramos hacía atrás, la historia nos muestra grandes hombres y mujeres que han ejemplarizado nuestras vidas, sin embargo a dónde hemos llegado, están realmente satisfecho y feliz el conjunto de los seres humanos o hemos errado. Mí impresión es que vamos mal, hay muchos vacíos, muchos huecos, ahí está el apocalíptico calentamiento global causado por el hombre, que va contra toda forma de vida en nuestra Madre Tierra, la miseria humana, el descontento de tantos seres por sus condiciones materiales, con una humanidad al servicio de la economía y no al revés, como una muestra de que estamos fallando.
Ello significa que debemos rectificar porque es la historia la que certifica que estamos errados. No se trata de estar en desacuerdo con el progreso y el desarrollo de los pueblos, la meta debe ser el buen vivir como lo que somos: seres humanos.
Hay que trascender, ir más allá del infinito, ver las posibilidades que existen en la vida para alcanzar "la mayor suma de felicidad posible" sin dañar ni causar daños, al margen del egoísmo, bajo el precepto de "amaos unos a los otros". Somos una sola familia.
Debemos ir hacía la consecución de nuevos métodos que nos permitan vivir envueltos en el amor y la felicidad, yendo también hacía nuevas hermenéuticas, sin miedo y cargado de esperanzas de que si es posible un mundo humanizado desconectado de la barbarie, la respuesta está en tí. ¡Feliz Año Nuevo 2025!