¡Unos crían la fama, y otros la lana!

No es fácil hacer cuadros comparativos entre dos personas, más cuando ambos han tenido la oportunidad de ser presidentes en sus respectivas naciones, como es el caso de Nicolás Maduro, aquí en Venezuela, y el de Daniel Noboa, en Ecuador.
 
La extrema derecha venezolana, cumpliendo directrices del imperio norteamericano, logró crear una matriz de opinión a nivel internacional, desfavorable, que promueve también los gobiernos lacayos de otros países de Latinoamérica, alineados con los intereses de EEUU, para seguir insistiendo que Maduro es un feroz dictador. 
 
Del Jefe de Estado venezolano se ha dicho de todo, que persigue, encarcela y asesina a venezolanos y que desaparece, incluso, a niños,  de manera impune, a la vista del mundo, sin que hasta ahora se demuestre que esto es realmente así.
 
A Maduro se le cuestiona también que haya promovido, entre otras tantas cosas a favor del pueblo venezolano, la Ley contra el odio, y la más reciente Ley Libertador Simón Bolívar, que penaliza el uso indebido de las Redes Sociales y de los Medios de Comunicación Social, para descalificar a ciudadanos, sin razón y sin pruebas, y promover acciones contra la propia Republica, como es el hecho de pedir mayores sanciones y una invasión armada contra Venezuela.
 
Estos dos estamentos jurídicos, que en nada favorecen las acciones violentas que venía usando la oposición extremista para enfrentar al gobierno revolucionario del presidente Maduro, desde luego que son usadas para descalificar al Jefe de Estado venezolano, ante la opinión pública nacional e internacional.
 
Es decir, a nuestro criterio, contra Maduro se han inventado hechos que no se compaginan con la realidad, por cuanto en toda Venezuela hay plena libertad de expresión y de tránsito, como lo vienen demostrando cientos de turistas extranjeros que visitan a diario el país.
 
Sería extenso presentar mayores argumentos en esta dirección, pero el mundo en pleno sabe que toda esta campaña de descalificativos en contra de Maduro, parte porque Venezuela bajo su gobierno a reforzado el principio de libertad que nos legaron nuestros Libertadores, y más recientemente el Comandante Hugo Chávez, que determina que Venezuela es libre, independiente y soberana, lo cual le molesta a Estados Unidos.
 
De allí que el gobierno estadounidense nos viene imponiendo sanciones y el bloqueo, como castigo ante el atrevimiento de nuestra nación no seguir de rodillas ante el imperio.
 
Lo que realmente le incomoda a la administración de Trump es que Venezuela asumió un gobierno popular de corte socialista con el claro propósito de ayudar a las familias más vulnerables, pero al mismo tiempo mantener relaciones estrechas con China y Rusia, y con otras naciones, que se vienen sumando al mundo multipolar, a través de los Brics.
 
No hay que olvidar que todo esto lo viene haciendo el gobierno revolucionario a pesar de las limitaciones económicas que debe encarar debido a
las medidas coecitivas impuestas por el perverso gobierno estadounidense.
 
De Daniel Noboa, no es mucho lo que podemos decir. Sabemos que desciende de un empresario millonario que ha intentado en varias ocasiones querer ser presidente de Ecuador.
 
Ante los frustrados intentos, este empresario preparó a su hijo bajo las directrices de EEUU para que llegara a la presidencia, en momentos en que el país comenzó a registrar graves deficiencias de gobernabilidad, con el anterior presidente.
 
Debido a esta situación, Noboa asumió la presidencia de Ecuador para culminar el período anterior, pero para desgracia del pueblo ecuatoriano desde que tomó el mando, el país ha venido en franco retroceso, a tal extremo que Ecuador está considerado la nación con mayor índice de criminalidad en toda la región, sumado al crecimiento continuo del narcotráfico.
 
Transcurrido el tiempo, como era inevitable, Ecuador debió de nuevo convocar elecciones, con el presidente Noboa, deseando reelegirse.
 
En el primer balotaje hubo aparentemente un empate técnico entre Noboa y la candidata popular 'correista', Luisa González. 
 
Desde un principio las mediciones comenzaron a reflejar que González le favorecían las encuestas, incluso las cercanas a Noboa le daban cierta ventaja, por lo que la mayoría de los electores ecuatorianos se venían preparando para un cambio irreversible de régimen y de modelo.
 
Ante este resultado ya anunciado, que de hecho no lo favorecía, Noboa muy preocupado comenzó a preparar el fraude.  Evitó, por ejemplo, a través de su embajada en Venezuela, que 10 mil ecuatorianos que están radicados en nuestro país, no pudieran votar, bajo excusas sin fundamento.
 
Igualmente suspendió dos días antes de las elecciones las garantías constitucionales, es decir, dictó el estado de excepción, todo con la idea de crear pánico y temor en varios estados con alta votación, para así evitar que sus electores sufragaran a favor de la candidata Luisa González, como se sabía que lo harían.
 
Pero Noboa además prohibió la entrada al país de los  observadores internacionales, es decir de los veedores, para así evitar que pudieran insitu supervisar las elecciones. 
 
Utilizó, además, recursos del Estado, a manos llenas, para promover la campaña a su favor y regaló, comprando conciencias, más de 600 mil dólares entre los votantes, para que lo apoyaran.
 
Tampoco se separó del cargo, ni pidió licencia para hacer campaña, como estaba obligado hacerlo.  
 
El descaro, que legítima el fraude, es que negoció el resultado electoral, amañado, desde luego, con la directiva del CNE.
 
Ya antes la candidata Luisa lo había denunciado.
 
Además, desde su gobierno, persiguió a sus rivales políticos y todo el tiempo ha impedido que la Vicepresidenta de la República, electa libremente por los votos del pueblo, asuma el cargo, como le corresponde. 
 
De ñapa, arremetió de manera reprochable, contra su ex esposa, a quien aún persigue y hostiga, a pesar de ser la madre de su hija. 
 
Noboa, y no cabe duda de ello, es un dictador declarado de la extrema derecha, que actúa fuera del marco de la Constitución, con apoyo del imperio, que le avala sus desmanes.
 
Lo peor, lo peor, es que desde que asumió la presidencia, Ecuador está vuelto un caos. No hay trabajo, las familias más vulnerables y en situación de pobreza están pasando hambre.
 
Tampoco hay seguridad jurídica y predomina la tiranía.
 
Además, y es un hecho muy grave, el país bajo su administración cayó en manos del narcotráfico, incluso empresas de familiares directos de Novoa, las utilizan para comercializar droga y enviarla para Europa, como recientemente acaba de ser comprobado. 
 
Además hay en la nación inseguridad total, prevalece el sicariato, los crímenes y se acabó con la paz, mientras Noboa se 'tongonea', como todo un patiquin, exhibiendo sus músculos en franelitas, para causar impresión, entre las féminas. 
 
El pueblo de Ecuador, en pleno, ha sido llamado a tomar las calles, pidió la candidata Luisa, quien declaró que no aceptaba el resultado electoral, por ello pide una revisión total del proceso, y que haya conteo de votos, como es legítimo exigirlo. 
 
Fuera el dictador, sobran pruebas en su contra, se escucha decir. 
 
A propósito, la OEA se ha venido haciendo la ciega, la sorda y la muda, pretendiendo desconocer lo que realmente ocurre en Ecuador. Solo tiene ojos para Venezuela.
 
La ONU igualmente desestima todo lo que ha venido ocurriendo, mientras el 'Tio Sam' se rie de manera cínica escondido en un rincón, en la Casa Blanca.


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Italo Urdaneta

Periodista, historiador y profesor universitario

 italourdaneta@gmail.com

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